En los primeros meses de 2021, la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) se dirigió al FC Barcelona para reclamarle las facturas de los pagos al que fuera número dos del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira. Por aquel entonces, la cúpula blaugrana buscó con premura los documentos en los archivos del club, mientras se generaba un arduo debate sobre la información que remitirían a Hacienda. Según las últimas revelaciones del diario El Mundo, en las comunicaciones internas se prueba que no existía un “contrato escrito” con el exvicepresidente del estamento arbitral: “No sé si preferís decirlo o nos hacemos los locos”.

El Barça encomendó al jefe de Administración la revisión de toda la documentación sobre el vínculo con Enríquez Negreira. Su sorpresa llegó al comprobar que no había ni rastro de un acuerdo formal con el excolegiado. “Contrato escrito no hay”, revela Ángel Rocamora a los abogados externos, constatando que no hay evidencias de un vínculo laboral para las asesorías por las que percibió 7 millones de euros durante, al menos, 17 años.

La entidad azulgrana había bonificado al exárbitro con un montante de unos 90.000 euros mensuales durante su estancia en la vicepresidencia del CTA sin suscribir acuerdo con el fin de ocultar la “relación mercantil”. Las últimas revelaciones sobre el caso Negreira apuntan a que el Barcelona habría incurrido en esta ilegalidad desde antes de 2001, durante la regencia de José Luis Núñez al frente del equipo culé.

Un rosario de facturas

La confesión que más llama la atención la firma en una comunicación interna Ángel Rocamora, en el citado escrito remitido a los letrados del despacho Centell-Folch Abogados de Barcelona. “Contrato ya os indicaba en el borrador escrito de que no hay. No sé si preferís decirlo explícitamente o hacernos los locos”, escribió el jefe de Administración blaugrana en un documento obtenido por El Mundo con fecha de 11 de febrero de 2022.

El caso Negreira crece por momentos y augura una tormenta sin precedentes sobre el fútbol español. El asunto ya está en manos de la Fiscalía y el tsunami informativo ha alcanzado ya todos los rincones del Globo. El titular administrativo del Barça aseguró a los abogados del citado despecho que las facturas son “un montón y todas iguales”. “Tan solo cambia el mes”, destaca en el escrito Rocamora, tras tener en su poder el rosario de pagos a la sociedad de Enríquez Negreira, Dasnil 95, S.L. Los recibos contemplaban una supuesta tarea de “asesoramiento de vídeos técnicos”.

Rocamora también dio parte de lo que habían hallado en virtud de otra de las sociedades reclamada por el Fisco, Tresep 2014, S.L, propiedad de Josep Contreras, exdirectivo del FC Barcelona, y al que se desviaron 728.000 euros por presuntos “servicios educativos” entre los cursos 2015 y 2018, momento en el que se termina la “relación mercantil”, que coincide con el final de la etapa de Enríquez Negreira en la cúspide del estamento arbitral.

Contreras falleció hace unos meses, por lo que los asesores fiscales de su sociedad no han podido entregar a Hacienda los supuestos trabajos para el FC Barcelona. Según informa El Mundo, el exdirectivo culé se quedó con una copia de estos documentos antes de morir, pero no se la facilitó. El Fisco ha estrechado el cerco sobre Enríquez Negreira y Contreras, reclamando “la descripción detallada de los servicios prestados por los citados contribuyentes”. En cualquier caso, Hacienda solicitó “la identidad de la persona o personas que realizaron materialmente la prestación de servicios”, así como el “lugar” donde estos se llevaron a cabo y la “persona física de contacto de referencia”.

“Información privada”

Finalmente, tras un acalorado debate interno, se estableció una respuesta que descargaba toda responsabilidad sobre las empresas, argumentando que los trabajos eran los que figuraban. Además, estas debían ser requeridas las entidades. El argumento troncal del proceso de cómo se llevaron a cabo estas labores era “información privada”. En el caso Negreira, el Barcelona puso a disposición de la ONIF el contacto de Javier, hijo del exárbitro que figura como administrador único de la empresa.

El FC Barcelona entregó a Hacienda datos de facturación de las dos instrumentales, pero sin esclarecer los detalles de servicios prestados como el burofax mediante el cual el vicepresidente del CTA amenazó al club con dar a conocer unas supuestas “irregularidades” del conjunto culé. Subrayó que revelaría todo “sin miramientos”, provocando un “gran escándalo” y advirtiendo de que tan solo un cara a cara con Bartomeu salvaría los muebles. El expresidente culé declinó el ultimátum de Negreira, quien espetó al entonces máximo mandatario del Barça que estaba “jugando con el dinero de su familia” y que se atuviera a las consecuencias venideras.