Alicia Mora - Hyde, continúa a diario trabajando, y desde hace 45 años que llegó a Australia en su afán de hacer sus diseños y sus paraguas multicolores.

En una extensa entrevista que hizo para el ElPlural.com, Alicia narraba cómo a los 17 años tenía una gran inquietud de vivir lo más lejos para conocer mundo.

Procedía de una familia campesina de once hijos y padre labrador. A esta edad se fue de casa a la aventura y sin dinero. Tras darle muchas vueltas a la cabeza, pensó que sería buena idea viajar a Temuco (capital de la provincia de Cautín, en Chile) para buscar trabajo.

Y así, poco a poco, comenzó a trabajar cuidando niños "sin cobrar plata", aunque le cubrían las necesidades básicas: comida y una cama. Fue entonces, por aquella época, cuando se puso a estudiar y terminó los estudios de la secundaria para ser abogada. Sin embargo, según su propio relato para este medio, no alcanzó el total de los puntos que exigían para convertirse en letrada.

Una nueva vida

Describiendo al periódico digital los pasos que fue dando, Alicia ponía de relieve sus experiencias en la metrópoli de Sídney, y lo primero que hizo tras recordar la experiencia en Temuco fue asegurarse de tener una cama para dormir y la comida: dos cosas esenciales para sobrevivir. 

Pero a diferencia de Temuco, en la ciudad más turística de Australia, sí la pagaban. Le daban dinero "contante y sonante" como para comenzar a ahorrar y comprar cosas que le gustaban.

Con el tiempo, y tras conocer al que considera su “mecenas”, se abrió paso en el mundo del diseño. En este sentido, se especializó en hacer varios diseños para que los paraguas brillarán, no solamente en Sídney, sino también con la mirada puesta en exportar sus diseños al exterior. Todo es cuestión de darles colores “distintos”, colores “relucientes”, comentaba a ElPlural.com.

Consecuentemente, esta chilena se convirtió no en una trabajadora, sino en una experta, una diseñadora con talento suficiente para que el jefe la contratara fija a tiempo completo.

En estas condiciones y con el trascurso de los años, en el 2002 se hizo dueña de la compañía bajo la denominación de Mora-Igra Umbrellas, y de inmediato trasladó su negocio a Brisbane para continuar haciendo trabajos de artesanía.

Pero con los años transcurridos contaba al periódico digital, en el 2017 falleció su marido, un hombre a quien quería profundamente y se lamentaba que le echaba en falta, sobre todo ahora que podía vivir sin grandes sobresaltos respecto al.

Para los expertos en la materia que conocen bien el trabajo de hacer paraguas de artesanía, quizás Alicia sea posiblemente una de las pocas mujeres en el mundo que hayan cumplido su meta de hacer paraguas de artesanía desde el comienzo hasta el final.

Alicia se lamentaba que la vista le estaba fallando, sobre todo el ojo izquierdo, que utiliza para manejar la máquina taladradora. Pero, finalmente, cuando el periódico le preguntó si pensaba abandonar los paraguas para dedicarse de lleno a vestidos con un toque diferente o artesanal reseñó que "claro que no abandonaré mis paraguas”. “Y en cuanto a los vestidos también quiero dedicar tiempo a diseñarlos con un toque que, en cierto modo, los empleó en mis paraguas".

4.000 siglos

Los paraguas, parasoles o similares, se descubrieron por primera vez en la Antigua región histórica de Mesopotamia, en Asia occidental. Por aquellos tiempos, el sol era mucho más peligroso que la lluvia y para librarse de la "solanera" se descubrió el parasol, con el objetivo de evitar el deslumbramiento de los rayos del sol.

Acto seguido comenzaron a diseñarse los primeros parasoles con plumas del pavo real, una idea que, con el tiempo sirvió exclusivamente para la clase privilegiada en el antiguo Egipto de la región de la Mesopotamia. Sin embargo, el diseño que hicieron en principio pesaba tanto que necesitaba más de una persona para llevarlo.

Por otro lado, los parasoles también se pusieron de moda en la China medieval y en principio los diseños se hicieron a base de palos de bambú recubiertos con hojas y plumas.

Los parasoles dan paso a los paraguas

Para remontarse a los orígenes de los paraguas habría que esperar hasta el siglo XVI, cuando el paraguas comenzó a florecer y convertirse en realidad.

Según cuentan historiadores y especialistas, fue a partir de entonces cuando el paraguas comenzó a abrirse hueco, mientras que el parasol pasó a un segundo plano para utilizarse en infinidad de viviendas ajardinadas, o incluso para dar sombra a calles o avenidas de ciudades y lugares emblemáticos. Finalmente, en el siglo XVIII comenzaron a brillar los paraguas de la alta sociedad en Europa e, incluso, se da el caso curioso que también empezó a utilizarse durante los tiempos de la Revolución francesa.