Esta semana ha sido una semana grande para Carla López y Anna Gual, las dos madres que el pasado 21 de mayo registraron en el Ministerio de Sanidad las más de 12.000 firmas que habían recogido en Change.org solicitando un protocolo de acompañamiento a niños en el quirófano, al aplicar la anestesia y en el momento del despertar.
Tras ese acto, se reunieron con la Subdirectora General de Calidad Asistencial, María del Rosario Fernández García, quien se comprometió a recoger información de todas las comunidades autónomas al respecto y a elaborar una guía sobre cómo debería ser este acompañamiento en los centros hospitalarios.
La promesa se cumplió, y el Ministerio de Sanidad, acaba de publicar el texto que contempla las recomendaciones para facilitar que padres y tutores puedan acompañar a los menores en el quirófano durante la inducción anestésica y hasta la fase de recuperación.
"La lucha ha merecido la pena"
La dos impulsoras de la iniciativa han recibido con alegría la noticia, subrayando que están "muy felices con el logro conseguido", y reconociendo que les parece "increíble que en la guía mencionen nuestras recogidas de firmas en Change.org". "Es la muestra de que la lucha ha valido la pena y de que cuando creemos que algo es injusto merece la pena levantar la voz", recalcan. Para agradecer a todas las personas que se han volcado con la iniciativa, Clara y Anna han colgado un vídeo en Instragram relatando los hechos y trasladando su felicidad.
No obstante, ahora esperan que la guía no se quede solo en el papel y se traduzca en "cambios reales en los hospitales". Por ello, y para ayudar a las familias a que sepan cómo tienen que proceder en caso de que en algún centro no se cumplan las recomendaciones, han publicado una serie de consejos en la última actualización de su petición, que comprenden poner una queja en el hospital adjuntando la Guía del Ministerio y alegando la evidencia científica actual. En caso de que el centro en cuestión no rectifique, instan a buscar el contacto de la Consejería de Sanidad de la comunidad autónoma que corresponda, a denunciar ante la misma que están negando un derecho ya reconocido en una guía ministerial y a pedir al Defensor del Pueblo de la región que apoye la reclamación.
Carla todavía se estremece cuando recuerda el momento en el que le dijeron que no podía estar con su hija pequeña a la que iban a operar, ni en el momento de la anestesia, ni al despertar. "Nadie quiere ver a su hija de 4 años metida en un quirófano... Y mucho menos dejándola sola en esa cama de hospital", asegura. "Se me partió el alma imaginándome a mi niña pequeña siendo sedada sin nosotros a su lado, y luego despertándose sin saber dónde está y rodeada de desconocidos, sin ver a su lado ni a mamá ni a papá", reconoce.
En este sentido, Anna, recuerda que la evidencia científica demuestra que el acompañamiento infantil en estos momentos críticos reduce los niveles de ansiedad, disminuye la agitación postoperatoria, reduce complicaciones físicas y facilita una recuperación más rápida y menos traumática. "Ya son muchos los pediatras que exponen los beneficios postoperatorios derivados de esta práctica", expone. Por el contrario, "no hay ningún criterio médico que justifique dejarlos solos", aclara.
Un protocolo con importantes beneficios
El propio texto del Ministerio de Sanidad reconoce que el proceso quirúrgico genera altos niveles de ansiedad en los niños y sus familias, lo que puede causar, mayor dolor y requerimientos anestésicos; una recuperación más lenta; riesgos fisiológicos como taquicardia, hipertensión, broncoespasmo, vómitos, y arritmias; y trastornos psicológicos posteriores, entre ellos, pesadillas, fobias y ansiedad por separación.
La presencia de los padres, por el contrario, reconoce el documento, reduce la ansiedad del paciente y sus progenitores, mejora la cooperación, la seguridad y la experiencia quirúrgica y refuerza el 'Check List' quirúrgico que verifica datos clave
El protocolo contempla que el acompañamiento será voluntario y se priorizará, sobre todo, en niños menores de 5 años y pacientes con necesidades especiales. De igual modo, se adapta también a otros entornos hospitalarios, como radiología RM, TAC y radioterapia.
El documento también recoge que quedan excluidos aquellos casos en los que haya una contraindicación médica o de seguridad, que el beneficio es limitado en neonatos y que en adolescentes el acompañamiento es opcional. Los progenitores, por su parte, deberán mantener la calma y seguir las instrucciones que les facilite el personal.
Por último la guía contempla la realización de encuestas para valorar el grado de satisfacción de las familias y revisiones y actualizaciones, según la evidencia científica y las necesidades detectadas.