Durante los años 2018 y 2019, la ciudad de Madrid fue testigo del auge de los nuevos métodos de movilidad. A las bicicletas que dependen del Ayuntamiento, Bicimad, se han ido sumando coches, motocicletas y patinete de alquiler, cambiando el paisaje de las calzadas de la ciudad e integrando nuevos elementos al ecosistema.

Estos últimos vivieron una burbuja que a finales del pasado año se ha ido deshinchando. Lo que para algunas empresas ha resultado ser un éxito empresarial, para otras ha sido un negocio ruinoso. En Madrid empezaron la carrera de los patinetes 22 empresas pero a estas alturas de año, solamente pueden competir las más fuerte y las que más respaldo económico tengan.

El hundimiento de Circ

El caso más llamativo es el de la empresa alemana Circ, fundada en 2018 por el millonario polaco, Lukasz Gadowski. Tras haber conseguido 55 millones de financiación y haberse expandido en 14 países, un año después, la empresa se está quedando sin fondos. Por ejemplo, en Madrid, de los 2.300 vehículos que comenzaron la andadura, solo quedan 700. Una transformación total o una nueva inyección de capital son las únicas vías para salvar a Circ de ser puesta en venta. 

Patinetes de la empresa Circ en la calle Eloy Gonzalo de Madrid

Patinetes de la empresa Circ en la calle Eloy Gonzalo de Madrid.

El futuro de Circ puede ser el presente que vive Tier, empresa alemana que tuvo que echar el cierre el pasado mes de septiembre.

En esta guerra, al igual que en todas, solo pueden quedar los más fuertes. Y esos son Bird, Lime, Jump (Uber) y Movo (Cabify). También, pueden competir en un futuro UFO (Seat) y Hive (BMW). Ford, también dará el paso con Spin.

¿Por qué ha explotado la burbuja?

Para encontrar respuestas al derrumbe del boom de los patinetes, hay que tener en cuenta varios factores. En primer lugar, las propias empresas han sido las culpables del fracaso de la implantación de sus vehículos. El hecho de saltarse las normativas del Ayuntamiento y que los patinetes estuvieran tirados por cualquier sitio, molestando a los peatones, no frenaron a las compañías a continuar inundando las ciudades con sus vehículos. Un director del sector, así lo explica para El Confidencial: "Se trataba de ser los primeros en llegar, inundar las calles con estos aparatos, conseguir que la gente se bajara tu aplicación antes que la del competidor. Daba igual lo que dijeran los ayuntamientos. Si te decían que era ilegal dejarlos en la calle, los ignorabas, era una carrera loca por ser los primeros".

Otro directivo tiene claro cuál será el futuro de las empresas que emprendieron el viaje del negocio de los patinetes: "Quedarán, si eso, dos operadores. Tres a lo sumo. Cuatro me parecería mucho". Otro representante también culpa a las propias empresas: "Fue un absoluto desastre, las compañías de patinetes fueron las primeras en equivocarse por completo. No crearon una relación de cooperación con los ayuntamientos, no se presentaron como la solución a un problema, sino como un problema en sí mismo".

Esta posición por parte de las compañías hizo reaccionar a los ayuntamientos, los cuales no podían permitir este escenario de lejano oeste en sus calles. En Barcelona, por ejemplo, solo se puede ir en patinete acompañado de un guía turístico; en Madrid, a partir de un enjambre de licencias promovidas por el gobierno de Manuela Carmena, hacen muy difícil la rentabilidad del negocio. 

Otra de las razones que complican la viabilidad de los patinetes es su corta "vida". Los golpes, su fragilidad, la dureza de las condiciones climáticas y que estén en la calle durante todo el día, hacen que la resistencia del vehículo se vea resentida. Y aquí vuelve a entrar la capacidad financiera de las compañías: los vehículos deben reemplazarse constantemente. De hecho, un directivo confiesa a El Confidencial que "en algunas de las grandes, si tienes que dedicar más de media hora a la reparación, se desechaba el patinete".

Madrid: un accidente de patinete cada dos días

El pasado 17 de diciembre la Policía Municipal de Madrid hizo público los datos de siniestralidad de vehículos de movilidad urbana. Durante el año 2019 se registraron 175 incidentes, de los cuales en tres hubo heridos graves y medio centenar leves. Asimismo, en al menos 17 de ellos, fue un atropello a un peatón.

En cuanto al lugar de los accidentes, destaca el distrito Centro seguido de Salamanca, Retiro y Chamberí, Chamartín y Arganzuela.

Una floto de motos abandonada

El clima de los patinetes también amenaza al de las motocicletas de alquiler. Así lo demuestra el caso de Coup, la empresa de motos compartidas de Bosch, la cual dejó de estar operativa a mediados del pasado mes de diciembre.

Así se lo confirmaron a sus clientes a través de un email: "La sociedad COUP Urban Mobility S.L.U. Madrid (“COUP”), pondrá fin al servicio de scooters eléctricas y dejará de ofrecerlo en el mercado. Por esa razón resolvemos mediante la presente comunicación el contrato marco existente entre COUP (incluida la cuenta COUP) y tú, con efectos a partir de las 13:00 del día 20.12.2019, conforme a lo dispuesto en el artículo 14, primer párrafo de nuestras Condiciones Generales de Contratación".

Una de las motos de la empresa Coup lleva en la calle Santa Engracia desde principios de 2020

Una de las motos de la empresa Coup lleva en la calle Santa Engracia desde principios de 2020

Además, han alegado que "lamentablemente no podemos dar continuidad a COUP de un modo económicamente sostenible, pues a la dura competencia existente en el mercado de la movilidad compartida, se suma lo elevado de los costes operativos que tenemos que afrontar para dar el servicio de calidad que el usuario merece".

Este hecho ha contribuido a que exista un "cementerio" de motos verdes en la capital. A pesar de las 1.300 motocicletas que circulaban por la ciudad, muchas de ellas están todavía repartidas por la ciudad".

Al igual que en el mundo de los patinetes eléctricos, solo resisten los más fuertes: Movo, Acciona, eCooltra y Muving.