El BBVA ha solicitado este martes en la Audiencia Nacional que se le permita personarse como acusación particular contra Ausbanc al considerar que el banco y su equipo directivo han sufrido durante años una campaña de acoso y desprestigio que ha perjudicado su reputación, por lo que pide además ser resarcido.

Si el juez Santiago Pedraz acepta la personación, el banco también ha anunciado que pedirá la imputación de la abogada del sindicato Manos Limpias, Virginia López Negrete, según publica el diario ABC, al considerar que la abogada actuó coordinada con Pineda para atacar al BBVA.

La letrada que ejerce la acusación de Manos Limpias en el caso Nóos también trató por dos veces que el juez Castro imputase al director del BBVA, Antonio Ballabriga “para luego extorsionar al banco”, según declaró un testigo vinculado a Ausbanc ante la UDEF.

El caso Ausbanc

El juez Pedraz investiga a Ausbanc y a Manos Limpias, y a sus máximos responsables, Luis Pineda y Miguel Bernad, ambos en prisión, por presunta estafa, extorsión, amenazas, fraude en las subvenciones, administración desleal y organización criminal.

En el escrito del BBVA, el banco relata la "feroz campaña de acoso y desprestigio" que "durante años" ha desarrollado Ausbanc en su contra y en la de sus directivos, una vez que el banco decidió dar por finalizado cualquier patrocinio o publicidad con la asociación y con otras empresas relacionadas con ella.

Acoso y derribo

De este modo, Ausbanc comenzó a publicar en sus propios medios de comunicación artículos denigratorios, así como a intervenir en las juntas de accionistas y posteriormente impugnarlas, algo que hizo hasta en seis ocasiones desde 2008, aunque en todos los casos sus pretensiones fueron rechazadas.

Pineda incluso llegó a hacer en Twitter referencias a la "quiebra inminente" del banco y a la incapacidad de su presidente, Francisco González, haciendo referencia a supuestas entrevistas "con un fiscal de Nueva York" al que habrían informado de presuntas irregularidades.

Por todo ello, y considerando el daño reputacional y de imagen que ha sufrido el banco, se pide el resarcimiento, a sabiendas de que "resulta prematuro hablar de una cuantificación del daño ocasionado", algo en lo que la entidad "está trabajando".