La situación epidemiológica en España continúa siendo favorable después de la remisión de la sexta ola y, por este motivo, el plan centinela sigue avanzando a buen ritmo. Pero, ¿qué significa la “gripalización” de la covid-19? Desde el pasado mes de enero el Gobierno, en consonancia con las autoridades sanitarias, ha ido consolidando un plan de desescalada del virus en el que los medidores se adaptan a un nuevo escenario, en el que el virus pasa a considerarse como una enfermedad respiratoria más.

La virulencia de la variante ómicron desató una situación de alarma por la elevación desmedida de la incidencia acumulada, que llegó a rozar los 1.400 casos a nivel nacional, aunque gracias a las altas coberturas vacunales de la población, con más del 90% con la pauta completa, el Gobierno determinó que es buen momento para tomar otro rumbo. "España ha respondido de una manera muy positiva a la vacunación y tenemos que responder con nuevos instrumentos", manifestó Sánchez al respecto.

Con este contexto como telón de fondo, se han ido produciendo significativas modificaciones en las principales restricciones de la pandemia: las cuarentenas, los test, la contabilización de los positivos y la obligatoriedad de las mascarillas.

Remisión de las cuarentenas a casos graves

En marzo de 2020, el Gobierno tomó la drástica decisión de confinar a toda la población para erradicar de raíz los contagios y, desde entonces, esta medida ha estado a la orden del día para reducir los brotes. Con la pérdida de carga viral de los positivos, el aislamiento ha ido perdiendo fuerza. España eliminó las cuarentenas de contactos estrechos el 1 de marzo y, desde este lunes 28 de marzo, los casos asintomáticos tampoco tendrán que cumplir esta medida.

De este modo, las cuarentenas tan solo tendrán que cumplirlas las personas vulnerables y aquellos que presenten sintomatología grave, tales como los hospitales o las residencias de mayores. Cabe recordar que el Ministerio de Sanidad ya las redujo a siete días, a diferencia de los diez que estaban fijados previamente.

En la misma dirección se han aplicado las normas relativas a los test. Las PCR y los test de antígenos tan solo se aplicarán a la población vulnerable, casos graves, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas.

Informe semanal de contagios

Otra de las decisiones que han marcado la agenda de la ministra Carolina Darias durante las últimas semanas se ha reflejado en la notificación de los casos. Desde el comienzo de la pandemia, la población podía comprobar la evolución del virus a diario gracias al informe oficial de Sanidad, sin embargo, ahora se publican dos veces en semana. El último registro refleja que España tiene una incidencia de 461 casos.

“Como consecuencia de una necesidad de mejora”, Darias esgrimió que el objetivo será ofrecer “datos de calidad”. Así, el plan centinela será "capaz de detectar aumentos de la incidencia en la población general” y permitirá “la detección precoz de nuevas variantes y la medición de la efectividad vacunal”.

El fin de las mascarillas, cada vez más cerca

El complemento de confianza y que nunca ha podido faltar durante los dos años de pandemia ha sido la mascarilla, elemento imprescindible para combatir al virus en la escala hacia la “nueva normalidad”. Con el escenario actual más favorable, la ciudadanía demanda que su obligatoriedad, tal y como se ha hecho al aire libre, se elimine de los espacios interiores. Las autoridades sanitarias y el Gobierno han apoyado la petición, aunque todavía no se ha tomado una postura clara al respecto.

“Muy pronto” fue la posición que adoptó Sánchez el pasado 6 de marzo, aunque dejó en manos de “la ciencia y los profesionales sanitarios” la última palabra, ya que será la Comisión de Salud Pública y la Ponencia de Alertas los que tendrán que aprobar la medida. Asimismo, el debate de las mascarillas se asentará en el Congreso de los Diputados se votará la eliminación de su uso en interiores. Debido a que el Gobierno delegó las responsabilidades a las comunidades autónomas, cabe destacar la brecha de opiniones entre las mismas respecto a esta cuestión: mientras que el País Vasco pide que se mantengan, la Comunidad de Madrid lleva reclamando desde hace semanas su eliminación.