Es un temor bastante frecuente en los adultos, pero en los niños aún es más común. El miedo a las inyecciones es algo a lo que tienen que hacer frente los pequeños cada vez que han de ir a vacunarse cumpliendo el calendario ordinario, unas citas a las que ahora tienen que añadir la de la Covid.19. 

Desmayos, lloros e, incluso, náuseas, palpitaciones, dificultad para respirar y ataques de pánico, son algunas de las consecuencias que puede acarrear la exposición a las agujas. Los especialistas advierten de la necesidad de abordar de forma correcta el momento de la inyección para evitar posibles secuelas psicológicas ligadas a experiencias negativas. 

Por ello, Aspen Pharma ha desarrollado una campaña de concienciación sobre lo que se conoce como tripanofobia, dentro de la que se ofrecen consejos útiles para enfrentarse al tan temido pinchazo. 

1.Preparar psicológicamente al niño: No es necesario hacerlo con demasiada antelación. Un día será suficiente. Es importante explicarles también el beneficio que para su salud tiene la inyección. 

2. Compartir previamente el miedo a las agujas con el equipo médico o de enfermería.

3. Utilizar técnicas de distracción. También puede utilizarse algún objeto para apretar en el momento del pinchazo. 

4. Buscar una posición cómoda. En el caso de los niños pequeños se aconseja que estén erguidos, mientras que los de mayor edad y adolescentes es preferible que estén sentados para evitar mareos. 

5. Realizar ejercicios de respiración y relajación, respirando profundamente. 

Campaña de Aspen Pharma sobre tripanofobia

En los casos más graves o de fobia, se recomienda solicitar ayuda psicológica. Del mismo modo, para reducir el dolor, existen en el mercado anestésicos tópicos en forma de cremas, pormadas o sprays.  "Una de las presentaciones más utilizadas para aliviar el dolor del pinchazo suele ser una combinación de lidocaína 2,5% y prilocaína 2,5% en crema", explica la psicóloga Ana Asensio. 

Se aconseja aplicar la crema una hora antes del pinchazo y cubrirla con un apósito impermeable al aire y al agua. Si no es posible, hacerlo con un film de plástico transparente. Esta medida facilita que la piel de esa zona no pierda agua por transpiración, y aumente la hidratación de la misma. "Cuando más hidratada esté la piel, menos resistencia tendrá el anestésico para penetrar la epidermis y la dermis con el objetivo de llegar a las terminaciones nerviosas periféricas, bloquear el impulso nervioso e impedir así la transmisión del dolor", precisa. 

La aplicación es fácil y la puede hacer uno mismo en casa antes de acudir a la cita con el profesional sanitario que pondrá la vacuna, si bien se recomienda consultar con el especialista antes de emplear este tipo de productos.