La crisis del coronavirus es el mayor desafío al que nos hemos enfrentado desde la II Guerra Mundial. Se trata de una guerra contra un enemigo invisible que va a provocar un enorme impacto económico en todo el mundo. De momento, los estragos del COVID-19 se contabilizan en víctimas y nuestro país es uno de los más afectados. 

El confinamiento de la población y las medidas de seguridad implementadas añaden sufrimiento a esta devastadora enfermedad. La familias no pueden acompañar en el último adiós a los enfermos más graves ni tampoco pueden velar a sus muertos. 

¿Cómo enfrentarnos a una crisis como esta, para la que nadie estaba preparado? Hemos entrevistado a Marta Argilés Huguet, psicóloga de un Equipo de Atención Psicosocial del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa”. Su labor habitual es dar  atención emocional, social, espiritual y personalizada a enfermos terminales y sus familias, pero tanto ella como sus compañeros de los diferentes equipos repartidos por toda España (en total 230 profesionales), están ahora ayudando a los afectados por el coronavirus para superar esta difícil situación.

PREGUNTA.- ¿Está siendo el duelo por las víctimas del coronavirus más complicado de lo que ya es en sí cualquier pérdida?
RESPUESTA.-Su  dureza o mayor intensidad se debe a factores como el impacto emocional que causa el no haber podido acompañar a la persona enferma. Será importante que los profesionales y la sociedad en general confiemos en los recursos psicológicos de las personas, dar tiempo a que las emociones se recoloquen y acompañaremos a esas persones que lo requieran. Pero si no hay antecedentes psicopatológicos, la sociedad cursará un duelo normal.

En este caso, cuando hablamos de un duelo complicado, nos referimos a que a los sentimientos que nos invaden son de mayor intensidad y se suman sentimientos de soledad, de culpa o de incredulidad, entre otros.

El impacto de no haber podido ver el cadáver afectará también, al igual que el hecho de no haberlo podido velar.

He leído una entrevista de Marga Esteve, coordinadora del Hospital de Sant Pau donde se está permitiendo a los pacientes estar acompañados. El acompañante pasa a ser tratado como un paciente más, en el sentido que no se le permite salir de la habitación, protección máxima y  se le ofrece las comidas del hospital y la cama. Es una iniciativa muy buena que ojalá se pudiera llevar a cabo en todas partes. El paciente se sentirá acompañado, hecho que reducirá la ansiedad y, en consecuencia, las llamadas al equipo sanitario por soledad. A la vez, permitirá a la familia hacer un buen cierre. A pesar de la dureza del momento, saber que has estado, que has cuidado y que has acompañado será muy importante para poder iniciar un proceso de duelo normal.

" Hay que dejar espacio para sentir. ¿A qué me refiero? Buscar momentos de paz, de silencio, sentarnos y tomar consciencia de esa persona que esta sufriendo"

 

P.-¿Cómo velar a un familiar o allegado desde la distancia?
R.-No hay una receta para hacerlo. Cada persona tiene los suficientes recursos y creencias para poder hacerlo. Hay que dejar espacio para sentir. ¿A qué me refiero? Buscar momentos de paz, de silencio, sentarnos y tomar consciencia de esa persona que está sufriendo, igual que lo haríamos si la persona estuviera en otro país, ciudad o pueblo. Ahora se suma la incapacidad de comunicación de todo tipo, que es lo que dificulta más, y el impacto de la dureza de la enfermedad que ha llegado a convertirse en pandemia.

"Debemos acoger los sentimientos que aparezcan, si aparece llanto, sentirlo, si aparece rabia, sentirla, si aparece alegría vivirla, etc"

Simplemente os diría que busquéis un espacio tranquilo, concentraros en esa persona, y utilizar vuestros recursos, es decir, vosotros conocéis a esa persona, si es persona de fe, pensar en ella desde la compasión, deseándole lo mejor, pensando en recuerdos buenos, ofreciéndole vuestro abrazo, es un trabajo mental, etc. Y acoger los sentimientos que aparezcan, si aparece llanto, sentirlo, si aparece rabia, sentirla, si aparece alegría vivirla, etc.

P.- ¿Qué consejos les darías a las persones que están obligadas a permanecer lejos de sus familiares enfermos?
R.- Si el familiar enfermo está pasando la cuarentena en domicilio, poneros en contacto con él/ella. Ofrecer vuestro apoyo, aunque sea por teléfono y, si es posible, hacer videollamada. No hay fórmulas mágicas: ser vosotros mismos con las personas de vuestra familia.

Si la persona esta ingresada, sería importante establecer un referente que sea la persona que se comunique con el equipo sanitario y sea también quien informe al resto de la familia, amigos, allegados.

Y volvería a deciros, ser vosotros mismos, si no podéis comunicaros, dedicarle un espacio al día para pensar en esa persona. Si el vínculo es muy próximo, la angustia será más fuerte. A través de los Colegios Oficiales de Psicólogos podéis contactar y encontrar el soporte psicológico que os permitirá encontrar este espacio para poder expresar cómo os sentís, compartir miedos, o temores. Ellos os ayudaran a encontrar espacios de meditación.

" Deberíamos controlar nuestra exposición a los medios de comunicación"

P.- ¿Cómo deben enfrentarse estas personas al goteo de noticias continuo, algunas sumamente preocupantes?
R.- Estas personas y todas. Deberíamos controlar nuestra exposición a los medios de comunicación. Una sobreexposición nos angustiará, nos acercará tanto a la situación de emergencia que parecerá que estamos allí, sin posibilidades de hacer algo y esto nos generará tristeza, frustración y rabia.

Es bueno estar informado, pero debido al gran impacto de la información sería bueno protegernos también, no ver todos los telediarios ni leer toda la prensa. Debemos escoger un periódico que sea referente para nosotros y ver un telediario también referente para nosotros.

 "Es importante ir informando a los niños"

P.- ¿Qué se debe hacer en el caso de los niños?
R.- Es importante ir informando a los niños. Hay programas infantiles que se están haciendo en televisión, que ofrecen una buenísima explicación de lo que está sucediendo. Siempre hemos de acompañar a los niños cuando estén viendo las noticias, aunque sean adaptadas a ellos.

Si no tenemos la opción a un telediario infantil, tendremos que explicar nosotros lo que está pasando.

"No esconderemos nuestros sentimientos, así los niños podrán ver que ellos también pueden mostrarlos"

P.- ¿Cómo explicarles que alguien cercano e importante para ellos está muy malito?
R.- Cuando en casa, alguien muy cercano este muy malito, nos deberemos sentar con el niño/a y explicarle:

“Te acuerdas que hemos estado viendo por televisión que hay un virus que está haciendo mucho daño y que hemos de protegernos… la persona X (abuela, padre, etc.) ha enfermado por este virus, y se encuentra muy mal, debemos pensar en ella, hacerle un dibujo, cantarle una canción, etc. Para darle fuerza, ya que no podremos visitarla, nos han pedido que no salgamos de casa por protección de todos… “

Si la persona fallece, sentaremos al niño/a y utilizaremos la misma fórmula “ te acuerdas que la persona X (abuela, padre, etc.) estaba muy enferma por el virus, y hemos estado enviándole mucha fuerza… los médicos le han intentado ayudar muchísimo, pero ha enfermado tanto que ha muerto… sé que es muy triste lo que te estoy contando, puedes llorar, enfadarte, la persona X sabe que hemos estado cada día pensando en ella, enviándole fuerza, y ha muerto en paz”. Ofreceremos momentos de silencio, donde acompañaremos sin decir nada. No esconderemos nuestros sentimientos, así los niños podrán ver que ellos también pueden mostrarlos.

P.- ¿Cómo combatir la frustración e impotencia ante la pérdida de vidas humanas en el caso de los sanitarios?
R.- Con los sanitarios estamos trabajando. Desde distintos equipos se les está ofreciendo atención psicológica, espacios de meditación, etc. Se les ha ofrecido en cada equipo teléfonos de contacto con psicólogos expertos. Se les hace un acompañamiento, se ofrece espacios de ventilación emocional, se aplican técnicas psicológicas para aliviar y trabajar los sentimientos más perturbadores.

P.- ¿Qué consejos les darías a los sanitarios y todos los trabajadores que están en primera línea?
R.-  Los sanitarios están preparados para afrontar situaciones de gran estrés, tienen recursos de su persona, ya que han afrontado anteriormente situaciones de gran estrés, tenemos unos grandes profesionales, grandes equipos sanitarios.

Frente a esta situación de emergencia social que ya es impactante, se suma el hecho que de momento no tenemos una fecha final de cuándo va a acabar, y el trauma se prolonga en el tiempo. Factores como el agotamiento, la falta de recursos médicos, el incremento diario de enfermos, la toma de decisiones difíciles y complejas se hace aún más dura de llevar. Situaciones que los ponen en jaque con sus valores, su moralidad. Decidir que un paciente deba o no ser candidato de un tratamiento u otro según la evolución, hacerlo en pocas horas, es de gran impacto.

"Decidir qué vida tiene mayor valor comportará un gran impacto para nuestros profesionales"

Una enfermera me comentaba el otro día, que el doctor de Urgencias donde estaba destinada le comentaba que esta situación era como una guerra: o se protegía emocionalmente y decidía de forma clara y rápida,  o no podría soportarlo. Sí es verdad que frente a situaciones de tan alta decisión y rapidez hay que tener sangre fría, pero como profesional de las emociones me pregunto, ¿hace falta tanta rapidez, tomar decisiones sin tiempo a pensarlas? Esta misma enfermera me expresaba que ella, frente a cada paciente, no ve solo la enfermedad sino que ve una historia de vida, unos vínculos, aventuras, vivencias, etc. Decidir qué vida tiene mayor valor comportará un gran impacto para nuestros profesionales, sentimientos de culpa por haber decidido uno u otro, sentimiento de frustración y de mucha vulnerabilidad.

Recomiendo no dejarse llevar por la rapidez, ni tomar decisiones sin tener en cuenta las historias que hay detrás. Démonos tiempo a pensar, a sentir cómo nos siente tomar una decisión determinada. Tomar una decisión a consciencia nos reducirá la angustia y el sentimiento de culpa, será una decisión pensada, formulada con nuestros valores, aprendizajes, etc.

Y, al llegar a casa, buscar un espacio para repasar como ha ido el día, sentir las emociones, si se tiene la oportunidad de trabajarlas con un psicólogo que nos acompañe perfecto, sino, compartir con alguien de nuestro entorno que tenga capacidad de escucha y que no lo sobrepasemos emocionalmente, alguien que acoja nuestra emoción. La meditación, la relajación, nos serán de ayuda.

P.- ¿Cómo os estáis protegiendo vosotros mismos para evitar el contagio?
R.- Nosotros estamos trabajando desde casa con videoconferencia y/o llamada telefónica.