El Valencia CF se encuentra ante una situación más que alarmante. La llegada de Peter Lim en octubre de 2014 parecía ser la salvación total de un equipo de fútbol al que las deudas y los problemas con la construcción del Nuevo Estadio de Mestalla le habían provocado una dura crisis. Tras un mal año futbolístico, la crisis ha aumentado y desde el Ayuntamiento de Valencia ya han avisado de que no ofrecerán las ayudas que anteriormente daban a la entidad.

Los problemas no solo no han cesado en el equipo ché, sino que se han multiplicado hasta alcanzar una deuda que, tal y como informó en noviembre de 2019, Las Provincias, supera los 560 millones de euros.

La mala temporada futbolística del Valencia en LaLiga ha dejado al equipo fuera de la clasificación de las dos principales competiciones europeas, por lo que también se despide de las primas por jugarlas. Por ello, el dueño del club, Peter Lim y la dirección están tratando de hacer frente a los problemas económicos del equipo vendiendo a muchos futbolistas con el fin de rebajar el gasto en los salarios.

Todas estas maniobras desesperadas de la directiva del club y la lenta construcción del nuevo estadio de fútbol han obligado al Ayuntamiento de Valencia a retirar las ayudas que ofrecían anualmente al equipo ché. En una entrevista en EconomíaDigital, la vicealcaldesa de la ciudad, Sandra Gómez, ha asegurado que "la ATE está para cumplirla y los plazos deben de ser cumplidos. La actual dirección del Valencia CF lleva seis años al frente del club y el día que se cumpla el plazo que se les dio tienen que estar al menos desarrollando los trabajos para acabar el estadio".

Sandra Gómez ha explicado que si no se cumplen las fechas estimadas "se disolvería la ATE y volveríamos a la situación inicial. Perderían todos los beneficios urbanísticos y económicos que supone para el club. Lo que para ellos es un desastre".

Situación límite

La mala situación deportiva y extradeportiva está generando un gran malestar en la afición ché. La salida gratis de algunas de sus principales estrellas, como la de su capitán, Dani Parejo, evidencia el estado de alarma que se vive en las oficinas de Mestalla.

Con una deuda de más de 560 millones de euros, desde la llegada de Peter Lim a Valencia el club ha aumentado su déficit en 200 millones de euros.

Tras no ingresar ni un céntimo tras salida de Parejo, las ventas de Ferrán Torres y Francis Coquelin han permitido ingresar al club 29,50 millones de euros, pero todavía se esperan muchas más salidas con las que disminuir las deudas y poder rebajar los gastos en salarios de los futbolistas.

La afición ché, indignada

La mala situación económica y la salida de algunas de sus estrellas añade más pesimismo a la situación del equipo. Las ilusiones de la afición parecen haberse esfumado y con lo que parecía una nueva época tras conseguir la Copa del Rey en Sevilla en 2019, todo se terminó convirtiendo en un espejismo.

La afición ya ha mostrado su disconformidad ante la mala situación que atraviesa el club y en varias ocasiones ha pedido a Peter Lim que se marche del equipo y "se vaya a casa".

No es algo nuevo, ya que hace unos días, tras las críticas de los aficionados a Lim, su hija Kim Lim echó más leña al fuego y reprochó el comportamiento de la afición en su cuenta de Instagram.

"Algunos aficionados del Valencia CF están regañando y maldiciendo a mi familia y a mí. ¿No lo entienden? El club es nuestro y podemos hacer lo que queramos con él y nadie puede decir nada", criticó la hija de Peter Lim.

Una situación límite para el club en la que los principales perjudicados son los aficionados valencianistas.