El dato fue terrible para aproximadamente el medio millón de exiliados españoles que, huyendo del terror franquista, acabaron en la pesadilla de los campos de concentración franceses. Hace casi 85 años, fuimos nosotros los refugiados de ahora. En la última fase de la Guerra Civil española, en 1939, la represión franquista obligó a miles de republicanos a huir del país. Estos campos de internamiento supusieron toda una auténtica crisis humanitaria que nos recuerda a la que acontece actualmente en otros lugares del planeta y, además, muy cerca de aquí, como es el caso de la guerra en Ucrania. Barcelona cae el 26 de enero de 1939 y una semana más tarde el ejército franquista se acerca a pocos kilómetros de la frontera, un espacio “atestado de refugiados camino del exilio” y cuya situación se hacía más crítica día a día. Es entonces cuando da comienzo el principio del final de la Guerra Civil, con aproximadamente 500.000 españoles que emprenden el duro camino del exilio, un éxodo que es conocido como la Retirada. Buscaban en el país vecino la libertad y la seguridad que en su país no tenían huyendo del terror y de la represión franquista. Sin embargo, lejos de hallarlas, se encontraron con otro escenario también terrible, lleno de penurias e incluso, en cientos de casos, encontraron una muerte prematura.

Campos de concentración construidos con prisas y “sin equipamiento”

Ante esta imprevista que constituyó la Retirada con la llegada de una enorme muchedumbre humana a la región francesa de los Pirineos Orientales (se esperaban 4.000 exiliados pero la hégira llegó al medio millón). Las autoridades francesas determinaron separar y repartir a las familias en distintos lugares del país. Para ese objetivo se construyeron inicialmente, de manera improvisada y sin estar dotados de la mínima infraestructura, campos de concentración en el Rosellón. De entre estos destacaron los Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien, Barcarès y Rivesaltes.

ElPlural.com ha visitado la bella localidad de Argelès-sur-Mer, hoy transformado en un coqueto pueblo turístico, dotado de un rico patrimonio natural y cultural y con un litoral famoso por sus aguas de claridad cristalina. La actual localidad, remanso de paz para el visitante por sus montañas y con playas de bandera azul, nada tiene que ver con lo que encontraron los exiliados españoles en 1939. En aquel año, Argelès-sur-Mer era un pueblecito agrícola de unos 3.000 habitantes, hoy tiene casi 10.500. El Gobierno francés decidió cerrar la playa y construir ahí un campo de concentración para ubicar a los refugiados españoles. Buena parte de ellos eran civiles que se alejaban de la represión de los sublevados fascistas, También había militares que habían defendido la República. El cobarde Pacto de No Intervención de las democracias occidentales dejó relegados y olvidados a estos demócratas perseguidos, muchos tan solo por sus ideas.

Tibia respuesta de Francia a los exiliados españoles

Francia no respondió como correspondía. Ante este escenario, las autoridades galas, cogidas de improviso ante la avalancha de tan inmensa masa humana, no gestionaron una acogida digna para estos. Les preocupó más la adopción de medidas para su seguridad y el control social. Contribuyó también algún brote de xenofobia surgido entre la población, medios de comunicación y determinados ambientes políticos generados por las falsas noticias que ya, en esa época, comenzaron a circular, sobre la dudosa procedencia de los refugiados. A las mujeres y a los niños se les distribuyó por todo el país y a los hombres los enviaron a los campos.

El campo que hoy visitamos, el de Argelès-sur-Mer, fue el primero de los construidos en el Rosellón. En muy pocos meses se colmató “alojando” a más de 80.000 personas. Fue tal la imprevisión de las autoridades francesas que inicialmente solo la arena y la ropa que llevaban, les sirvió de abrigo frente a unas duras condiciones de un muy frío invierno. Todas estas circunstancias, meteorológicas y de ausencia de medios, empeoraron el ya de por sí enorme drama humano en una húmeda playa cercada con alambre de espino y ante la atenta vigilancia del ejército francés. Más tarde, poco después, se abrieron otros campos como fueron los cercanos de Saint-Cyprien y el de Barcarès. En total, de 1939 a 1945, se internaron a más de 250.000 personas por estos campos. Al principio fueron los refugiados, españoles. Más tarde, les llegó el turno, durante la Segunda Guerra Mundial, a judíos, gitanos y antifascistas italianos y alemanes.

Visita de ElPlural a Mémorial d’Argelès sur Mer. Juan Luis Valenzuela

Un memorial admirable

Es de admirar y encomiable como el ayuntamiento de Argelès-sur-Mer ha mantenido viva la memoria de estos refugiados y trabaja para que la verdadera historia, amenazada hoy por la pos verdad de la extrema derecha, se difunda. El Consistorio desde hace más de 20 años se puso manos a la obra y comenzó a realizar un detallado trabajo de documentación, reconocimiento, investigación, recuperación de la memoria de la Retirada y del campo de Argelès. 2014 fue una fecha importante en este hito porque se llevó a cabo la apertura del Mémorial du Camp d’Argelès-sur-Mer (Museo Memorial del Exilio). Con el apoyo del ayuntamiento argelesien, se creó el CIDER (Centre international de documentation et d’études de la Retirada). Fue socio del partenariado de la subvención del programa Interreg III-A que supuso la construcción del MUME y la realización de diversas actividades del CIDER.

El Mémorial du Camp se enclava en el centro del municipio y trabaja para difundir los acontecimientos de la Retirada de 1939 y el éxodo de republicanos españoles refugiados en los campos de refugiados del Rosellón y, globalmente, de los campos que existieron en el sur de Francia. El Centro de Estudios municipal también acoge y diseña exposiciones temporales relativas a estas temáticas. Se han organizado diversas exposiciones sobre los brigadistas internacionales, los artistas de los campos de concentración o el internamiento de los judíos.

Difundir valores pedagógicos

Sus objetivos son básicamente recoger información testimonial y documental de la Retirada, difundir pedagógicamente los valores democráticos y organizar exposiciones, conferencias y publicaciones sobre el exilio y los campos de concentración. Para ello ha recibido ayudas europeas, del Conseil Général des Pyrénées-Orientales, de la Région Languedoc-Roussillon y de la Generalitat de Cataluña.

Visitamos el Memorial y hablamos con Olga Arcos, agente cultural, de orígenes familiares valencianos y una de las responsables del Memorial. Mujer comprometida con la causa de los exiliados españoles, muy agradable en el trato y sobre todo muy bien formada y documentada de lo que nos habla. Al fin y al cabo el Memorial es también su pasión.

Tematizado en varias zonas

Nos destaca que el Memorial se distribuye en dos zonas, España y Francia, con un pasaje que simboliza la frontera pirenaica. Aquel momento de la historia se recrea acertadamente mediante fotografías, elementos audiovisuales, documentos. Destaca el espacio con dibujos originales de Franch Josep Clapers, dibujante catalán que tras estar recluido en los campos plasmó en su obra la Retirada.

Olga nos subraya que “el Ayuntamiento de Argelès-sur-Mer fue pionera entre las instituciones del país en trabajar por la recuperación de la memoria en estos campos. Comenta que fue desde 1999 cuando se realizaron conmemoraciones, edificación en enclaves emblemáticos del Campo, la propia creación y puesta en marcha de un Centro de investigación y recursos, actividades culturales, búsqueda de la memoria oral de quienes estuvieron internados o a través de sus familias, la creación del Memorial y la confección de una web. Todo este trabajo ha dado frutos, contabilizándose unas 12.000 visitas anuales de distinta procedencia  geográficas y países, individualmente o representando a asociaciones o visitas de escolares. Destaca las visitas de muchos españoles. El museo ofrece una exposición permanente con el objetivo de difundir lo ocurrido realmente.

Proyectos de futuro: Una ruta temática de varios municipios

Pero no queda aquí el trabajo. Olga nos cuenta con mucha pasión y cargada de ilusión, proyectos de presente y de futuro inmediato tales como la creación de circuitos pedagógicos, aumentar la colaboración con otros archivos regionales y nacionales, digitalización de los fondos así como la puesta en marcha de un centro de investigación y de consulta de nuestros archivos, entre otras actuaciones. Para ello plantean un posible convenio para ampliar la red a través de los Fondos Europeos. Se trataría de la ruta Memorial de Argéles, campo de Rivesaltes, la maternidad de Elna, Castillo de Colliure y el Museu del Exili en La Jonquera.

Pedro Sánchez en Argéles

Sobre la visita que realizó el Presidente Pedro Sánchez a Argéles y otras zonas del exilio, señala Olga que fue la primera vez que un jefe de Gobierno español rendía homenaje y tributo a los exiliados. “Fue un importante respaldo y reconocimiento”, subraya la agente cultural.

Para concluir le pregunto cómo es posible mantener y gestionar esta infraestructura memorialista desde un ayuntamiento de 10.500 habitantes. La respuesta es “con mucha ilusión y buscando de donde podemos”.