Si el pueblo de Madrid rememora el 2 de mayo como el día en que el pueblo se enfrentó al ejército de Napoleón Bonaparte hasta expulsarle de nuestro país, no menos importante es para los canarios los días comprendidos entre el 22 y el 25 de julio, en este caso de 1797.

En aquellas fechas Inglaterra se encontraba a la caza de nuevos territorios para la Corona con los intereses estratégicos puestos en los mares y negocios hacia América y la costa occidental africana. Una operación que, intentaron, alcanzara su máximo esplendor en las islas Canarias, pero no fue posible, ya que el pueblo de Tenerife se levantó en armas.

almirante Nelson

Imagen del almirante Nelson en Trafalgar Square.

Los ataques fallidos y la inutuición de Gutiérrez de Otero

La ofensiva estuvo liderada por el entonces contralmirante Horatio Nelson -cuya cara resultará familiar a quienes hayan acudido a la céntrica plaza londinense de Trafalgar Square, ya que su estatua se encuentra en una columna del lugar- y en ella se enfrentaba al general Antonio Gutiérrez de Otero, quien evitó que los británicos culminaran su objetivo.

Las tropas inglesas perpetraron hasta dos ataques contra las islas. El primero de ellos se dio la mañana del día 22, cuando unas 50 lanchas de desembarco se dirigieron hacia la costa, una hacia el barranco de Burgadero y la otra al puerto de Santa Cruz; pero los ataques fueron rechazados con facilidad por infinitas cargas de mosquete.

El segundo intento se perpetró un día después, de nuevo sin éxito. Esta vez el ejército británico llegó con un millar de hombres a la playa de Valleseco (Santa Cruz de Tenerife). El general Gutiérrez de Otero reforzó la zona costera y los canarios consiguieron repeler las ofensivas desde la playa y el castillo de Paso Alto. Con todo, esta vez fue el general quien se anticipó a los ingleses y ubicó el menor número posible de hombres en el Paso Alto intuyendo que el enemigo pensaría en evitarlo después del fracaso precedente.

El día que el almirante Nelson perdió el brazo

Pero el día más fatídico para los británicos y que se puede calificar como la derrota definitiva llegó el día 25. En esa fecha, Nelson había ordenado un ataque frontal contra Santa Cruz de Tenerife con la intención última de tomar la plaza de la Candelaria (actual plaza de la pila).

 El desembarco, con errores de cálculo claros por parte de las tropas llegadas a España, terminó siendo un fracaso estrepitoso y en la defensa el contralmirante Nelson fue alcanzado por un proyectil mientras viajaba en uno de los botes que consiguieron tocar tierra. El cañón del que salió disparada la munición que le alcanzó era conocida como El Tigre y le provocó una fuerte herida en el brazo derecho. Como motivo de ello, Nelson tuvo que ser retirado de la batalla y trasladado al hospital, donde se lo tuvieron que amputar.

Cañon Tigre. Wikipedia
Cañón El Tigre. 
 

¿Por qué quería Reino Unido conquistar Canarias?

Los ingleses llegaron al puerto de Santa Cruz de Tenerife con la excusa de apoderarse de una fragata con mercancías en Oriente anclada en el puerto español, hacerse con los géneros que existían en la plaza y toda la moneda de plata del Rey, así como exigir una fuerte contribución en metálico, tal y como expone el diario ABC.

Sin embargo, el británico no fue un ataque pirata más, sino que tenía una doble finalidad estratégica. La primera de ellas era privar a nuestro país del apoyo que las islas tenían en la ruta hacia el continente americano. Hay que tener en cuenta que el archipiélago era una parada obligada para los navíos de entonces, pues era la ruta a seguir dado que el Canal de Suez permanecía cerrado.

Por otro lado, en aquel momento Gran Bretaña está en instantes de auge, pero la independencia de EEUU y el no poder quitar a España sus posesiones americanas obliga a sus tropas a dirigirse a África y Asia, especialmente a la India. Y para ello hacen falta bases en el Atlántico y el Índico. Con todo, si caía Tenerife, la defensa y ataque sobre y hacia el resto de las islas es relativamente fácil. Por lo tanto, todo se reduce a una frase: Conseguir un punto de apoyo en la ruta atlántica.

Acuerdo de capitulación

Después de estos días, se lleva a cabo un pacto de capitulación, habitual en la época, mediante el cual vencedor y vencido llegaban a un acuerdo que, consideraban, engradecían a quien había salido victorioso.

Mediante él se liberan a todos los prisioneros y Nelson promete no volver a intentar conquistar las islas, se cura a los heridos, se da la posibilidad al vencido de embarcar con su armamento y banderas desplegadas... Además, ambos responsables intercambian cartas y obsequios. Nelson se ofrece incluso a llevar en persona el parte de guerra a las autoridades españolas de Cádiz.