Juan Carlos I se prepara ya para sus próximos viajes por Europa la próxima semana. El rey emérito regresará a España para participar en una regata en Sanxenxo tras acudir a la invitación de un almuerzo privado con Carlos III el próximo martes. Con esta decisión, el padre de Felipe VI demuestra que va por libre, independientemente "del daño" que eso pueda ocasionar sobre la Corona y el rey. Además, rompe así con casi un año de entente con su hijo, al que no informó sobre su viaje.

Los planes de Don Juan Carlos con su próximo viaje a España descolocan a parte de su entorno. Algunos de los que le visitan en Abu Dabi lamentan que no lleve con más discreción sus viajes a España, pues dicen, según recoge El Mundo, que sería la forma de dar normalidad a sus estancias en el país. No obstante, las mismas fuentes comprenden al emérito al ponerse en su lugar.

Por una parte, entienden que quiera competir cuanto antes en una regata ya que quiere participar y llegar preparado al Campeonato del Mundo. Cabe recordar que el emérito ganó en dos ocasiones en la categoría en la que compite, la última en 2019, y cuatro años después quiere revalidar esa victoria en Reino Unido en la competición de regatas que se celebrarán en la villa portuaria de Cowes, en la isla de Wight, al sur de Southampton. Su intención es viajar del 31 de agosto al 8 de setiembre.

"Cuando uno cumple cierta edad, dulcifica recuerdos del pasado y vive de ellos, y él se imagina revalidando el título, ¡con 86 años! y esa es su ilusión", señalan. Aunque, por otro lado, esperan que en la semana que queda Juan Carlos I piense de nuevo su viaje y sea más discreto al compartir sus planes.

Viaje en pleno periodo electoral

Don Juan Carlos ya expresó hace tiempo su intención de volver a España para regatear. En ese momento, y con el calendario de competiciones sobre la mesa, se acordó en que lo ideal era que volviera a Sanxsenxo en junio, pasadas los comicios autonómicos, para no interferir en las campañas y que la Corona no sea objeto de debates.

Sin embargo, al padre de Felipe VI le llegó la invitación de Carlos III para almorzar en Buckingham -ya que, como informó La Vanguardia, no va a ir a la Coronación- y decidió por practicidad que ya en suelo europeo y cerca de Galicia, lo mejor era participar en esta competición de vela, obviando lo pactado anteriormente.

Aunque el periodo electoral oficial empieza quince días antes de los comicios, Felipe VI firmó el decreto de convocatoria de elecciones el pasado 4 de abril, y desde entonces hasta el 28-M se consideraba tiempo vetado para no hacer ruido político y que la Corona sea un elemento partidista. Pero el emérito entiende que, aunque la fecha es cercana a la cita con las urnas, no está dentro de los márgenes del periodo electoral. Por ello, según informó El Mundo, su figura no interferiría, además de no faltar a la palabra dada al jefe del Estado. 

Juan Carlos I lanza un pulso a Felipe VI

El pasado lunes se publicó la decisión del rey emérito de venir la semana que viene, sin contar con el visto bueno de Casa Real, donde conocieron la noticia a través de los medios de comunicación, según publicó El Mundo. Unas horas después, una persona del entorno de Don Juan Carlos comunicó a Casa Real que vendrá a regatear a España.

Juan Carlos I entiende que cumple con lo que le comunicó a su hijo por carta, en la que escribió sus intenciones de visitar España con asiduidad. Es un ciudadano privado desde que se retiró de la vida pública en 2019, y es residente en Abu Dabi desde agosto de 2020, por lo que no tiene que pedir permiso al Jefe del Estado para desplazarse, pese a las consecuencias que traiga.

Su viaje a Sanxenxo dos meses después de trasladarse a Abu Dabi incomodó en Moncloa y a su entorno, por su exposición mediática y la exhibición de Don Juan Carlos, posando con un photocall detrás. Después, viajó a Zarzuela y mantuvo "un tiempo amplio de conversación" con Don Felipe. El Jefe del Estado le explicó el perjuicio que habían causado sus últimos movimientos a la Corona y le pidió prudencia para poder velar por la dignidad de su legado. Desde entonces hubo una tentativa de llegar a la normalidad gracias a las citas internacionales de la realeza. Padre e hijo se dejaron ver juntos en dos ocasiones desde entonces, en el funeral de la reina Isabel II y en el entierro de Constantino de Grecia.