Corinna Larsen, quien fuera amiga íntima del Rey Juan Carlos, envió una carta a la Casa Real el 5 de marzo de 2019 en la que informó que el emérito le había exigido en 2014, el año de su abdicación, la devolución de los casi 65 millones que le había transferido desde una cuenta en Suiza.

Corinna explicó en su carta que se negó a hacer la devolución del dinero "para evitar potenciales acusaciones por delitos financieros" y que, entonces el Rey emérito reaccionó airado: le acusó "falsamente de haberle robado sus bienes" e inició una "campaña de difamación" contra ella, según asegura en su misiva, que adelanta este viernes el diario El Mundo.

El comunicado de Felipe VI tras la carta

La Casa del Rey difundió el pasado 15 de marzo un comunicado en el que hacía alusión a la existencia de la carta de Corinna y negaba rotundamente que Felipe VI "tuvieran conocimiento, participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba". El Rey optó por retirar su asignación pública a su padre e informar al Gobierno.

Corinna denunció una campaña contra ella

En su carta, remitida a través del bufete londinense Kobre & Kim, Corinna aseguró que su intención era "proporcionar información de interés para los Reyes" Felipe y Letizia, así como para "abrir un canal confidencial de comunicación con la Casa Real y sus representantes legales". Explicó que pretendía, "de buena fe", que "cesara la campaña de difamación e intimidación que sufría desde hacía siete años" por parte tanto del "Rey emérito como del general Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)".

Según aseguró la examiga íntima del Rey emérito,  se trataba de una "campaña" que había ocasionado episodios "vergonzosos" para la Jefatura del Estado y que "continuaba poniendo en peligro la reputación" de la institución, así que proponía  "un diálogo constructivo como primer paso para conciliar los intereses de ambas partes".

Corinna relató que "en 2012 recibió por parte del Rey emérito una cartera de inversión abierta en el Banco Mirabaud de Ginebra con una fundación denominada Lucum", establecida en Panamá. "Los beneficiarios de esa fundación", subrayó Corinna, "son el Rey emérito, el Rey Felipe VI y la Infanta Leonor", precisó.

Una donación de Arabia Saudí

"Este regalo no fue solicitado en ningún momento", añadió Corinna, que detalló que la entrega le fue presentada por parte de Don Juan Carlos como "irrenunciable". Según explicó, el abogado Dante Canonica, le dijo que "el dinero procedía de una donación al Rey emérito por parte del Rey Abdullah de Arabia Saudí en 2008". "Estos hechos están documentados", recalcó Corinna.

"En 2014, el Rey emérito exigió que devolviera esos fondos", aseguró Corinna, que "aconsejada por su abogado suizo, rechazó [el reintegro] para evitar posibles acusaciones por delitos financieros".

Su negativa no gustó al Rey emérito, que le  "difamó y acusó por este hecho ante sus clientes y socios", además de ante "jefes de Estado extranjeros", extendiendo su supuesta ofensiva contra "su familia e hijos, que han sufrido especialmente las calumnias". Atribuye toda esa campaña al general Félix Sanz Roldán, exdirector del CNI.

Su implicación en el caso Nóos para "proteger a la Infanta Cristina"

La alemana acusa a Roldán del asalto a su domicilio y su oficina en Mónaco bajo el "pretexto de protegerlos", cuando "el verdadero propósito de la operación" fue el de "incautarse de documentos" sensibles que "implicaban al Rey emérito y a otros miembros de la Familia Real en operaciones financieras irregulares"

Corinna señala que fue "implicada en el escándalo del Instituto Nóos" que presidía Iñaki Urdangarin "por miembros de la Casa Real con el objetivo de proteger a la Infanta Cristina".