AstraZeneca dejará de comercializar en Europa ‘Vaxzevria – Vacuna Covid 19’ a partir de este martes 7 de mayo. El cese responde a una petición de la propia compañía realizada a la Comisión Europea el pasado mes de marzo por razones comerciales.

“Estamos increíblemente orgullosos del papel que desempeñó ‘Vaxzevria’ para poner fin a la pandemia mundial. Según estimaciones independientes, solo en el primer año de uso se salvaron más de 6,5 millones de vidas y se suministraron más de 3.000 millones de dosis en todo el mundo. Nuestros esfuerzos han sido reconocidos por los gobiernos de todo el mundo y son ampliamente considerados como un componente fundamental para poner fin a la pandemia mundial”, han confirmado desde la compañía.

En este sentido, Astra Zeneca ha explicado que el cese de la comercialización de las vacunas de debe a que “se han desarrollado múltiples vacunas actualizadas para variantes de Covid-19”, lo que supone que “ahora hay un excedente de vacunas disponibles. Esto ha provocado una disminución en la demanda de ‘Vaczervria’, que ya no se fabrica ni suministra”.

El 5 de marzo, AstraZeneca pidió a la Comisión Europea retirar la autorización de comercialización del medicamento, que fue inscrito en el Registro de Medicamentos en la Unión del 29 de enero de 2021. El 27 de marzo, la Comisión Europea aceptó el cese de comercialización de la vacuna, que será efectivo a partir del 7 de mayo.

Astrazeneca reconoce efectos adversos

AstraZeneca admitió por primera vez en documentos judiciales que su vacuna contra el Covid 19 puede desencadenar un efecto secundario poco común. Este reconocimiento podría tener repercusiones legales importantes y marcar un punto de inflexión en la seguridad de las vacunas.

La empresa está enfrentando una demanda colectiva que alega que su vacuna, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford, causó muertes y lesiones graves en numerosos casos. Entre los demandantes se encuentra Jamie Scott, quien sufrió una lesión cerebral permanente después de recibir la vacuna en abril de 2021, desencadenando un coágulo de sangre y una hemorragia cerebral.

AstraZeneca impugnó las afirmaciones aceptando en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior el pasado mes de febrero que su vacuna “puede, en casos muy raros causar TTS”. El síndrome de trombosis de trombocitopenia (TTS), es un efecto secundario poco común pero devastador, provoca que las personas tengan coágulos de sangre y un recuento bajo de plaquetas en sangre.

Esta condición ha sido el foco de la disputa legal. Astrazeneca ha argumentado que el mecanismo causal aún no se comprende completamente.

Este reconocimiento de la farmacéutica podría allanar el camino para pagos legales sustanciales a las víctimas y sus familias, quienes buscan compensación por daños y perjuicios que podrían alcanzar hasta 100 millones de libras esterlinas. Sin embargo, la empresa sigue defendiendo la seguridad general de su vacuna citando estudios independientes que respaldan su eficacia para salvar vidas durante la pandemia.

La controversia en torno a la vacuna de AstraZeneca ha generado debates sobre la transparencia en la divulgación de efectos secundarios poco comunes y la responsabilidad de las empresas farmacéuticas en la seguridad de sus productos. Si bien las autoridades reguladoras han respaldado la vacuna como segura y eficaz en general, el reconocimiento de efectos secundarios como comunes plantea preguntas sobre cómo se manejarán futuros desarrollos de vacunas y la compensación de las víctimas.

Una de las abogadas que presenta las demandas legales, dijo que AstraZeneca le ha llevado un año admitir formalmente que su vacuna puede causar coágulos sanguíneos devastadores, cuando este hecho ya había sido ampliamente aceptado por el sector clínico.

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