La expulsión del tenista Novak Djokovic de Australia por acceder al país sin estar vacunado y ser considerado un riesgo para la salud pública puso al serbio en el centro de la polémica y las cosas no mejoraron cuando el lunes Francia aprobó la vacunación obligatoria para poder competir en el Roland Garros. El asunto ha dado de lleno en España ahora, con motivo del Mutua Madrid Open, que se celebrará el 26 de abril, y las declaraciones del alcalde José Luis Martínez-Almeida sobre el hecho de que el deportista sería "un reclamo" para el torneo de la capital.

Las declaraciones del dirigente popular han calentado aún más la polémica por el carácter antivacunas del serbio y a Almeida le han llovido las críticas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa, se ha limitado a asegurar que Djokovic tendrá que "cumplir las normas". Mas allá del debate moral sobre si sería aceptable la pacticipación del tenista en el torneo madrileño, es importante conocer qué dice la norma sobre los deportistas de élite que quieran competir en España.

La excepción de los deportistas de élite

A diferencia de lo que ocurre en países como Australia o Francia, que le han cerrado las puertas, en España no es obligatoria la pauta completa de vacunación para aquellos deportistas de élite de cualquier parte del mundo que quieran viajar a nuestro país para competir. "Trabajadores altamente cualificados cuya labor sea necesaria y no pueda ser pospuesta o realizada a distancia, incluyendo los participantes en pruebas deportivas de alto nivel que tengan lugar en España", afirma la normativa del Ministerio de Sanidad.

Estos deportistas sí están obligados a presentar una prueba PCR negativa de no más de 72 horas de antigüedad o un test de antígenos de las últimas 48 horas. Además, también tienen que acreditar que han superado la enfermedad entre 11 y 180 días antes de la llegada al país. Esta norma se extiende para todos los deportistas y viajeros en general de la Unión Europea y los estados con características especiales como el Vaticano o Mónaco, donde reside habitualmente el tenista número uno del mundo, además de en Marbella.