Una operación conjunta de la Policía Nacional, Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y EUROPOL ha desarticulado la considerada como "mayor entidad financiera del narcotráfico en Europa", una extensa red compuesta en su mayoría por ciudadanos de origen sirio que evolucionó desde un sistema tradicional a otro usando criptomonedas para operar entre España y una veintena de países, teniendo como base un restaurante de Cobo Calleja (Madrid).

Tal y como han comentado fuentes de la Policía Nacional a ElPlural.com, las investigaciones empezaron en junio de 2020 y han contado “con el apoyo in situ de expertos de Europol, guías caninos, GOIT (Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas) y otros cuerpos”.

Han sido arrestadas 32 personas y se han intervenido casi 3.000.000 euros, 575 kilos de hachís, 276 kilos de marihuana, once vehículos de alta gama, siete relojes de lujo, una pistola semiautomática y se ha desmantelado una plantación de marihuana con 995 plantas. Se han bloqueado 19 cuentas de criptomonedas con un valor aproximado de 1.500.000 euros y durante la operación se ha desarticulado un taller de ‘caleteado’ de vehículos. Las diligencias han sido dirigidas por el Juzgado Central de Instrucción nº1 y la Fiscalía Especial Antidroga.

Desde el 2020 la organización habría llevado a cabo entregas y recogidas de dinero para financiar el narcotráfico retornando las ganancias obtenidas, valoradas en más de 32 millones de euros al año, mediante sistemas de compensación, transporte de dinero y transacciones de criptomonedas, según han informado la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera.

Sede de operaciones en un restaurante de Fuenlabrada

Las pesquisas se iniciaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal, compuesta en su mayoría por ciudadanos de origen sirio, que era liderada por un hombre que presuntamente operaba desde Madrid y Toledo para financiar el tráfico de drogas de varias organizaciones de narcotráfico que operaban en España y en el extranjero.

Los investigadores detectaron que disponían de una sede de operaciones ubicada en un restaurante de un polígono industrial en la localidad madrileña de Fuenlabrada, donde acudían a diario los clientes para realizar recogidas de dinero procedente principalmente de algunos negocios regentados por ciudadanos chinos de la zona.

Para evitar posibles vuelcos por parte de otras organizaciones o incautaciones con motivo de inspecciones policiales, el restaurante era vigilado las 24 horas del día y no acumulaban grandes cantidades de dinero en la caja fuerte. La organización de los ‘hawalladares’ también realizaba entregas y recogidas de dinero a domicilio con los miembros más destacados de los principales grupos criminales dedicados al narcotráfico.

Tras investigaciones llevadas a cabo durante dos años, los agentes han logrado intervenir 2.420.000 euros que eran transportados tanto por miembros de la organización de los ‘hawalladares’, como por integrantes su red clientelar. También se ha podido acreditar como la trama estaba financiando la compra continua de alijos de estupefacientes destinados a toda Europa, y se les ha vinculado con dos contenedores intervenidos en 2020 y 2021 que portaban cuatro toneladas de cocaína.

Durante la investigación se desentramaron las estructuras de algunas de las organizaciones dedicadas al narcotráfico más vinculadas a la organización siria y se llevaron a cabo dos incautaciones de 105 kilos de hachís y 275 kilos de marihuana, deteniendo a los transportistas de la droga.

Responsable del movimiento de más de 32 millones de euros al año

La investigación ha podido acreditar cómo la organización de ‘hawalladares’ sería responsable del movimiento de más de 32 millones de euros al año utilizando el sistema de la ‘hawala’, estimándose que dicha cantidad podría llegar a superar los 300 millones de euros anuales. Además de utilizar este antiguo sistema de transferencia monetaria, la organización habría evolucionado a uno más sofisticado, usando monedas virtuales como canal alternativo que les permitía eludir los mecanismos nacionales e internacionales de control.

Debido a que la organización ubicada en España no disponía de la estructura necesaria para dar cobertura a los pagos en criptomonedas, solicitaba los servicios de terceras organizaciones que enviaban el dinero virtual a las direcciones aportadas por parte de un entramado colombiano-libanés, todo ello a cambio de recibir una comisión.

Las pesquisas policiales también mostraron que el líder de la organización, a través de su abogada y mano derecha, creó una sociedad a su nombre y adquirió diferentes licencias y vehículos utilizando el dinero obtenido de las actividades ilegales de la organización.

De esta forma, lograron no solo blanquear los beneficios obtenidos, sino también conseguir un negocio "plenamente estructurado que les estaría sirviendo a su vez como sistema de transporte de las compensaciones de dinero gestionadas por la organización y facilitándoles una mayor seguridad en dicho transporte".

Según la Policía Nacional, el cabecilla también planeaba la adquisición de viviendas de lujo en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) para deslocalizar así gran parte de los beneficios económicos obtenidos con las actividades ilegales desarrolladas.