El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha ordenado que las banderas ondeen a media asta y se coloquen crespones negros en los edificios eclesiásticos para mostrar el rechazo a la ley de eutanasia que el pasado jueves fue aprobada en el Congreso de los Diputados con los únicos votos en contra de PP y Vox.

Cañizares califica a esta nueva legislación como “cruel e inhumana” y considera que es una ley “perversa e inicua”. No obstante, opta por los cuidados paliativos y la expresión de la compasión y de la caridad que se deben a la persona humana y a las familias en la última fase de la vida. De esta forma, quiere mostrar una señal de “duelo”, por eso anima a celebrar vigilias de oración en todas las iglesias de las Archidiócesis para impedir que se apruebe la ley y que se suspenda.

Esta señal de protesta ha llegado hasta la Virgen de los Desamparados, a cuya imagen se ha colocado un crespón negro. Este mismo crespón ya lo lució anteriormente, entre el 7 de mayo y 6 de junio de 2020, como signo de duelo por las personas fallecidas en la pandemia del coronavirus.

“Está en contra de la paz y rompe la concordia, no puede haber verdadera paz si no se defiende y promueve la vida”, señaló el cardenal. Además, afirmó que “no puede haber verdadera democracia si no se reconoce la dignidad de la persona humana y se respetan los derechos, no puede haber verdadera paz si no se defiende y promueve la vida”.

Finalmente, Cañizares aseguró que “el único que puede dar y quitar la vida es el Hacedor común”, señalando que “la ley del hombre y la ley de Dios se ven enfrentadas”.