Si hay una cámara icónica en la historia de la fotografía, es la Leica. Fue en junio de 1914 cuando Oskar Barnack, ingeniero de la empresa de fabricación de microscopios Leitz, construyó el primer prototipo de cámara compacta con una película cinematográfica de 35 mm, con la idea de crear una cámara pequeña y ligera que permitiera hacer fotos en serie de manera sencilla y rápida, usando película cinematográfica manufacturada (que se encontraba más fácilmente en las tiendas, y estaba al alcance de cualquier bolsillo). Con el lema “negativos pequeños, imágenes grandes”, en 1925 (el retraso se debió a la guerra) se lanzaría definitivamente la cámara Leica (= Leitz / Camera).
Era ligera, de apenas 400 gramos; era fácil de manejar y sencilla de transportar, cabía hasta en un bolsillo y tenía un objetivo de alta resolución que diseñó específicamente para ella Max Berek.
Una cámara cambiaba el curso de la historia de la fotografía, para su democratización, nacía una nueva manera de ejercer la profesión de fotógrafo de prensa, que optaron en masa por este modelo de cámara por su versatilidad y porque hacía posible narrar un acontecimiento mediante imágenes individuales que se iban complementando.

La herramienta de Cartier Bresson o Capa

La exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica, que podrá visitarse a partir del 11 de mayo en la tercera planta de Espacio Fundación Telefónica de Madrid, comisariada por Hans-Michael Koetzle, producida por la propia Leica y enmarcada dentro del programa de la XX edición de PHotoEspaña, que tendrá lugar entre el 31 de mayo y el 27 de agosto de 2017. Se trata de un conjunto de cerca de 400 fotografías con material documental que incluye periódicos, revistas, libros, publicidad, catálogos y prototipos de cámaras, así como de la obra de grandes autores usuarios de Leica como Cartier Bresson, Paul Wolff, Bruce Davidson, Capa o Robert Frank, y de documentos que dan cuenta del proceso de desarrollo y construcción llevados a cabo por su inventor Oskar Barnack.

Moda, fotoperiodismo, foto documental...

La exposición se estructura en varios apartados como ‘Leica y la “Neues Sehen” (Nueva Visión)‘ donde se desarrolla la idea de que la ligera y siempre dispuesta Leica, fue fundamental en la creación de un nuevo lenguaje visual; ‘Fotoperiodismo‘, y es que la nueva cámara permitía hacer una foto detrás de otra, rápidamente, lo cual jugaba a favor del recién nacido género del reportaje; ‘Fotografía subjetiva‘, ahora cualquier amateur experimentado podría también crear fotografías artísticas; ‘Fotografía humanista‘, el universo urbano como escenario, la vida cotidiana como representación teatral; ‘La nueva fotografía en color‘, ya en los años 40 el fotógrafo danés Keld Helmer-Petersen había capturado el mundo de lo cotidiano en color con una Leica; ‘La fotografía de moda y la cámara Leica‘, las características especiales de la Leica M favorecieron la estética que adquirió la fotografía de moda: un grano muy grueso, luz natural y el impulso para salir del tradicional estudio; o la ‘Fotografía de autor‘ con distintas clases de creadores que utilizaron diferentes recursos.