La diabetes Mellitus tipo II, también llamada del adulto o no insulinodependiente es una epidemia mundial en expansión. Es el tipo más frecuente de diabetes (el 90% de los casos que se diagnostican) y en España se ha disparado su incidencia. Según el último estudio ‘Atlas’, el informe mundial sobre esta enfermedad que se publica cada dos años, nuestro país es el que cuenta con mayor incidencia de diabéticos sobre la población adulta, solo por detrás de Turquía. Los datos de 2021 demuestran un crecimiento del 42% con respecto a 2019 y multiplica por tres la velocidad de extensión en el resto del planeta.

Tres de cada diez enfermos no saben que tienen diabetes

En España hay aproximadamente 5,1 millones de personas enfermas de diabetes. Se trata de una enfermedad que puede provocar graves complicaciones en el sistema nervioso, cardiovascular u otros órganos si no se diagnostica a tiempo y se trata de forma adecuada. Sin embargo, tres de cada diez enfermos no saben que padece esta patología, que permanece en silencio hasta que da la cara provocando un ictus, por ejemplo.

La diabetes más frecuente es la de tipo II y se desarrolla cuando el nivel de glucosa en sangre es demasiado alto porque la insulina que genera nuestro páncreas es incapaz de cumplir su función, que es repartir esta energía a las células de todo el cuerpo. Esta patología está asociada al sobrepeso, que provoca en una segunda fase una resistencia a la insulina debido a la lipotoxicidad de la grasa visceral. Esta resistencia a la insulina impide al organismo controlar la hiperglucemia.

Además, existen la diabetes tipo I, que está provocada por una respuesta autoinmune del organismo que impide que el cuerpo produzca insulina; y la diabetes gestacional, que afecta a mujeres en la recta final del embarazo.

La diabetes tipo II en sus estadios iniciales no presenta síntomas evidentes y sólo se puede detectar haciendo pruebas de laboratorio que midan el nivel de azúcar en sangre. En general, los síntomas más frecuentes son sed, cansancio, exceso de orina, aumento del apetito, dificultad en la cicatrización de heridas, visión borrosa, entumecimiento u hormigueo de las articulaciones, y pérdida de peso sin razón aparente.

Factores de riesgo

El sedentarismo, sobrepeso, obesidad, abuso de alimentos procesados y, en general, los hábitos poco saludables, multiplican el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Los especialistas estiman que un exceso de entre 5 y 7 kilos de peso mantenido varios años duplica las posibilidades de sufrir diabetes del adulto.

Dra. Amalia Paniagua: "Antes de que las personas desarrollen esta patología, por lo general, tienen prediabetes, que es una condición reversible"

Sin embargo, no todo son malas noticias: la diabetes se puede prevenir. "Antes de que las personas desarrollen esta patología, por lo general, tienen prediabetes, que es una condición reversible, cuyo tratamiento permite prevenir la enfermedad a través de una pérdida de peso menor a la que es necesaria una vez se ha establecido diabetes tipo II", asegura la Dra. Amalia Paniagua Ruiz, especialista del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, integrado en la red pública sanitaria. Las personas que se encuentran en esta situación presentan un alto riesgo de desarrollar diabetes en los cinco o diez años siguientes.

El principal problema de la diabetes es la afectación de otros órganos, principalmente retina, riñón, sistema nervioso, corazón, cerebro, piernas y brazos, advierte la Dra. Paniagua, por lo que puede requerir la intervención conjunta de varias especialidades médicas. Este abordaje multidisciplinar involucra con frecuencia, además de a los endocrinos, a los profesionales del servicio de Oftalmología, Cardiología, Cirugía Vascular, Neurología y Neurofisiología.

Controlar la diabetes es fundamental, ya que es una enfermedad que puede acarrear graves complicaciones crónicas. Los elevados niveles de glucosa en sangre deterioran a la larga la funcionalidad de diferentes órganos y tejidos, ya que producen en las células una respuesta inflamatoria y estrés oxidativo. Afecta sobre todo a los riñones (es la principal causa de enfermedad renal crónica y entrada de pacientes en programas de diálisis o trasplante), ojos, nervios y sistema cardiovascular. La diabetes es un factor de riesgo de aterosclerosis, cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular. La mayor parte de los fallecimientos en pacientes con diabetes están relacionadas con complicaciones vasculares y renales.

¿Cómo combatir la diabetes tipo II?

La diabetes tipo II se combate con hábitos de vida saludable -control de peso, alimentación sana, abstinencia de tabaco y alcohol- y tratamiento farmacológico. "En la actualidad contamos con dos herramientas terapéuticas esenciales para tratar la enfermedad, que son los análogos de GLP1 y los fármacos glucosúricos, además de la metformina", asegura la Dra. Paniagua, quien indica que estos nuevos medicamentos mejoran considerablemente el pronóstico de la patología. Además, añade, "se han probado sus beneficios sobre las complicaciones de la diabetes, y se ha revisado su seguridad, sus amplias indicaciones y el manejo de sus efectos adversos para favorecer la tolerancia y ayudar al cumplimiento terapéutico", añadió.

El objetivo de médicos, enfermeras y diabetólogos del Servicio de Endocrinología de la Fundación Jiménez Díaz es evitar la aparición de complicaciones en sus pacientes. En algunos casos, tratan de reducir significativamente el sobrepeso del enfermo con el objetivo de curar la enfermedad llegando incluso a optar por medidas intervencionistas como la cirugía metabólica.

Una operación para curar la diabetes

El Dr. Jorge Solano, jefe del Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital QuirónSalud de Zaragoza empezó en 2010 a practicar una innovadora intervención para curar la diabetes tipo II en España. Se trata de un bypass gastrointestinal que conecta directamente el estómago con el intestino delgado con el fin de impedir que se anule el efecto de la insulina. La intervención se lleva a cabo a través de laparoscopia y dura entre 30 y 50 minutos.

"El 99% de los pacientes con diabetes tipo II que se someten a esta operación deja de inyectarse insulina desde el primer momento. Además, se reduce el nivel de colesterol, hipertensión y triglicéridos y disminuye el peso de los pacientes rápidamente. Por tanto, su estado de salud y calidad de vida es mejor", asegura el Dr. Jorge Solano, pionero en esta novedosa técnica que ha dado un giro de 180º en el tratamiento de esta enfermedad crónica y progresiva.