Cuando ya se ha superado la tercera ola de calor en el país y tras haber vivido con intensidad las pasadas elecciones generales del domingo, ahora España afrontará un nuevo cambio meteorológico, esta vez, más fresco.

Por el momento, no vendrá otra ola de calor que disparará los termómetros superando los 40 grados centígrados, sino todo lo contrario: una DANA. Según ha señalado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), será en la última semana del mes de julio, es decir, este fin de semana, cuando “el calor dará una tregua”.

Es así como se darán “temperaturas inferiores a lo normal para la época, salvo en el Mediterráneo y en las islas”, lo que se traduce en un intervalo de cinco a diez grados menos de los que se dan en estos días. Este cambio se notará aún más en el norte peninsular, especialmente en las ciudades de Vitoria y Oviedo, en Galicia y Asturias.

No obstante, este cambio de rumbo meteorológico no se notará en el otro extremo del país, dado que “en punto del interior del sureste y litoral valenciano” se seguirán alcanzando los 40 y 42 grados, mientras que las mínimas no descenderán de los 25.

En cuanto a las precipitaciones que caben esperar, tan sólo se darán en la zona del Cantábrico y, en el resto del país, alguna tormenta dispersa. “No es descartable que en puntos aislados del interior peninsular se formen algunas tormentas secas con poca precipitación, pero con rachas de viento muy intensas”, señala el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo.

Es así como España podrá vivir a finales de julio, teniendo en cuenta el adelanto de las temperaturas veraniegas que se dio en mayo y con un junio con una elevada sensación térmica, un respiro del sofocante calor. Sin embargo, es previsible que en agosto vuelvan a repetirse el acelerón térmico.

Temperaturas máximas y mínimas del lunes

España es uno de los países europeos que más sufren las olas de calor, pero se da la paradoja de que, de norte a sur, la sensación térmica varía notablemente. Este lunes, según datos de la AEMET, la temperatura más alta se registro en la localidad de Carcaixent (Valencia) con 41,9 grados centígrados cerca de las 19.00 horas de la tarde.

A la contra, la mínima se puntualizó en Puerto del Pico (Ávila), con 4,9 grados centígrados en pleno mes de julio, aunque fue a las 07.10 horas de la madrugada.

¿Cómo afecta la temperatura del agua a las condiciones meteorológicas?

La AEMET también ha puesto en conocimiento de la ciudadanía, a través del altavoz de las redes sociales, cómo la temperatura del agua del mar afecta directamente a la sensación cálida de las zonas costeras. Es así como se han detectado entre 2 y 3 grados centígrados “por encima de lo normal en el Golfo de Vizcaya”; además, las aguas se encuentran a más de 28 grados, lo que supone “más de 4 ºC superiores a lo normal en el Mediterráneo próximo al sureste peninsular”.

Asimismo, a finales de esta semana, se mantendrá “la anomalía cálida” en las aguas del Cantábrico. Desde otro punto del país, en el Mar Mediterráneo, se reducirá el calor, “aunque seguirán las aguas claramente más cálidas de lo normal, sobre todo en el sureste peninsular, donde aún habrá zonas 4 ºC por encima de lo habitual para esta época”.

Pero, ¿cómo afecta la temperatura del mar a la meteorología? La principal consecuencia se nota en las noches cálidas de verano, especialmente en las ciudades bajadas por el mediterráneo, en algunas provincias andaluzas y en toda la zona de Levante.

A la par, AEMET también aclara que “un mar inusualmente cálido en verano no tiene por qué ser sinónimo de lluvias torrenciales en otoño”.