El magistrado del Tribunal Supremo en el caso Koldo, Leopoldo Puente, ha seguido la estela del fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, y finalmente no ha decretado la prisión que solicitaban las acusaciones particulares para el que fuera ministro de Transportes, y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. El juez ha tomado esta decisión pese al tenso rifirrafe que ha mantenido con Ábalos cuando éste ha empezado de decir que se sentía indefenso, y que el fraude de ley del que le acusa el juez se hubiera producido si renuncira al acta de diputado.

Ante esto, Puente le ha espetado que ya se pronunció sobre la indefensión en el auto que emitió este martes, que el Supremo no es el Congreso y que le dijera si iba o no a declarar pero que dejar de hacer un mitin. La resolución a la que hacía referencia Leopoldo Puente requería a Ábalos para que en plazo de tres días hábiles designe nuevo letrado, y subraya que, en caso de no hacerlo, procederá a serle nombrado uno de oficio, tal y como él ha solicitado esta misma mañana, aunque solo lo pretendía para la declaración de mañana. Tan pronto como comparezca en la causa el nuevo letrado/a, asumiendo la defensa de Ábalos, se tendrá por efectuada la renuncia y cesará en su función en esta causa especial el letrado José Aníbal Álvarez García, siendo sustituido por el nuevamente designado o asignado de oficio.

Más de 95.000 euros sin rastro bancario

Cabe recordar que Ábalos estaba citado a declarar tras recibir el juzgado un informe de la UCO. En dicho informe, la UCO detectó 95.437,33 euros desembolsados por el ex ministro de Transportes sin justificación bancaria, entre los que destacaba 20.799,40 euros de gastos "personales con cargo a una fuente de ingresos no declarada".

Además, la Guarda Civil reflejó que el PSOE pagó con dinero efectivo en sobres a Ábalos. Algunos de esos pagos, explicó, tenían respaldo documental en lo aportado por el Partido Socialista como compensación por gastos, pero otros no.

La UCO detalló que Koldo y su entonces mujer, Patricia Uriz, verbalizaban en sus conversaciones de WhatsApp que parte del dinero que gestionaban, en efectivo o a través de sus cuentas, no era suyo, sino de Ábalos, y que se referían a él como "chistorras" (billetes de 500 euros), "soles" (200 euros) y "lechugas" (100 euros).

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