Sandra Barneda tiene dos caras, la pública como presentadora exitosa de televisión, un ámbito en el que sale su yo social y extrovertido; y su versión más íntima, en la que disfruta dando rienda suelta a su yo interior para acabar plasmando a través de la escritura una rica galaxia de sentimientos y vivencias ficticias que, sin embargo, forman parte de un universo colectivo con el que cualquiera de nosotros puede sentirse identificado. Según nos asegura en una entrevista hecha con motivo de la publicación de su última novela 'Un océano para llegar a ti', que la ha convertido en finalista del Premio Planeta 2020, nos cuenta que cuando se pone a escribir, se cierra en su mundo hasta el punto de que los más cercanos se preguntan dónde está.

"La escritura pone a raya a mi ego, es un trabajo de humildad muy grande, porque siempre te enfrentas a esa hoja en blanco", nos explica y añade que es un "invento maravilloso para conocer cosas nuevas". Preguntada si esos dos mundos en los que se mueve, el de la escritura y la televisión, son vasos comunicantes, cree que no, pero sí matiza que son "necesarios" en su vida.

'Un océano para llegar a ti' es una novela de segundas oportunidades en la que Gabriele, una artista a punto de cumplir los 40 y en plena crisis existencial, vuelve a Candeleda, un pueblo de la sierra de Gredos en el que vivió los veranos de su infancia, porque su madre está a punto de morir. No llega a tiempo para despedirse, pero ella sí le ha dejado una carta con sus últimas voluntades, que conviva con su padre durante cuarenta y nueve días, el tiempo que, según la tradición budista, el alma transita por el bardo para pasar a otra vida. Padre e hija, distanciados desde hace muchos años, vivirán un intenso viaje emocional hasta reencontrarse.

"El Planeta es un regalo, una suerte, un privilegio y, al mismo tiempo, una responsabilidad"

PREGUNTA.- ¿En qué ha cambiado tu vida en estas tres últimas semanas desde que recibiste el premio como finalista del Planeta?
RESPUESTA- Todavía no he aterrizado ni tengo distancia temporal suficiente como para responder en qué ha cambiado mi vida al formar parte del elenco de escritores del club selecto del Premio Planeta. Creo que es un regalo, una suerte, un privilegio y, al mismo tiempo, una responsabilidad. Después de dos años de estar enfrascada en una novela, al final ve la luz y, además, con ese broche de oro, que es ser finalista del Premio Planeta.

"Es una novela que habla, sobre todo, de la falta de comunicación, de esos secretos velados en el seno de una familia"

P.- ¿Qué puede encontrar el lector en tu novela?
R.- Es una novela contemporánea, una novela coral, donde se establecen puentes emocionales y se deja muy claro toda la dificultad que existe en la comunicación. Es una novela que habla, sobre todo, de la falta de comunicación, de esos secretos velados en el seno de una familia, esas elecciones que luego tienen un precio, de ausencias y de reencuentros. Por eso el título Un océano para llegar a ti, es el recorrido de padre e hija para llegar a encontrarse.

P.- Son temas muy universales con los que cualquier lector puede sentirse identificado…
R.- Sí, el lector puede identificarse en cada uno de los personajes. Son temas que forman parte de la humanidad y más hablando de la familia, los seres queridos, el laberinto emocional o cómo sobrellevamos todas aquellas cosas que nos van sucediendo en la vida, inesperadas y esperadas. 

P.- En una entrevista anterior que te hizo un compañero para El Plural, ya nos comentaste que esta novela no tiene absolutamente nada de autobiográfico. ¿En qué te inspiras para crear estos personajes?
R.- Creo que te podría decir que en la propia creatividad, en el propio laberinto emocional. Podríamos estar horas hablando de la fuente de inspiración. Es algo que tiene parte de invisible y parte de ese tramado inconsciente que es como un pozo de fondo infinito, donde los escritores y los creadores vamos metiendo todas aquellas referencias que tenemos a lo largo de la vida, ya sean vividas, leídas, sentidas o soñadas. Lo metemos ahí y luego, cuando empezamos a escribir, sacamos de ese pozo infinito todas aquellas cosas que tenemos ahí guardadas. Creo que esa es la gracia de la creatividad por la que te enganchas: tienes la paleta de colores pero no sabes realmente qué dibujo te va a salir. Todos tenemos esa misma paleta de colores para construir un asesino, una novela épica, una novela histórica, una novela contemporánea, una novela de aventuras, una novela de amor, etc. Todo vamos a esa paleta de colores, que son las emociones y que al final es lo que nos une y nos engancha.

"Adoro a cada uno de mis personajes, me hacen sonreír muchísimo y, además, algunos siempre resultan ser bastante rebeldes"

P.- ¿Cómo es tu relación con esos personajes de ficción, que sin embargo parecen muy reales, muy cercanos?
R.- Pues es una relación de auténtica devoción, adoro a cada uno de mis personajes, me hacen sonreír muchísimo y, además, algunos siempre resultan ser bastante rebeldes. En principio son creados para tener una vida más corta de la que tienen, pero aparecen con una fuerza tal que hacen que no puedas dejar de seguir escribiendo y que sigan teniendo protagonismo dentro de la novela.

P.- La novela, entre otras cosas, es también un homenaje a la llamada España vacía ¿en este momento está más de moda que nunca, no solo porque se haya puesto en la agenda su situación, sino también al hilo de la pandemia que estamos viviendo?
R.- Sí, he vuelto a hablar de la mujer rural y la España vacía. Ya lo había hecho en La tierra de las mujeres, desde otro punto de vista. Ahora, por la situación de la pandemia, políticamente parece que intentan darle un poco más de relevancia y espero que siga siendo así, porque existe muchísima necesidad de ayudas, muchísima necesidad de darle ese empuje y porque son valedores de tradiciones que se están perdiendo, unas tradiciones que no deberíamos permitir que desaparecieran.

P.- ¿Puede ser una alternativa viable a la situación que estamos viviendo, de crisis, máxime cuando la pandemia nos ha demostrado que en numerosas actividades podemos teletrabajar desde cualquier sitio?

R.- El teletrabajo ha llegado para quedarse, pero veremos hasta qué punto. Estamos en una situación insólita, mundialmente hablando, y va a haber cambios sociales. Un amigo que trabaja en la NASA, me decía que directamente contabilizan que el mundo ha avanzado tecnológicamente 15 años. Todavía no lo estamos viendo, pero lo veremos.

Lo que nos está ocurriendo propicia que entre más tecnología, por supervivencia propia. Nuestra cabeza está abriéndose todavía a las posibilidades de la tecnología y ojalá que se permita más el teletrabajo, pero hay que regular y todavía estamos un poco en cueros con este cambio. Estamos en el epicentro de la pandemia, todavía nos quedan, por desgracia, como mínimo, 8 meses más, con la curva más arriba o la curva más abajo, pero vamos a estar así. Y será tiempo después, al tomar distancia, cuando podamos analizar los estragos de la pandemia económicamente hablando, y por otro lado, los cambios sociales y de carácter humano que nos ha producido todo esto.

"Podría vivir en un sitio como Candeleda. A medida que me hago mayor, más necesito de la naturaleza"

P.- La novela transcurre en el pueblo de Candeleda, ¿serías capaz de irte a vivir a un sitio así, cercano a Madrid, de forma permanente?
R.- Sí, podría vivir en un sitio como Candeleda. Yo siempre he estado bastante cerca de la naturaleza, no puedo estar lejos de la naturaleza. Me reconcilia, me calma y me serena y, a medida que me hago mayor, más la necesito. Me alegro mucho cuando leo las transformaciones que hacen las ciudades, porque creo que nos calma y debemos acercarnos más al tempo de la naturaleza. El asfalto de las ciudades excita nuestro sistema nervioso y hay que compensar. Yo necesito naturaleza y cuando puedo, me voy fuera.

"En mis novelas siempre hay personajes, ya sean colaterales o secundarios e incluso pequeños cameos, en los que se trata la homosexualidad"

P.- En la novela abordas también el tema de la homosexualidad a través de dos personajes: Luis, el mejor amigo de la protagonista, que es rechazado por su familia por su condición sexual, y la tía de la protagonista. ¿Hay alguna intención reivindicativa en esto?
R.- No, no es algo nuevo en mis novelas. Desde la primera que escribí siempre hay personajes, ya sean colaterales o secundarios e incluso pequeños cameos, en los que se trata la homosexualidad. Está ahí en la galaxia que construimos cuando creamos una novela, y yo me propuse que existiera y que estuviera presente.

P.- Sí, desde la normalidad, ¿no?
R.- Sí, desde la normalidad. En este caso, me funcionaba muy bien, porque dentro de este núcleo de personajes, que se ven trastocados a partir de la pérdida de alguien, empiezo hablar de lo que nos provoca o cómo nos afecta lo que es silenciado. La muerte de esa persona, les provoca a todos esa necesidad de vivir, curiosamente, y les sacude internamente. Me casaba muy bien.

No sólo con la homoxexualidad, "hay muchísimos temas universales en los que creo que existe mucho prejuicio social o interno, y no tenemos ni que presionarnos, ni que escondernos"

P.- Hablando de silencios o de secretos ocultos, tú hace unos meses hablaste de cómo a ti te costó muchísimo hablar con tus padres sobre el tema de tu condición sexual, y más que eso, aceptarte a ti misma. ¿Qué le dirías ahora a una persona que pueda estar en esa situación?
R.- Que sea fiel a sí misma, que lo más bonito es amar, que hable, que se comunique y que no tenga prisa, que se dé su tiempo. Me estás preguntando sobre la homosexualidad, pero hay muchísimos temas universales en los que creo que existe mucho prejuicio social o interno, y no tenemos ni que presionarnos, ni que escondernos. Cada uno tiene que respetar sus tiempos, pero lo más importante es que todo el mundo tiene derecho a ser feliz, eso es algo que tiene que estar en la mente de cualquier persona.

Sandra Barneda presenta en Telecinco el recién estrenado 'La casa fuerte 2', junto a Jorge Javier Vázquez y Lara Álvarez

Sandra Barneda presenta en Telecinco el recién estrenado 'La casa fuerte 2'​, junto a Jorge Javier Vázquez y Lara Álvarez (Foto: Mediaset) 

"Nunca me he considerado la presentadora sustituta ni la segunda opción"

P.- ¿Qué te resulta mejor, ser segunda en el Planeta o ser la presentadora sustituta o segunda opción en televisión?
R.- Nunca me he considerado la presentadora sustituta ni la segunda opción. Siempre que te ofrecen algo, eres la primera opción. No lo he mirado nunca desde ese punto de vista, siempre he pensado que podría haber muchísima gente que desearía estar donde yo estoy. Hay muy pocos presentadores de televisión y me siento una afortunada, con lo cual, me parece que es una carrera de fondo. Llevo más de 20 años en televisión, puedo decir que sigo haciendo televisión, sigo haciendo programas de éxito y estando en una televisión generalista. He hecho de todo a lo largo de mi trayectoria. Nunca me han gustado los picos, me gusta más ser una corredora de fondo.

P.- ¿Cómo logras conciliar la televisión con tu creación literaria?
R.- Te diría que soy una persona muy trabajadora, hiperactiva en ese sentido y muy constante. Cuando me propongo algo, me meto y es prácticamente como una obsesión. Me da mucha paz escribir y me relaja muchísimo. Las personas que me conocen, se preguntan que dónde estoy porque me voy.

Soy tan curiosa, que para mí escribir es un invento maravilloso para conocer cosas nuevas, porque te da pie a ello. Por ejemplo, para esta novela necesitaba información sobre el budismo, pues leí el libro sobre los muertos y varios libros sobre budismo. Luego no lo utilizas, pero fue un pretexto y una suerte para meterme ahí. También leí varios ensayos sobre las pérdidas, recomendados por una amiga que es una eminencia en psicología. Releí El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, que si no lo has leído, te lo recomiendo, porque es brutal. 

Por último, está la parte de la creación, que es construir o meterte en un mundo donde te apetece estar. No escribo novelas donde no me apetece estar. Para mí es fantástico escribir, porque es un mundo que me lleva a lo más interior.

"La escritura pone a raya a mi ego"

En cambio, la televisión me lleva a la parte más exterior, me fuerza a salir, me fuerza a mi parte más social y es un complemento perfecto que me equilibra. La escritura pone a raya a mi ego, es un trabajo de humildad muy grande, porque siempre te enfrentas a esa hoja en blanco. Siempre partes de cero, es una elección muy buena para la vida.

P.- En televisión, también de alguna manera, partes de cero con cada programa que estrenas.
R.- La diferencia es que no estás sola. Te acompaña un gran formato, un equipo de 100 personas, esos colaboradores, ese director... Al final, no estás sola, pero en la escritura sí.

P.- ¿Y esos dos mundos son vasos comunicantes o son dos mundos estancos?
R.- No diría que son comunicantes, pero son, de momento, necesarios en mi vida.

P.- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
R.- Televisivo, ahora con La casa fuerte 2. Literarios, fíjate, estoy apasionándome e investigando sobre una época determinada no contemporánea. He comprado libros al respecto, he ido a la Biblioteca Nacional, empiezo a surfear en internet y a encontrar datos para tirar del hilo…. Estoy divirtiéndome, pero todavía no me he metido en ninguna historia.

"Estoy completamente recuperada [del coronavirus]. Tuve, por suerte, una sintomatología muy leve y me aislé muy rápido"

P.- ¿Estás plenamente recuperada de tu infección por coronavirus? ¿Te has negativizado ya?
R.- Sí, estoy completamente recuperada. Tuve, por suerte, una sintomatología muy leve y me aislé muy rápido. En cuanto tuve un mínimo síntoma de resfriado, me aislé, evité ver a nadie y enseguida llamé para que hicieran una prueba. Salí positiva y entonces ya me quedé en casa, informé al trabajo, y a mi entorno más cercano para que se hicieran pruebas, por suerte, no hubo ningún contagio en mi entorno. Lo que sí que no he podido encontrar es el origen, dónde pude contagiarme. Por eso hablo siempre de no esperar a tener grandes síntomas, ante cualquier tema de dolor muscular, cansancio, etc., debes recurrir a los médicos y hacerte la prueba.