Ian Gibson nació en Dublín en 1939. Vino a España siendo un joven, en 1957, para realizar su tesis doctoral sobre García Lorca y ya no volvió a la niebla irlandesa. La cambió por el sol andaluz, el duende de Lorca y la búsqueda perseverante de sus restos. A esta mochila andaluza fue añadiendo, días, meses y años de investigación, hojas escritas, viajes y entrevistas por toda España para darnos a conocer a Dalí, Buñuel, al sanguinario genocida Queipo de Llano o narrarnos aspectos no conocidos de nuestra Guerra Civil.

Antes desde las Alpujarras granadinas, luego desde Málaga y Madrid y ahora desde el barrio de Lavapiés, al que tilda como “mi pueblo y capital del mundo”, dirige su observatorio de la historia, de la memoria democrática y del compromiso con los valores de la libertad. Ian, el español-irlandés, el patriota español con sangre irlandesa al que le duele enormemente España, nos vuelve a recibir para hablar sobre Memoria Histórica y la reciente decisión del Ayuntamiento de eliminar calles, placas y estatuas de Indalecio Prieto y Largo Caballero, lo que para Gibson supone “un ultraje miserable e ignorante”.

ELPLURAL:- ¿Qué opinión le merece el acuerdo del Ayuntamiento de Madrid para quitar los nombres de la Avenida Francisco Largo Caballero y del Bulevar de Indalecio Prieto así como la retirada de las dos estatuas que hay en Nuevos Ministerios?
IAN GIBSON:- Me parece un ultraje miserable e ignorante, sobre todo por la participación de Ciudadanos, esta gente desnortada. Prieto, entre otras cosas positivas, hizo mucho por Madrid, empezando con los Nuevos Ministerios. Fue un hombre práctico y afable, muy admirado incluso por sus adversarios políticos.

A diferencia de Casares Quiroga, Indalecio Prieto tomaba muy en serio los rumores de un golpe militar inminente, cuyas alas habría cortado a tiempo”.

EP:-¿Cómo definiría la figura del ex presidente del PSOE y ex ministro de la República, Indalecio Prieto, en el marco de la historia de España y del socialismo español?
I.G.:- Yo siempre le he tenido por un ser humano cabal. Si en julio de 1936 hubiera sido presidente del Gobierno, como quería Azaña, en vez del indeciso Casares Quiroga, otro gallo habría cantado. Y ello porque, además de carismático adalid político, era hombre de prensa, propietario de El Liberal de Bilbao, conocía a todo dios en España y, a diferencia de Casares, tomaba muy en serio los rumores de un golpe militar inminente, cuyas alas habría cortado a tiempo.

 
Indalecio Prieto y Largo Caballero

EP:- ¿Y cómo catalogaría la figura de quien fuera Presidente del Consejo de Ministros durante la II República y dirigente del PSOE y la UGT, Francisco Largo Caballero?
I.G.:- Conozco bastante menos su trayectoria que la de Prieto (que tampoco presumo de conocer a fondo). Era, desde luego, mucho más radical. La división en el seno del PSOE entre los de Prieto y los de Caballero fue nefasto para el Partido Socialista y para el país.

Los populares no asumen su propia corrupción a lo largo de años y ni ellos, ni Vox ni Ciudadanos aguantan que haya una Gobierno de coalición progresista en el poder”.

EP:-¿Encuentra casos similares en Europa de reacciones tan poco reconciliadoras, y tan cainitas de la derecha?
I.G.:- Yo creo que no, aunque odios no faltan. Aquí los cuarenta años del régimen de Franco han sido un absoluto desastre. Cada día convivimos con las secuelas. La preconstitucional Ley de Amnistía de 1977 ha actuado como de casi punto final. España, decía el otro día Cees Nootebaum en una entrevista con Juan Cruz, "es un país que en lo esencial no se ha reconciliado". Tiene razón, no se ha reconciliado porque las derechas no quieren. El odio que segregan sus diputados en el hemiciclo está a la vista de todos, semana tras semana. No perdonan la exhumación de Franco, en el caso de los populares no asumen su propia corrupción a lo largo de años y ni ellos, ni Vox ni Ciudadanos aguantan que haya una Gobierno de coalición progresista en el poder.

EP:-Cree que asistimos a un momento en el que se intenta reescribir la historia intentando estigmatizar a estas figuras de la democracia y del movimiento obrero como personajes malvados y siniestros?
I.G.:- Sí, claro. No conocen la historia, no quieren conocerla, prefieren moverse entre mitos de pasadas grandezas imperiales. ¿Usted cree que han leído el libro de Paul Preston sobre el holocausto español? Es evidente que no.

Ahora estoy trabajando en un libro sobre mi sueño de una República Federal Ibérica y alguna cosa más que no cuento por el momento…”


EP:-¿Qué opinión le merece la puesta en marcha legislativa de la Ley de Memoria Democrática?
I.G.:- Es un paso adelante importante. El Estado tiene que desenterrar a todas las víctimas del franquismo y darles decente entierro. El régimen de Franco tuvo cuatro décadas para atender a los suyos y lo hizo. A propósito, el éxito ya mundial del magnífico documental “El silencio de otros” me complace profundamente. Lo volví a ver en La2 la otra noche y me conmovió una vez más. Se lo recomiendo a todos los que sufren con este asunto.

EP:- ¿En qué trabajos e investigaciones está inmerso ahora?
E I.G.:- Ahora estoy con un libro sobre mi sueño de una República Federal Ibérica y alguna cosa más que no cuento por el momento…

Y tras la conversación, este gran hispanista vuelve a “meterse en su cueva”, en su observatorio de la vida, del mundo y de la historia, volcado en otra de sus grandes pasiones: el sueño iberista de una fusión entre España y Portugal, la República Federal Ibérica “y alguna cosa más que no cuento por el momento… “. Así es Ian y así de claro habla. Se agradece y se espera con gran interés sus nuevas páginas de anhelos y deseos.