La memoria histórica, cuanto más reciente, más incómoda resulta. Por eso el franquismo se empeñó en borrar la huella de los vencidos tras el golpe militar de 1936 y en silenciar la represión vengativa durante los años de dictadura. La ley de memoria histórica de 2007 y la más reciente de memoria democrática y las autonómicas han sido ignoradas por la derecha política hasta el punto de que en las comunidades donde gobierna el PP con el apoyo de Vox corren el peligro de ser derogadas.

En este contexto cobran especial importancia iniciativas como el documental “Lugares de Memoria” producido por la Asociación Andaluza para la Recuperación de la Memoria Histórica “Manuel Barrios Jiménez” con el apoyo del Gobierno de España y la Diputación de Jaén, escrito y dirigido por Sergio Crespo y presentado el 27 de diciembre de 2023. En su estreno en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache intervinieron Francisco Javier Giráldez Díaz, autor del libro “Lugares de memoria. Una mirada desde Andalucía” que ha servido de punto de partida para la película; Juan Ramón Troncoso, productor e Inmaculada Muñoz Carvajal, secretaria de Memoria Democrática del PSOE de Sevilla.

Este largometraje, de hora y media de duración, es una guía audiovisual de 16 lugares (dos de cada una de las 8 provincias andaluzas) de los 59 espacios declarados como lugares de memoria histórica en Andalucía con testimonios y entrevistas a víctimas, familiares o investigadores e investigadoras que han trabajado sobre esos lugares. Entre los espacios seleccionados hay tapias de cementerios, fosas comunes, trincheras, refugios antiaéreos y antiguas prisiones, penales y comisarías.

Los sitios que aparecen se denominan en otros países como lugares postconflicto o de memoria traumática, espacios de memoria o para la paz. Son, al fin y al cabo, rincones para el recuerdo y contra el olvido que cada pueblo guarda para fortalecer su identidad comunitaria y evitar cometer los errores del pasado.

Uno de los lugares seleccionados que más ha llamado mi atención ha sido la antigua prisión provincial de Huelva, convertida desde finales de los sesenta y hasta 1978, en un centro de reclusión de homosexuales condenados por la aplicación de la ley de Vagos y Maleantes. La otra cárcel para el colectivo LGTB fue la de Badajoz.

La asociación promotora del documental colocará en cada uno de los lugares de memoria un código QR que enlazará al corto en vídeo correspondiente, un detalle importante que debería complementarse con mejorar la geolocalización de estos espacios en herramientas como Google Maps. Contra el negacionismo histórico la mejor herramienta es la divulgación audiovisual, literaria, artística y académica de nuestro pasado más reciente.