El juicio por la presunta agresión del futbolista Santi Mina, jugador del RC Celta de Vigo, a una mujer en Mojácar (Almería) en 2017, ha comenzado esta semana. En el juicio se enfrenta también con el futbolista David Goldar, considerado “cooperador necesario” por la acusación particular. Después de la tercera sesión, la Fiscalía mantiene la petición de ocho años de cárcel para el futbolista

Será este viernes cuando la jueza determine si Goldar intervino, como lo ha solicitado la acusación particular, como cooperador necesario, por haberlo consentido

El fiscal ha asegurado al tribunal que existe “un cúmulo, una cascada” de elementos probatorios que acreditan que el futbolista del RC Celta de Vigo habría cometido los hechos por los que se le enjuicia, y además, ha mantenido la petición de ocho años de cárcel como presunto autor de delito de la agresión sexual.

Los médicos y psicólogos del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería, durante la segunda sesión de la vista oral contra los futbolistas, han indicado que la mujer presentaba cuatro lesiones genitales y que estas lesiones en la víctima son totalmente “compatibles y verosímiles” con la agresión sexual que se enjuicia.

El fiscal ha señalado la “incongruencia” en la versión dada a lo largo del procedimiento por los acusados por los acusados sobre lo que sucedió y ha considerado que “falta verosimilitud”. 

Además, el abogado de la victima ha asegurado en su informe que los futbolistas le ofrecieron 400.000 euros por cambiar su version y no implicarlos en la supuesta agresión sexual. Mientras que el representante de Goldar, ha insinuado que habría sido ella la que se dirigió a los acusados y pidió “algún cero más”.  

Detective privado

A medida que avanza el juicio, se van conociendo más datos y detalles sobre lo sucedido. Santi Mina contrató a un detective privado para investigar a la víctima de la presunta agresión sexual, que siguió a la chica durante un tiempo, y ha testificó el miércoles en juicio. Los abogados de Santi Mina le preguntaron por su modo de vida y la ropa que llevaba; a lo que respndió: "llevaba una vida social normal, tomaba copas y vestía faldas y ropas ajustadas". 

Supuso un revuelo en la sala y el anterior testimonio del detective quedó en segundo lugar por el testimonio de la funcionaria del IML que ha asegurado que los comportamientos "no se manifiestan de forma lineal" y que "es compatible con tener una vida relativamente normal".