Una mujer de casi 60 años con una una patología crónica osteomuscular incurable y un cáncer de vejiga invasivo, que había pedido ayuda para terminar con su vida en el Hospital Gómez Ulla, en Madrid, se ha suicidado, el domingo pasado, en la habitación de un hotel, después de que el sistema sanitario le diera la espalda, a pesar de que la ley de la eutanasia entró en vigor el 25 de junio.

La última respuesta de la Administración la recibió el 8 de septiembre, cuando le dijeron que debía seguir esperando, a pesar de los dolores insoportables que padecía, según contó al diario El País. El 7 de julio había acudido a la consulta de su médica en el hospital Gómez Ulla de Madrid y le pidió que la ayudara a morir. La doctora le dijo en principio que sí, pero 48 horas después la telefoneó para comunicarle que se había declarado objetora de conciencia. La ley establece que en esos casos debe nombrarse a otro médico que examine al paciente y evalúe si reúne los requisitos que establece la ley.

La mujer presentó un escrito con su demanda en el hospital

El 14 de julio, la mujer presentó una queja en el Hospital Gómez Ulla en la que dejaba constancia de que su doctora del servicio de rehabilitación le había telefoneado para comunicarle que se había declarado objetora de conciencia  y que la solicitud para ayudarla a morir quedaba en manos de la subdirección médica del hospital. En su escrito, la mujer afirmaba que "de acuerdo con la ley, mi solicitud debe incorporarse a mi historia clínica y, en el caso de que mi médica sea objetora, la Administración sanitaria me facilitará el contacto con otro médico para que gestione mi solicitud de ayuda para morir. Una semana después todavía no tengo ninguna respuesta, lo cual es claramente irregular. El médico responsable puede denegar mi solicitud siempre por escrito y de manera motivada en un plazo de 10 días”.

La paciente añadía que "independientemente de que se haya nombrado o no la Comisión de Garantía y Evaluación, que depende de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el hospital Gómez Ulla tiene la obligación de tramitar sin más demora mi solicitud. Les hago saber que mi voluntad clara, firme, reiterada e inequívoca de morir en el hospital se debe al sufrimiento constante e intolerable que padezco, por lo que les ruego encarecidamente que respeten mi derecho a decidir hasta cuándo debo soportar tanto dolor físico y psíquico”.

La respuesta de la Consejería de Madrid

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha alegado, según El País, que "la médica que la atendía se declaró objetora. Por eso fue valorada por otro médico del hospital, quien consideró que no cumplía los criterios”. El mismo diario señala que la versión oficial no coincide con lo denunciado por la mujer y con un informe escrito por el doctor Fernando Marín, quien aseguró que la paciente reunía todos los requisitos que establece la ley de regulación de la eutanasia y que jamás fue evaluada por un segundo médico. Este especialista presentó una queja a principios de septiembre ante la Dirección General de Humanización y Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid. La respuesta se limitó a dar acuse de recibo de la queja y su traslado a la Viceconsejería de Asistencia Sanitaria y Salud Pública. 

Al menos cinco casos más

La mujer había admitido al mismo diario que tenía "alternativas" para morir por sus propios medios, aunque "no son agradables" porque "psicológicamente es muy violento. Es violento pensar: “Me estoy suicidando”. Yo no quiero eso. No quiero suicidarme. Solo quiero que me ayuden a dejar de sufrir. Nada más. Para mí es inconcebible que haya una ley y que no se pueda aplicar". Finalmente, no encontró otra salida y el pasado 19 de septiembre, en la fría habitación de un hotel, usó la sustancia que acabaría con su sufrimiento para siempre.

El doctor Marín ha asegurado que hay por lo menos 5 casos en la Comunidad de Madrid esperando a que las autoridades les den respuesta tras solicitar la eutanasia. La Consejería está ultimando un registro de profesionales objetores y la Comisión de Garantía y Evaluación.