El inicio de curso en las residencias universitarias de Madrid no tiene nada que envidiar a los inicios de cursos de otros años. Las novatadas y las fiestas se siguen repitiendo cada noche en muchos de estos centros de Madrid.

Ismael (nombre ficticio) es la persona más veterana de una residencia que se encuentra a pocos metros de la Gran Vía y asegura que las fiestas son una constante. "En mi residencia no se cumplen las medidas. En principio hay un protocolo colgado en la web, pero al llegar a la residencia nadie lo cumple, ni el uso de mascarillas", asegura diciendo que solo existe una separación de 30 centímetros entre mesa y mesa en el comedor.

Preguntado por la posición que adopta la dirección titubea antes de decir que "no hacen nada". Ismael asegura que se trata de una de tantas residencias que solo busca obtener el beneficio económico. "En el caso de muchas residencias solo se preocupan de ganar dinero. Tienen más preocupación sobre una redada de la Policía Nacional y que empiecen a poner multas que por la seguridad de sus residentes", confiesa.

También confiesa que la policía ya acudido en varias ocasiones alertados por los vecinos, que aseguraban que se escuchaba música desde el patio de la residencia. "Se siguen haciendo novatadas, y se juntan muchas personas. La policía ha tenido que venir en varias ocasiones a poner orden, han llegado a multar a residentes viendo a cuarenta personas en un patio". Sobre los multados, asegura que siguen reincidiendo: "Las multan las pagan los padres, ellos solo se preocupan de seguir comprando alcohol. Les da igual", cuenta incidiendo en que son los residentes que rondan los 18 los que más se exponen al virus "para integrarse".

"No me siento seguro en mi residencia. Al fin y al cabo no me aislo de mis compañeros y compartimos hasta el baño entre varios compañeros. Puedo contagiarme en cualquier comento", denuncia Ismael reconociendo que se siente prácticamente solo en el evitar medidas.

Los padres, cuenta, "tratan de pedir información a la directora de la residencia para ver si se cumplen las medidas o hay personas contagiadas", pero asegura que "no obtienen respuesta". "Somos 100 personas, tarde o temprano vamos a caer contagiados", lamenta.

Un par de kilómetros al norte, entre Rios Rosas y Cuatro Caminos, Daniel está confinado en la Residencia Fundación Gómez Pardo. La imprudencia de unos residentes que decidieron irse de fiesta a una cervecería ha provocado un brote de contagios que ha obligado a confinar todas las habitaciones.

Desde entonces asegura que "se cumplen las medidas de seguridad en la residencia", pese a que "visitar los cuartos de otras personas ya se consideraba falta muy grave y provocaba la expulsión", cuenta.

Los positivos y aquellas personas que presentan síntomas se encuentran aisladas, mientras que los que no presentan ninguna de esas características pueden salir "a correr y a poco más", además de contar con una doctora con la que pueden contactar. Además, reciben la comida en su cuarto. No obstante, señala que sigue habiendo "unos cuantos que no cumplen las normas".