Sin buscarlo ni desearlo, el rostro de Fernando Simón se ha convertido en la imagen más conocida en España. No es un político mediático ni un póster electoral. Tampoco una estrella televisiva de los realitys shows, un cantante de moda ni tan siquiera un tertuliano omnipresente en debates televisivos o radiofónicos. Es simplemente un médico vocacional, dotado de una claridad en sus afirmaciones, que transmite sinceridad y quienes le conocen aseguran que también es una gran persona.

A Fernando Simón Soria le ha tocado lidiar con los periodistas, los medios, las televisiones, los periódicos y las radios en el complejo asunto de explicar el día a día y el desarrollo de la epidemia del coronavirus en España. Cuando salió por primera vez ante las cámaras en la primera rueda de prensa oficial convocada por el Ministerio de Sanidad sobre este virus procedente de China, a muchísima gente le sonaba la cara ya que el ahora portavoz de esta crisis sanitaria también lo fue, con gobiernos de distinto signo, de la gripe A, el ébola, el zika o la listeriosis.

¿Quién y cómo es Fernando Simón?

¿Pero quién es en realidad este doctor de voz rasgada, de largas patillas, pelo muy canoso y revuelto a su aire, enfundado en jerseys informales que chocan con los trajeados responsables sanitarios que le rodean y que le dan un aspecto de miembro de activista de una ONG sanitaria más que de miembro del staff de un ministerio?

Este aragonés es toda una referencia en alertas sanitarias, vigilancia de salud pública, investigación, planificación, preparación y control de enfermedades infecciosas en diferentes entornos.. Se licenció en Medicina por la Universidad de su Zaragoza natal y posteriormente amplió estudios y especialidad fuera de España en países como  Inglaterra o Francia. Se diplomó en Epidemiología en la London School of Hygiene and Tropical Medicine.  Fue jefe de la Unidad de Alerta y Respuesta del Instituto Español de Salud Carlos III entre 2003 y 2011. Antes ya había ocupado distintas responsabilidades en la salud pública y epidemiología en varios países y organizaciones internacionales en África, América Latina y Europa como la dirección del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales de Manhica (Mozambique) y del Hospital de Ntita en Burundi. Simón es Coordinador Nacional de organismos españoles competentes para el ECDC desde 2012. Desde 2012 es director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.

Pero si Fernando Simón posee este currículum apabullante, es en el factor humano donde su personalidad alcanza la dimensión de “cum laude”. Destaca su enorme capacidad para exponer claro y sincero y transmitir sosiego y tranquilidad todo ello debido a que se muestra cual es, sin poses, sin altanerías, sin apelar al  recurso discursivo complejo y científico ininteligible. Con jerseys como vestimenta habitual, pelo revuelto y voz ronca, para los temerosos televidentes y oyentes es “uno de los nuestros”. La prueba de su eficacia humana es que se tuvo que recurrir a él para calmar a una población asustada por la crisis del Ébola ya que la transmisión de la situación por los políticos fue tan desastrosa que creó alarma general.

Con Trinidad Jiménez y Ana Mato

Para evitar precisamente esa situación de inquietud social ante coronavirus chino, el nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa, acertadamente ha tirado de él desde el primer momento, una decisión tomada por un responsable sanitario que no es médico. De su eficacia habla el hecho de que Simón fue fichado por la socialista Trinidad Jiménez y desde entonces todos los responsables gubernamentales han confiado en él para estas “misiones especiales”. Cuando Ana Mato, durante la crisis del Ébola, tuvo una de las más desafortunadas intervenciones públicas de un ministro que se conocen desde los “huesos del cocido” del mal de las “vacas locas” de Celia Villalobos, tras el fallecimiento de dos misioneros repatriados desde Sierra Leona, fue cuando se recurrióa Simón como cortafuegos y bálsamo. Simón recondujo informativamente la situación agravada cuando en octubre de 2014, una auxiliar de enfermería se contagió del Ébola en el Carlos III de Madrid.

Sus compañeros de trabajo “le quieren un montón

Y es que además a este médico aragonés lo que le interesa es ese trabajo y el que diariamente desarrolla en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad donde dicen que el personal a su cargo “le quieren un montón”. Está por encima de las coyunturas políticas y por eso se le respeta en todos los ámbitos. Se lleva bien con todos los responsables políticos que se dejen asesorar, sean receptivos y permitan trabajar sin presiones mediáticas.

Con Simón al frente, la sociedad española, además de estar puntualmente informada, recuperó la confianza a la calma gracias a cada rueda de prensa que un tranquilo y pedagógico doctor Simón convocaba. Fernando Simón tuvo credibilidad para desmontar las fake news, bulos, exageraciones y falsas alarmas que entonces pulularon y se transmitieron en el imaginario colectivo.

The Quiet Man de John Ford

Sus conocidos lo definen como una persona sencilla, muy preparada aunque al conocerlo no lo aparente por esa ausencia de egocentrismo que practica como religión. “En cinco minutos, una vez que se pone a hablar, te ha convencido y captas que es toda una autoridad en las materias que domina a la perfección”, esa es la reflexión que de él hace su entorno. En ocasiones le han pedido autógrafos y es algo que no lleva bien aunque acceda a rubricarlos. Como en la película de John Ford se le puede definir como “The Quiet Man”. Aunque su aspecto físico aparente fragilidad o despiste es todo lo contrario: muy disciplinado, metódico, sosegado y con mucho temple para resistir la presión política, social o mediática.

Cuando Fernando Simón se vaya…

Su éxito en la comunicación de alertas y emergencias sanitaria se debe a todo  eso y a su aspecto de personaje austero, sencillo, no impostado y por su forma de hablar y explicar los problemas. Destaca en sus comparecencias públicas como mira a los ojos a cada periodista. Es fiable y tiene credibilidad ante la gente. Además la opinión pública sabe que cuando él sale a la palestra viene respaldado y autorizado por los responsables políticos que le han dado el encargo de informar. Y también la opinión pública sabe que cuando dejen de ver habitualmente el rostro y la figura de Fernando Simón Soria en sus televisiones, será una buena noticia. Será porque el Coronavirus llegado de Wuhan ya no será peligroso. El Covid19 se habrá ido como Fernando Simón a su habitual trabajo, sin protagonismos y alejado de los focos. Como a él en realidad le gusta.