El ritmo frenético de la ciudad muchas veces no te deja tiempo para dedicarle un rato a la cocina. Entre el trabajo y los demás quehaceres, muchas veces hay quien se ve obligado a caer en la tentación de los platos preparados. Aunque no sean la mejor opción, ni tampoco la más saludable.

Según un informe publicado por Mercasa a comienzos de este año, las personas que trabajan fuera de casa y aquellos que viven solos, tienden a recurrir a los platos precocinados o preparados que venden en los supermercados o grandes superficies comerciales. Al igual que esto es más propio en personas residentes en grandes núcleos urbanos.

Aunque dejarse embaucar por la comodidad de los platos ya preparados también es algo común en los hogares con niños de 6 a 15 años. Sin embargo, esta costumbre no es tan habitual si el encargado de hacer la compra es alguien entre los 35 y 49 años; por el contrario, en los hogares sin niños no es tan frecuente caer en esta tentación.

En total, se producen 487.000 toneladas de platos precocinados y preparados. Una cifra que se ha traducido en un aumento de 1,6 kilos más por persona durante los últimos cinco años. Lo que significa que, per cápita, gastamos 6,9 euros más en platos como estos.

De toda la comida preparada que se puede encontrar en un supermercado, las pizzas son los productos que más se compran. Un 25% del gasto en este tipo de alimentos se destina a comprar pizzas precocinadas; seguido de los platos congelados, con un 21,7%.

Las comunidades autónomas que más consumo tienen de este tipo de alimentos son Madrid y La Rioja, mientas que Asturias, Castilla y León y Galicia es donde menos tirón tienen.

Un 85,6% de los adultos independientes consumen comida precocinada, y cerca están los jóvenes, siendo un 78,7%. Los niños de entre 6 a 15 años llegan a ser un 74,8% y el grupo más pequeño lo conforman los hogares unipersonales, que se reúnen en un 70,7%.