Un nuevo seísmo sacude a una de las grandes familias reales europeas. La reina Margarita de Dinamarca, que cumple 50 años en el trono a sus 82 años, ha anunciado en un comunicado oficial que cuatro de sus nietos serán despojados de sus títulos reales a partir del 1 de enero de 2023. Los hijos del príncipe Joaquín Nicolás (23 años), Félix (20), Henrik (13) y Athena (10) son los afectados por esta decisión. No obstante, sí que quedarán intactas sus posiciones en la línea de sucesión al trono.

"Su Majestad ha decidido que, a partir del 1 de enero de 2023, los descendientes de Su Alteza Real el Príncipe Joaquín solo pueden usar sus títulos como conde y condesa de Monpezat, ya que sus títulos anteriores como príncipes y princesa de Dinamarca desaparecen. Los descendientes del príncipe Joaquín deberán ser tratados en adelante como Excelencias. La decisión de la Reina está en línea con adaptaciones similares que otras casas reales han implementado de diferentes maneras en los últimos años", reza el comunicado.

La razón que ha motivado esta decisión viene por un bien mayor, un beneficio para el futuro de sus nietos, para que estos “puedan moldear sus propias vidas en mucha mayor medida sin verse limitados por las especiales consideraciones y obligaciones” que implica ser un miembro activo de la Corona danesa.

Cabe recordar que los dos hijos mayores del príncipe Joaquín, Nicolás y Félix, son fruto de su primer matrimonio con Alejandra de Frederiksborg; mientras que Henrick y Athena nacieron de su relación actual con la princesa Marie. Esta no ha sido una noticia que haya recibido de manera positiva el príncipe, ya que ha lamentado la determinación de la reina con respecto al futuro de sus hijos: “Estamos todos muy tristes. Nunca es agradable ver a tus hijos siendo maltratados así”, ha señalado.

Este no es el primer movimiento en esta dirección que hace la Corona danesa, ya que el sucesor al trono después de su padre, el príncipe Federico, Christian, será el único que podrá beneficiarse de una paga del Estado. Una decisión que afectó en el sentido contrario a sus hermanos, Isabella, Vicente y Josephine, quienes tendrán no gozarán de estas fuentes de ingresos a pesar de conservar sus títulos reales.

Tras los pasos de la realeza europea

Esta tendencia a menguar la familia real viene de lejos, ya que Carlos XVI Gustavo de Suecia ya excluyó a sus cinco nietos, los hijos del príncipe Carlos Felipe y Magdalena, de sus deberes reales en 2019. Esta decisión dejó expectante a toda Europa, ya que la Corona sueca es una de las más extensas del continente.

Al igual que ahora los nietos de la reina Margarita, el príncipe Alexander, el príncipe Gabriel, la princesa Leonore, el príncipe Nicolás y la princesa Adrianne perdieron su condición de miembros de la familia, pero no su derecho a ocupar el trono real siguiendo la línea de sucesión. “Para mí, es una forma de acotar cuáles son las expectativas. Espero que la decisión sea útil cuando mis nietos tengan que labrar su propio futuro”, justificó en aquel momento el monarca.

El mediático caso de Harry y Meghan Markle

Cuando sigue en boca de todos el cambio de jefe de la Corona británica con el fallecimiento de la reina Isabel II, la más longeva de Europa y de su país, se pone de relieve la histórica posición que tomaron los ya ex Duques de Sussex. Harry y Meghan Markle se desvincularon por completo, y por voluntad propia, del Palacio de Buckingham en febrero de 2021, siendo devueltos a la monarca “sus nombramientos militares honorarios y los patrocinios reales” de ambos.

Analizando con lupa el gran despliegue del funeral de la reina de Inglaterra, el regreso de Harry y Meghan provocó pequeños cismas con el resto de los miembros de la familia, ya que este se negó a cenar con su padre, el rey Carlos III, por haber privado a su esposa de acudir al Castillo de Balmoral al conocer la triste noticia. Asimismo, y el mismo día del entierro, el ex duque de Sussex sí que participó en los actos programados, pero no llevaba en su uniforme sus antiguas distinciones militares.

España: el escándalo del emérito y la exclusión de las infantas

La historia reciente de España es conocida por todos, especialmente por los escándalos que rodean a Juan Carlos I. Con su abdicación en 2014, Felipe VI fue coronado rey y, con ello, una de sus primeras medidas como jefe de Estado fue reducir la Corona, dejando así los títulos reales únicamente a la reina Letizia, sus hijas y los reyes eméritos, excluyendo en consecuencia a sus hermanas, la infanta Elena y Cristina.

Las hijas del emérito aún conservan sus títulos de infantas -la infanta Elena como duquesa de Lugo, y la infanta Cristina como duquesa de Palma-, pero están exentas de cumplir sus obligaciones reales. En cambio, el caso de esta última salpicó, una vez más, a Zarzuela por su implicación en el caso Nóos, orquestado por su marido, Iñaki Urdangarín.