Quizá no contente a los más historicistas. Jackie, la primera película en Estados Unidos del interesantísimo cineasta chileno Pablo Larraín –director de Neruda-, no es un biopic sobre Jacqueline Kennedy, interpretada por Natalie Portman, sino un retrato impresionista, con un original juego de flashbacks, de la viuda del ex presidente en los momentos posteriores a su asesinato, y especialmente el 29 de noviembre de 1963, día que recibió en Hyannis Port (Massachusetts) a un reportero de la revista Life (aquí interpretado por Billy Crudup) para entrevistarla. Una entrevista en la que Jackie reveló su verdadera personalidad, y dio respuesta a un artículo sobre su marido. Con guion de Noah Oppenheim, la cinta, muy potente estéticamente nos revela a una ex primera dama controvertida, con varias caras y personalidades, y que se creó una fantasía, en su matrimonio y la Casa Blanca, aquí vinculada a Camelot. Una mujer superada por las circunstancias del poder que, no obstante, era muy vulnerable en la intimidad. La cinta es una de las apuestas más interesantes para estos Oscar, aunque solo tiene tres nominaciones, a Mejor Actriz (Portman ya ha estado nominada en otras dos ocasiones a las icónicas estatuillas de Hollywood, y ganó con El cisne negro), Mejor Vestuario y Mejor Banda Sonora.