El agua es un bien de primera necesidad. Esto ha quedado más claro si cabe por culpa de la descomunal sequía que atraviesa España, cuyas consecuencias podrían verse agravadas debido a las políticas de regadío de PP y Vox en Andalucía, más concretamente en Doñana. La idea de la importancia que tiene el agua debería estar más que clara, pero no siempre es así; ya que a veces no nos damos cuenta de lo afortunados que somos al poder disfrutar de ella con tan solo abrir el grifo.

Precisamente con ello tiene que ver el último estudio de EnviroPlaNet, una red de científicos españoles que reúna a profesionales universitarios y del CSIC. En concreto, el análisis publicado en la revista Water Research tiene que ver con la calidad del agua del grifo en relación a la cantidad de los microplásticos que se encuentran en ella. Con la idea preconcebida de que todas las aguas contienen este tipo de materiales, los expertos han querido comprobar en qué ciudades hay más cantidad o, lo que es lo mismo, que localidades de España tienen mejor agua y cuáles peor.

Para ello han analizados las aguas de varios ciudades de la Península y de las islas. Por partes, la primera evidencia del estudio es que absolutamente todas las aguas analizadas contienen microplásticos, por lo que la cuestión principal pasa por si son o no demasiados.

Qué ciudades españolas tienen mejor y cuáles peor agua

El estudio se llevó a cabo en varias localidades peninsulares como Madrid, Vigo, A Coruña, Murcia o Cartagena y algunas canarias como Las Palmas o San Cristóbal de la Laguna. Sorprendentemente, los peores datos equivalen a Madrid, y es que el agua de la capital llegó a superar los 30 microplásticos por metro cúbico. Mientras tanto, justo en el otro extremo se encuentra Cartagena, con “tan tolo” siete microplásticos por metro cúbico de agua. Es decir, más de tres veces menos que Madrid. En lo que respecta al resto de municipios, la media se situó entre las 10 y las 15 partículas por metro cúbico.

Las muestras se recogieron en dos periodos distintos de tiempo, concretamente entre mayo y julio de 2022 y, más allá de las ciudades con mejor y peor calidad de este bien primario, del estudio se deslizan otras evidencias a tener en cuenta. La primera y seguramente más importante es que la masa de los materiales es similar a la concentración de cualquier contaminante habitual del agua como antibióticos y otras sustancias; es decir, que nunca excede algunas decenas de nanogramos por litro.

Lo más probable es que este tipo de materiales aparezcan, según los especialistas, de las canalizaciones; lo que daría lugar a plásticos “típicos” como el PVC. Pero hay otras teorías en torno a la procedencia de dichas sustancias, siendo una de las más extendidas que en aquellos lugares como Canarias -donde se usan desaladoras para potabilizar el agua del mar- podrían aparecer restos de las membranas de desalación.

Sin embargo, nada de esto sucede en las aguas analizadas en el presente estudio. Por el contrario, aparecen los mismos plásticos en todos lados y en proporción similar, siendo las sustancias principales detectadas poliamidas, poliésteres y poliolefinas.

Resultados sorprendentes

No es el primer análisis que se hace en relación a la calidad del agua de las ciudades, pero sí que ha dejado al descubierto resultados sorprendentes, siendo el principal que por primera vez se han encontrado bioplásticos. Se trata de un plástico que puede eliminarse fácilmente y cuyo uso se ha generalizado con el paso del tiempo, desde hace poco. Por ello, es lógico que empiecen a detectarse, siempre según los especialistas en la materia.

La parte positiva de estos materiales es que no son los más dañinos en el sentido de que llegan a desaparecer por completo en procesos de compostaje industrial. Pero, como todo, también tiene un lado negativo; y es que se van desintegrando en el medio ambiente, lo que provoca que puedan acabar en cualquier parte.

Un elemento sin regular

En términos generales el agua del grifo goza de buena calidad en España, prueba de ello es que la media hallada por cada metro cúbico es de 12,5 microplásticos. Con todo, aún a sabiendas de que se trata de una cantidad ínfima, cabe subrayar que en el conjunto de Europa no existe una regulación en torno a esta cuestión, pero que es relativamente fácil hablar de la calidad del agua en España o el continente si se compara con otros puntos del mundo como China, donde la cantidad de microplásticos detectada es hasta 1.000 veces mayor. En cualquier caso, la Unión Europea está ya trabajando para incluir una cuestión que consideran trascendente en la legislación comunitaria.