Las personas mayores tienen mayor riesgo de padecer delirium, especialmente si están hospitalizados. La prevalencia de este síndrome es del 50% en los pacientes quirúrgicos y se dispara al 85% en el caso de que estén en la UCI o en las unidades de Cuidados Paliativos. Esta patología, también conocida como Síndrome Confusional Agudo (SCA), afecta notablemente a la calidad de vida de las personas que la sufren. Entre otras cosas, alarga la estancia hospitalaria, aumenta la mortalidad y el riesgo de complicaciones o de padecer un deterioro cognitivo y funcional.

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología advierte de que se trata de una patología infradiagnosticada porque se valora como algo normal cuando no lo es. “Es urgencia médica y se debe intervenir dado sus graves consecuencias: la mortalidad es el doble entre los pacientes con delirium que entre los que no lo presentan, aumenta el riesgo de demencia, de ser dependientes al salir del hospital o tener que vivir en una residencia de ancianos”, subrayó con motivo de la celebración del Día Mundial del Delirium, celebrado el pasado 15 de marzo.

Principales síntomas

El delirium es un estado de confusión mental que aparece de forma repentina y fluctuante a lo largo del día. Afecta principalmente a la atención y la cognición. Entre los síntomas más frecuentes está la desorientación temporal y espacial, no reconocer a sus familiares, decir cosas incoherentes, hiperactividad, que se alterna en ocasiones con somnolencia excesiva o episodios de quietud.

Es muy frecuente, que se invierta el ritmo circadiano, con somnolencia durante el día y agitación nocturna

Los pacientes pueden mantener una conversación coherente para, en un instante perder la memoria, no saber dónde está, tener alucinaciones o delirios como pensar que le están envenenando, por ejemplo. Es muy frecuente, que se invierta el ritmo circadiano, con somnolencia durante el día y agitación nocturna.

Delirium

La clave está en la prevención

"El delirium es prevenible en el 30-40 por ciento de los casos", enfatiza la doctora Myriam Rodríguez Couso, especialista del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, integrado en la red sanitaria pública. Añade que para ello se deben aplicar estrategias como invitar al acompañamiento del paciente con riesgo de delirium, especialmente durante la noche y las primeras 48 horas; procurar que descanse en esa franja y se mantenga activo durante el día promoviendo actividades como la lectura, la conversación y los juegos de mesa, así como estimular la movilidad siempre que sea posible.

“Cuando se tenga ocasión, es recomendable explicar al paciente lo que ha pasado, dónde está, la fecha en la que se encuentra o si es de día o de noche", enfatiza la Dra. Rodríguez. Se deben llevar objetos personales al paciente ingresado para conseguir un entorno más agradable y conocido, llevarles sus gafas o audífonos si los usaran, así como asegurarse de que mantiene una adecuada ingesta de líquidos y comida.

¿Qué hacer si observamos síntomas de delirium?

Estas mismas pautas también servirían en caso de que observemos síntomas de delirium en un familiar. "Es conveniente comunicar al personal sanitario cualquier cambio del estado mental o de comportamiento en el afectado, como desorientación, confusión, agitación o somnolencia excesiva; y, ante todo, tener mucha calma: al hablar, hay que utilizar palabras claras y sencillas, y tono suave y tranquilo", asegura la doctora Ivana Zamarbide Capdepon, neuróloga de la Fundación Jiménez Díaz. Además, recomienda "no llevar la contraria al paciente, explicar las cosas las veces que sea necesario, limitar el número de visitas hasta que remita el delirium y acompañar al paciente de noche si la presencia del allegado aporta tranquilidad”.

Las especialistas consultadas coinciden en que lo más importante es prevenir esta enfermedad con estrategias no farmacológicas, así como identificar y tratar las causas subyacentes, ya que "no hay fármacos aprobados para tratar el delirium". Solo en casos de agitación severa o distrés importante, añaden, se recomienda prescribir antipsicóticos en la dosis más baja posible y con revaloración diaria.

El delirium se puede revertir y no debe confundirse con la demencia

El delirium no debe confundirse con la demencia, pueden coexistir, pero no son lo mismo. Ambos trastornos afectan a nuestra capacidad cognitiva, pero en el primer caso es reversible y la demencia no se puede curar. Esta última implica una larga evolución, que puede durar meses o años. Sin embargo, el delirium se presenta de forma aguda, de curso fluctuante y en la mayoría de los casos desaparece en unos días o semanas.

Tipos de delirium

Existen tres tipos de delirium:

  • Hiperactivo: Se caracteriza por hiperactividad, agitación, agresividad, confusión, alucinaciones e ideación delirante. Se da en un 15-25% de los pacientes que lo padecen.
  • Hipoactivo: Se da con más frecuencia en mayores y se caracteriza por hipoactividad, enlentecimiento psicomotor, bradipsiquia, lenguaje lento, inexpresividad facial, letargia, actitud apática, inhibición y dificultades para la ingesta. Se desarrolla en un 20-25% de los pacientes. Son los más difíciles de identificar, pues sus síntomas no son tan evidentes y puede pasar desapercibido para el personal sanitario si no está formado en identificar esta forma de presentación del síndrome confusional.
  • Mixto (hiper e hipoactivo): Supone el 35-50% de los síndromes confusionales. Alternan la hiper e hipoactividad en el tiempo.