Bernardine Evaristo es una escritora británica que rompe moldes. Fue la primera mujer negra que ganó el Premio Booker, uno de los más importantes de la literatura anglosajona por su libro 'Niña, mujer, otras'(AdN), que fue incluido en 2019 en la lista de los 19 libros favoritos de Barack Obama. Entre otras cosas, ha emprendido varios proyectos para luchar contra el racismo e impulsar la presencia de mujeres negras en el ámbito de la cultura. Feminista convencida, alerta del empeño de algunos en recortar los derechos de las mujeres en relación por ejemplo al derecho al aborto. "Es preciso que no dejemos de luchar por la igualdad. No podemos perder", asegura en una entrevista en ElPlural en la antesala del 8M, Día Internacional de la Mujer.

En la entrevista alerta también del ascenso de los populismos utilizando lo que define como "sensacionalismo mentiroso". Define por ejemplo a Boris Johnson como "un personaje completamente tóxico que será recordado como alguien que ha traído desolación al país". El Brexit, añade, ha sumido al Reino Unido en una grave crisis y le ha convertido en "en un país ombliguista y provinciano en lugar de la nación interconectada que era antes". 

Bernardine Evaristo acaba de publicar en España de 'Raíces rubias' (AdN), una novela que remueve conciencias sobre el comercio de esclavos a través del humor, la provocación y la ironía. La escritora crea una una distopía en la que son los negros africanos los que esclavizan a los europeos. En este universo alternativo Doris, su protagonista, es una niña inglesa de ojos azules que trata de escapar de sus amos.

PREGUNTA.- ¿Qué podemos encontrar en Raíces Rubias?
RESPUESTA.- Encontramos un universo alternativo de mi invención en el que los africanos son los que esclavizan a los europeos y a un personaje, la protagonista llamada Doris, a quien arrancan de su hogar en Inglaterra para llevarla al Nuevo Mundo donde intentará escapar.

"Dudo mucho que alguien pueda leer el libro, entenderlo y ofenderse por ello"

P.- ¿Ha habido alguien que haya podido sentirse ofendido por esta manera de abordar una situación tan vergonzante como la esclavitud?
R.- Para cualquiera que lea el libro entenderá enseguida que lo que hago es explorar el comercio atlántico de esclavos a través de una historia blanca, pero de ninguna manera me estoy apropiando de la historia. Lo que estoy haciendo es utilizar esta inmersión para explorar por un lado la esclavitud y por otro su legado, que en nuestro caso ha sido el racismo anti-negro. Dudo mucho que alguien pueda leer el libro, entenderlo y ofenderse por ello. Lo que he hecho es escribir un libro que pone de manifiesto la esclavitud y el racismo.

"La sátira es muy buena herramienta para penetrar algunos temas globales muy complejos a los que nos enfrentamos"

P.- La ironía y el humor son herramientas imprescindibles en tu literatura ¿cómo la utilizas en asuntos tan serios y trascendentales como el racismo o la esclavitud?
R.- En 'Raíces Rubias' me sirvo de lo que yo llamo sátira salvaje, porque va a cuchillo. Creo que viene muy bien para poner de manifiesto la esclavitud, en mi obra no he utilizado mucho la sátira, pero sí que creo que es una herramienta muy útil para exponer debilidades, flaquezas y defectos de determinadas cosas. En este caso, al darle la vuelta a este episodio histórico de la esclavitud y crear un universo alternativo que no se sabe muy bien en qué momento de la historia está ambientado, o si es un momento del pasado o del futuro, está un poco difuso, fue algo que me llegó de forma muy natural a la hora de escribir. Lo he disfrutado muchísimo. La sátira es muy buena herramienta para penetrar algunos temas globales muy complejos a los que nos enfrentamos.

"La sátira y la expresión debe ser libre, pero tampoco podemos utilizarla como algo monolítico inamovible"

P.- En España ha habido polémicas e incluso condenas judiciales por tratar temas como el terrorismo a través del humor. ¿Hay límites al humor?
R.- Podríamos preguntarnos, por ejemplo, si es lícito aplicar la sátira a algo como el abuso sexual a niños. Ahí hay una línea que no podemos traspasar. Por un lado, la sátira y la expresión debe ser libre y no debe haber ningún tema tabú, pero tampoco podemos utilizarla como algo monolítico inamovible. Depende muchísimo de cómo cada individuo, cada artista o cada autor enfoca su sujeto o su tema. Por ejemplo, satirizar sobre el terrorismo en una sociedad en la que recientemente se ha producido un atentado, pues probablemente no sea muy bien recibida: Pero si hablamos de diez años más allá, quizás ya ha habido un periodo de reflexión y se entiende de otra manera. Es decir, por un lado es una herramienta universal y válida cuyo uso no debería tener ningún tipo de límite, pero es a la vez algo muy dependiente del contexto y del individuo que la emplea. Hay también un punto, que es del individuo, de hasta qué punto se percibe como una sátira o no lo es. Hay gente que no lo entiende muy bien.

"Con mis libros pretendo cuestionar estereotipos, suposiciones y prejuicios que la gente pueda tener"

P.- ¿Buscas la provocación con tu literatura?
R.- Sí, con mis libros pretendo cuestionar estereotipos, suposiciones y prejuicios que la gente pueda tener. Algunos de mis libros son más provocativos que otros y 'Raíces Rubias' quizá sea el que más, por el tema y por cómo lo exploro. Al final, lo que me gusta es cuestionar la visión que se tiene de las vidas negras, lo que me interesa explorar es la diáspora africana y me apasiona explorar la heterogeneidad de la existencia de las personas afrodescendientes alrededor del mundo, a menudo para cuestionar esa visión homogénea que se tiene de ellas.

"La verdad es que no me gustaría mucho considerarme en la misma categoría que los llamados influencers"

P.- ¿Te consideras una influencer?
R.- La palabra influencer viene de redes sociales y de un tipo de personas que, aparte de recibir mucha atención, no hacen mucho más en su vida. Al final, yo como escritora, sí que es cierto que he conseguido una cierta consideración pública y bastante atención mediática. Tengo ahora una plataforma que no tenía cuando empecé a escribir. La gente escucha lo que tengo que decir. En ese sentido se puede decir que soy influyente. Sin embargo, esta categoría de influencers suele referirse a modelos, gente que se quita la ropa o que comparte fotografías de su gato. La verdad es que no me gustaría mucho considerarme en la misma categoría que este tipo de personas, los llamados influencers.

P.- Lo que sí es cierto es que tus opiniones o comentarios llegan a mucha gente dada la proyección pública que tienes.
R.- Hay que distinguir, como escritora sí que es cierto que tengo una cierta popularidad y se recibe todo lo que digo de una determinada manera dentro de ese ámbito. Pero en lo que respecta la actualidad, no quisiera para nada sobreestimar el alcance que puedan tener mis opiniones pues para nada llegan tan lejos como las de un político. Las de Trump, por ejemplo. O de personas que están en redes sociales y tienen un millón de seguidores, sus opiniones tienen cientos de miles de respuestas. Eso no me suele pasar. Sí hace poco, opiné sobre la cultura de la cancelación y ahí sí tuve un número elevado de respuestas, pero nada comparable.

"Nunca me habría imaginado que Barack Obama no sólo leería mi libro sino que lo elegiría como uno de sus libros preferidos de 2019"

P.- ¿Qué se siente teniendo entre tus lectores a personalidades como Barack Obama?
R.- La verdad es que es bastante surrealista. Nunca me habría imaginado que Barack Obama no sólo leería mi libro sino que lo elegiría como uno de sus libros preferidos de 2019. Esto fue con 'Niña, mujer, otros' y la verdad es que es bastante increíble cuando gente muy famosa lee tu libro y lo promocionan. Esto pasa mucho en EEUU. No sólo Barack Obama, también por ejemplo Roxane Gay. Esto a mí me viene fenomenal porque me permite llegar a un público mucho más amplio y como escritora es lo que deseo. Hay gente con una plataformas tremendas. Por ejemplo, me entrevistó Natalie Portman para este mismo libro y, a raíz de ahí otras personas muy famosas más del mundo de la moda como Kaia Gerber, Emma Roberts o Naomí Campbell empezaron también a promocionar mi trabajo. Es algo surrrealista y maravilloso.

P.- ¿Qué herencia está dejando Boris Johnson en el Reino Unido?
R.- El legado de Boris Johnson ha sido sacarnos de la Unión Europea con mentiras. Fue uno de los primeros que empezaron a mentir acerca de problemas inexistentes como consecuencia de nuestra pertenencia a la UE. Lo hizo para fortalecer su carrera periodística a través de este sensacionalismo mentiroso y luego para convertirse en Primer Ministro. Se puede decir que le ha salido muy bien la jugada. 

Además de eso nos ha zambullido en una crisis como resultado de abandonar la UE y, además, en su gestión de la pandemia dictó un montón de normas que esperaba que todos cumplieran, pero él se las ha saltado a la torera. No sólo eso, sino que ha mentido al respecto. Como político de derechas es absolutamente mendaz y destructivo. No hay excusa para lo que ha hecho. Es un personaje completamente tóxico que será recordado como alguien que ha traído desolación al país. La mitad del país estaba en contra del Brexit y eso lo que va a hacer es convertir al Reino Unido en un país ombliguista y provinciano en lugar de la nación interconectada que era antes. 

P.- Como mujer feminista y luchadora a favor de la igualdad ¿qué mensaje destacarías en la celebración del 8 de Marzo?
R.- Lo que diría es que es preciso que todos hagamos nuestra esta lucha por la igualdad. Si cedemos en nuestro empeño de seguir luchando en defender la igualdad, retrocederemos. Lo estamos viendo en varios países europeos y en EEUU en relación a las leyes sobre el aborto, por ejemplo, y se está poniendo en entredicho la libertad de una mujer para decidir si quiere tener un bebé en lo que supone un quebrantamiento del contrato social en relación a los derechos de las mujeres. Es preciso que no dejemos de luchar por la igualdad. No podemos perder.