¿Cómo reaccionaríamos si supiéramos que nuestros hijos sufren acoso en la escuela? ¿Y si ellos fueran los acosadores? ¿Y si fueran testigos de una agresión de este tipo? La ONG Save the children da un paso adelante para ayudarnos. Para orientarnos a desafiar al acoso o bullying, incluso al ciberacoso o ciberbullying.

Según un reciente estudio que ha realizado la organización, uno de cada diez niños ha sido víctima de acoso, uno de cada tres reconoce haber agredido físicamente a un compañero en los últimos dos meses, y cinco de cada diez admiten haber insultado a otro.

También la Unesco ha publicado similares datos en torno a este problema, señalando que un 34 % de los menores de entre 11 y 13 años dicen haber sufrido acoso en los últimos 30 días, y un 8 % de ellos confiesan padecerlo a diario. En Save the Children, Jose Antonio Luengo (psicólogo educativo y experto en prevención de la violencia en la infancia) ofrece un taller gratuito y online ofreciendo claves para que las familias puedan proteger a sus hijos. Un curso con siete videolecciones: “Definiendo conceptos: qué es el acoso y el ciberacoso”. “¿Cómo podemos detectar una situación de acoso o ciberacoso?”. “¿Qué debo hacer si mi hijo sufre acoso o ciberacoso?”. “¿Qué debo hacer si mi hijo es testigo de una situación de acoso o ciberacoso?”. “¿Qué debo hacer si mi hijo es el agresor?”. “La relación con el colegio”. “Prevenir para que el acoso nunca llegue a producirse”. Y es que uno de los mayores problemas que implica el acoso escolar es la dificultad para detectarlo. Los adultos pueden no darse cuenta o pueden ignorar el problema, no darle la importancia que tiene.  Incluso puede que se desconozca exactamente qué es el acoso, o se conciba, equivocadamente, circunscrito a las agresiones físicas, cuando también puede conllevar intimidaciones a base de insultos, motes, exclusión y aislamiento...

No debe confundirse, claro, el bullying con una pelea puntual entre dos niños. Lo que define al acoso es que se repite en un plazo de tiempo relativamente prolongado, manifestándose en una o varias formas de maltrato.

Así, el bullying posiciona a la víctima en una situación de inferioridad y afecta a su autoestima y hasta desarrollo. De la misma manera que la violencia de género ha saltado del ámbito privado al público y hoy los vecinos denuncian casos de violencia doméstica o machista, está despertando una mayor conciencia sobre el bullying y la necesidad no ser cómplices de él.   https://www.youtube.com/watch?v=8D4cfDUUtyo