Afortunadamente, en la actualidad son muchas ya las mujeres reconocidas por sus éxitos, valores, actividad destacada y, en definitiva, por su propia valía personal o profesional. Ese es uno de los grandes avances que la lucha por la Igualdad de la mujer conlleva. Y además es imparable.

Pero aún quedan lagunas que hacen que prestigiosas mujeres en distintos ámbitos no sea hayan reconocido aún en su justa medida. Es lo que “Volutas Moradas”, un blog ecofeminista de Sué Christian reivindica tanto en su blog como en una original, didáctica y bellamente ilustrada agenda feminista. Lo afirmo con conocimiento de causa porque es la que yo uso a diario.

El objetivo de su trabajo, como ella misma define en su ventana de “Sobre mí”, es “en un nuevo rumbo en este camino que es la vida, investigar e ilustrar para recuperar del olvido a mujeres que fueron olvidadas por la Historia, mujeres pioneras, valientes, luchadoras que han abierto una brecha, creando un punto de inflexión a través del cual ahora, nosotras tomamos el relevo”.

Sué Christian

He aquí un ejemplo de una selección realizada de este blog y agenda ilustrada.

1. Berta Cáceres (1973-2016, Honduras)

Cáceres se ha convertido en todo un símbolo de la lucha por la defensa del medio ambiente, hija de Austra Bertha Flores López, partera, enfermera y alcaldesa, quien dio amparo a muchos refugiados de El Salvador durante la guerra civil de ese país, no dejó indiferente en la lucha como activista medioambiental.

Durante su infancia y adolescencia, Cáceres pudo ver y unirse a las luchas de su pueblo, fue durante toda su vida una destacada y radical defensora de los derechos de los pueblos originarios, activista feminista, pacifista y antimilitarista, protectora del medio ambiente.

En 1993 cofundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) para luchar por la defensa del medio ambiente, por el rescate de la cultura lenca y para elevar las condiciones de vida de la población de la región.

Laboriosa defensora de los bienes comunitarios de los pueblos, comprendió que su lucha contra los proyectos hidroeléctricos, mineros y madereros era vital para el futuro de la humanidad, así se destaca su lucha contra la instalación de la presa hidroeléctrica de Agua Zarca en el Río Gualcarque en Santa Bárbara, cuya edificación daña gravemente a las comunidades indígenas, pues es una primordial fuente de agua y alimentos. Además, este es un río sagrado para el pueblo Lenca, elemento esencial en su cosmovisión, según esta tradición, los espíritus femeninos están en los ríos y las mujeres son sus principales guardianas.

El compromiso de Cáceres fue reconocido internacionalmente, tanto por su actividad en defensa de los ríos como por su permanente denuncia acerca de los nefastos efectos de dichos proyectos de presas hidroeléctricas por parte de los inversores internacionales y por ello se le adjudica el prestigioso Premio Ambiental Goldman en 2015.

Recibió amenazas de muerte durante años en respuesta a su defensa de los bosques y ríos, por su defensa de los derechos indígenas y de las mujeres, por ello también fue encarcelada en numerosas ocasiones, razón por la que contaba con medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Fue asesinada en su casa la mañana del 3 de marzo de 2016. A pesar del claro intento de paralizar las luchas ciudadanas con el vil femicidio cometido contra la vida de Cáceres, el pueblo se mantiene en pie de lucha hoy más que nunca. Una de sus frases más impactantes: “Vos tenés la bala, yo, la palabra. La bala muere al detonarse, la palabra vive al replicarse”.

2-Dora Carrington, la artista que amó libremente (1893-1932, Reino Unido)

Aprendió a pintar ya de niña, asistiendo a una escuela femenina que promovía el arte, en la que descubrió otra de sus pasiones, la decoración. Carrington poseía una personalidad tan atrayente que fueron numerosos los escritores del círculo de Bloomsbury los que se enamoraron y escribieron sobre ella. Su carrera artística se vio ensombrecida rápidamente por la vida bohemia, por la que acabaría pasando a la Historia.

Fue en el círculo de Bloomsbury donde conoció al escritor homosexual Lytton Strachey, desde el día en que lo conoció, la vida sentimental de la pintora estuvo marcada por un punto y aparte, al igual que su obra. La atracción fue mutua: ambos se sintieron fascinados por el otro. Brotó la admiración, el respeto y un amor complejo, que fueron materializando en muy distintas formas a lo largo de los años. Su relación con Lytton la vinculó indirectamente al grupo Bloomsbury, el mismo al que pertenecían Virginia Woolf y Vita Sackville, entre otras. Este círculo reivindicaba el sexo y lo liberaba de toda culpa o vergüenza. La ideología del grupo casaba de maravilla con la vida bohemia de Dora y con su defensa de las relaciones sentimentales abiertas. En este marco se desenvolvió siempre con Strachey. Y bajo estos códigos le fue posible mantener una especie de matrimonio a tres, tan típico en el ambiente en que ambos se movían.

Ambos compartieron una relación arriesgada y revolucionaria para la época; pero tremendamente sincera y humana. Estamos ante una mujer rompedora en sus tiempos. Mientras vivía con Lytton, conoció a Ralph Patridge, del que ambos se enamoraron. Dora y Ralph contrajeron matrimonio y el trío se fue de luna de miel a Venecia. Vivieron juntos durante ocho años en la casa de Ham Spray que compró Strachey. Durante este tiempo, Dora mantuvo relaciones con otras mujeres, manteniendo su estilo de vida libre, tal como lo hacían, a su vez, Ralph y Lytton.

Cuando Lytton enfermó gravemente, Carrington cayó en una gran depresión, y viendo venir la muerte de este, decidió poner fin a la suya encerrada en el garaje de su casa con el coche en marcha e inhalando los gases. Patridge llegó a tiempo de evitar la tragedia. Pero dos meses después de perder a Strachey, la británica no encontraba aliciente que la empujara hacia adelante. No era capaz de encajar la muerte de quien dio sentido a su vida. Fue entonces cuando llevó su plan a término y su última voluntad se hizo realidad. Esta vez Ralph no estuvo allí para impedirlo. Una bala fue suficiente para poner fin a la agonía de vivir en un espacio en el que Lytton ya no existía.

Dora fue una mujer fuerte y apasionada que se atrevió a vivir la vida en libertad.

3-Emma Goldman, la mujer cuyos discursos feministas movían masas (1869-1940, Rusia)

La infancia de Goldman se vio oscurecida por la violencia que su padre ejercía sobre ella y sus hermanos, refugiándose en su medio hermana Helena, con quien siempre mantuvo una estrecha relación. Debido a la mala cabeza de su padre, que dilapidó el dinero que su esposa y madre de esta, que había heredado de su primer marido, en un sinfín de negocios que nunca fructificaron, la familia Goldman tuvo que trasladarse de una ciudad a otra buscando encontrar una vida mejor. Esto dificultó que la rusa y sus hermanos crearan fuertes vínculos y echaran raíces.

Cuando empezó a estudiar, a sus siete años, en una escuela estatal comenzó a sufrir el maltrato de algunos profesores y el acoso y abuso de otros compañeros. A pesar de su corta edad, Goldman se enfrentó a ellos y empezó a mostrar su carácter rebelde y contestatario. Esta quería estudiar, pero las penurias económicas de su familia le impidieron continuar en la escuela, pero no que ella estudiara de modo autodidacta.

Años después, harta de aquella situación probó suerte viajando a Europa, buscando una vida mejor, pero lo que encontró fue desalentador. Contratada como costurera, trabajaba más de diez horas diarias por un sueldo mísero. De nada le sirvieron sus quejas a los patronos y decidió probar suerte en una tienda. Allí conoció al que sería su marido durante apenas un año. Con una máquina de coser y cinco dólares, Emma Goldman llegó a su nuevo destino donde conocería a los principales líderes anarquistas del momento. Entre ellos, Alexander Berkman, con quien mantendría durante mucho tiempo una relación.

Al año siguiente, Emma empezó a dar discursos en público defendiendo a los trabajadores. Sus discursos aglutinaban a miles de personas por lo que las autoridades empezaron a verla como una agitadora social peligrosa. En 1916 fue arrestada en Filadelfia acusada de incitar a la revuelta. Mientras esperaba ser juzgada, la periodista Nellie Bly la entrevistó para el New York World. Condenada a un año de prisión en Roosevelt Island, Goldman aprovechó su reclusión para estudiar medicina y sumergirse en la lectura de intelectuales y pensadores como el defensor de los derechos femeninos, John Stuart Mill.

Al salir de prisión se unió a Margaret Sanger en la defensa de la utilización de los métodos anticonceptivos y la posibilidad de controlar la maternidad, continuó con sus giras por todo el país defendiendo el anarquismo y en los años posteriores escribió una serie de artículos sobre la Rusia revolucionaria para el New York World que se convertirían posteriormente en dos libros.

Con el estallido de la Guerra Civil Española, aún tuvo fuerzas para viajar a la Península y entrar en contacto con las organizaciones anarquistas como la Confederación Nacional del Trabajo y la Federación Anarquista Ibérica. En 1939 regresó a Canadá donde fallecería pocos meses después, el 14 de mayo de 1940, después de sufrir un derrame cerebral. El cuerpo de Goldman descansa ahora en Estados Unidos.

4-Maya Angelou, la autonomía de una mujer artísticamente polifacética (1928-2014, Estados Unidos)

Angelou empezó a escribir tras un episodio traumático en su infancia. Cuando tenía siete años, el novio de su madre la violó. Después de que ella testificara en su contra, fue asesinado por una pandilla. Esta siempre sospechó que fueron sus tíos quienes le mataron. Y se sintió tan culpable, porque pensó que era su voz, su testimonio, lo que había acabado con la vida del hombre, que dejó de hablar durante casi seis años. Y de ese silencio hacia el exterior salió su voz interior, que se plasmó en sus escritos.

Angelou estudió danza e interpretación en San Francisco, pero lo dejó a los 14 años para convertirse en la primera mujer afroamericana en ser revisora de tranvía. Luego retomó sus estudios, aunque fue difícil acabarlos porque se convirtió en madre soltera con tan sólo 17 años.

Tras su etapa en San Francisco, trabajó como periodista en los años de la descolonización africana, donde vivió en Egipto y Ghana, tiempo durante el que fue editora del periódico en inglés The Arab Observer y más tarde dio clases en la Universidad de Accra (Ghana).

En 1961 conoció a varios activistas por la paz sudafricana, cuatro más tarde se trasladó a Acra (Ghana) donde conoció a Malcolm X con quien mantuvo una gran amistad. Tras su asesinato, devastada y sin rumbo, Angelou se mudó a Hawaii con su hermano, donde retomó su carrera de cantante y posteriormente su mudó de regreso a Los Ángeles para concentrarse en su carrera de escritora. Trabajó como una investigadora de mercado en Watts (vecindario de Los Ángeles) donde fue testigo de los disturbios y revueltas en el verano de 1965. Actuó y escribió obras teatrales.

Su carrera fue extensa y sus amistades muy numerosas. Su exitosa y amplísima trayectoria profesional le reportó tres premios Grammy, y fue nominada al Pulitzer de Literatura, Tony de teatro y al Emmy de televisión, éste último por su participación en la serie Raíces.

Su prestigio intelectual hizo que Angelou fuera invitada a leer su poema “On the Pulse of Morning” durante la toma de posesión del presidente Bill Clinton, en 1993. Fue profesora universitaria y ocupó la cátedra de Estudios Americanos de la Universidad de Wake Forest University. Como reconocimiento a su carrera, en 2011 el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla de la Libertad, el galardón civil más prestigioso de Estados Unidos.

8-M: Diez grandes mujeres olvidadas para la historia

5-Nellie Bly, la pionera en periodismo de investigación que dio la vuelta al mundo sola (1864-1922, Estados Unidos)

Nellie Bly iba a ser maestra pero se convirtió en una reportera pionera en la historia del periodismo norteamericano. No solo fue su viaje alrededor del mundo el que la situó en la primera línea de la actualidad. Nellie inició su carrera respondiendo a una diatriba misógina, el editor del periódico quedó tan impresionado ante la inteligente respuesta de Elizabeth que publicó un anuncio en el que pedía a la misteriosa autora que se identificara. Cuando Elizabeth se presentó fue contratada con el pseudónimo de Nellie Bly, en honor a una de las canciones más conocidas del cantautor de Pittsburg, Stephen Foster.

La nueva periodista Nellie Bly inició su carrera escribiendo artículos en los que visibilizaba los problemas de las mujeres trabajadoras, algo que la dirección del rotativo no aplaudía, por lo que instaron a Bly a que se centrara en escribir textos en las páginas consideradas como “femeninas”. Harta de tener que escribir sobre moda, ecos de sociedad y temas banales, Nellie Bly abandonó las oficinas de Pittsburg y se marchó a México para ejercer como corresponsal, tenía por entonces tan sólo 21 años. Sus artículos la llevaron a recibir amenazas por lo que Nellie decidió volver a los Estados Unidos donde su experiencia se convertiría en el libro Six Months in Mexico.

Marchó a Nueva York donde inició su colaboración con el periódico New York World, donde trabajó haciéndose pasar por una enferma mental, y poder así ingresar en el sanatorio femenino Women’s Lunatic Asylum y denunciar el maltrato al que eran sometidas las internas. Pasó diez días allí en unas condiciones terribles, que no dudó en denunciar cuando su jefe fue a buscarla. Esto hizo que cambiara la visión de la población sobre estos centros, y puso en tela de juicio los motivos por los que aquellas mujeres habían sido internadas allí, más por ser poco dóciles en un mundo que así las quería, que por tener enfermedades mentales en sí.

Consagrada como escritora y periodista, Nellie Bly propuso en 1888 un reto al editor del New York World: emular al protagonista de la obra de Julio Verne, La vuelta al mundo en 80 días, e intentar realizar semejante hazaña en menos días. Su jefe dudó que una mujer pudiera hacer dicho viaje pero Nellie no se amilanó. Sola, con 25 años, una escasa maleta y doscientas libras esterlinas escondidas en una bolsa atada alrededor de su cuello, Nellie Bly se embarcó. Tal fue la expectación, que la revista Cosmopolitan decidió enviar a su propia reportera, Elizabeth Bisland, para que compitiera con Bly, pero Bisland no pudo con ella. Nellie consiguió dar la vuelta al mundo sola, en 72 días, hazaña sin precedentes.

Bly se casó, enviudó y se hizo cargo del negocio de su marido, creando y patentando varios tipos de botes. Cubrió acontecimientos como la Primera Guerra Mundial o la famosa Manifestación Sufragista en Washington de 1913. Falleció de neumonía a los 58 años.

6-Gerda Taro, fotoperiodista de guerra creadora del personaje Robert Capa (1910-1937, Alemania)

Nacida en el seno de una familia de origen judío y polaco, Taro vivió una infancia acomodada pues sus padres pertenecían a la burguesía, y estudió en un internado suizo durante un tiempo.

Taro y su familia se trasladaron a vivir a Leipzig donde empezó a participar activamente en los movimientos en contra del incipiente nazismo en Alemania. Fue detenida en una ocasión mientras repartía panfletos en contra de las ideas de Hitler. Así, en 1933 viendo que su vida podía correr peligro, decidió marchar a París ante las políticas antisemitas que cada vez eran más reales en el país. A pesar de que su familia también marchó poco tiempo después de Leipzig, Gerda no volvería a encontrarse nunca más con ellos.

Con poco más de veintitrés años se instalaba en un piso de París y empezaba una nueva vida como secretaria de un psicoanalista, mientras entraba en contacto con un amplio grupo de hombres y mujeres afines al socialismo y en contra del cada vez más amenazante nazismo. Una de estas nuevas amistades, Ruth Cerf, fue quien le presentó en aquel tiempo a un hombre que cambiaría para siempre su vida. Y ella la de él. André Friedman (más conocido como Robert Capa) era un fotógrafo judío de origen húngaro.

En 1935 Gerda se marchó a vivir con André y empezó a apasionarse por el mundo de la fotografía. Mientras ella le ayudaba en su trabajo, él le enseñaba todo lo que sabía. Gerda aprendió rápido y en poco tiempo consiguió un trabajo como asistente en Alliance Photo. En 1936 la agencia holandesa ABC Press-Service la acreditaba como fotoperiodista.

Tanto Gerda como André eran conscientes de que su profesión iba a ser poco rentable si no hacían algo diferente. Así nació la idea de crear un personaje ficticio al que imaginaron como un elegante fotógrafo americano con un nombre atractivo. Así nacía Robert Capa quien, hasta que se descubrió su verdadera identidad, fue una mezcla de André y Gerda.

Cuando en julio de 1936 estallaba la Guerra Civil española, a las órdenes de una agencia, Robert y Gerda se trasladaron a Barcelona para cubrir la contienda. De allí marcharon a distintas ciudades donde fotografiaron los primeros momentos de la guerra.

La batalla de Brunete fue el principal destino de Gerda donde inmortalizó los momentos más crueles del conflicto. Y, a pesar de que consiguió salir con vida del campo de batalla, fue en la retirada del bando republicano cuando un tanque la arrolló dejándola mortalmente herida. El cuerpo malherido de Gerda fue trasladado al hospital de El Goloso, en El Escorial, donde nada se pudo hacer por su vida. Fallecía al día siguiente. Era el 26 de julio de 1937. No pudo cumplir los veintisiete años.

Tras su muerte, el nombre de Robert Capa, al que ella misma ayudó a crear, silenció durante décadas su impagable labor como reportera gráfica.

7-Bartolina Sisa, la que defendió a su pueblo de la colonización (1753–1782, Bolivia)

La historia de Bartolina es controvertida, pues dependiendo de quién la narre, esta fue una valerosa mujer quechua o una rebelde que luchó contra la colonización española en Bolivia. Lo cierto es que ambas son ciertas, si entendemos como rebelde a una persona que lucha contra algún tipo de opresión. Bartolina era hija de comerciantes de coca de Los Yungas (una región geográfica de Bolivia ubicada en La Paz) y de tela o bayeta de la tierra.

Durante sus viajes conoció la realidad en la que vivían los pueblos andinos: el sometimiento, la explotación, las ofensas y el abuso por parte de las autoridades españolas que ocupaban aquellas tierras en ese momento. Esta visión de sometimiento hizo que algo en ella cambiase, generando una convicción de protesta contra el sistema colonialista de explotación.

Se casó a los 25 años con Julián Apaza, conocido como Túpac Katari, el cual, antes de comenzar la guerra, había sido sacristán. Juntos, en 1780, con todo el altiplano convulsionado con la sublevación, organizaron los campamentos en el Alto de La Paz, Chacaltaya y Killikilli.

Para los españoles, dominar la insurrección era cuestión de vida o muerte. Si vencían los rebeldes, acababa el poder de España, no sólo en las colonias americanas, sino en todo el imperio. Para los indios, la sublevación establecía la recuperación de su libertad, territorio y riquezas o su definitiva claudicación. Al estallar la insurgencia Aymara-Quishwa de 1781, Túpac Katari era proclamado Virrey del Inca y Bartolina, Virreina, no porque fuera esposa de Túpac Katari, sino por méritos propios.

Así se dieron varias y repetidas luchas, en las que ganaron primero indios y luego, españoles. Bartolina fue traicionada por sus acompañantes y capturada. Fue encerrada y torturada, esperando poder usarla como cebo para capturar a Túpac Katari, pero este no cayó en la trampa.

Murió ahorcada el 5 de septiembre de 1782. Sus verdugos descuartizaron su cuerpo y exhibieron su cabeza y extremidades en distintos lugares donde ella resistió con su lucha, a modo de advertencia.

8-Surya Bonaly, la patinadora rebelde (15 de diciembre de 1973, Francia)

Nacida en Francia, Bonaly fue una patinadora artística que alcanzó en tres ocasiones la medalla de plata y fue cinco veces campeona de Europa, campeona mundial juvenil en 1991 y nueve veces campeona nacional de Francia. Podría pensarse que con esta trayectoria a sus espaldas, habría obtenido mayor reconocimiento en el mundo del deporte, ya que su osado estilo instaba a añadir cambios en el patinaje artístico. Sin embargo, salvo expertas, pocas recuerdan ya su nombre. Así que, ¡vamos a recordarla juntas!

Si como te gusta el patinaje artístico, y el deporte en general, es muy probable que recuerdes a Surya. Cuando llegan los torneos de patinaje artístico de cada temporada muchas esperamos la sabiduría de Paloma del Río (periodista española que pone voz a las transmisiones) para que nos contextualice lo que estamos viendo, ya que es un mundo repleto de reglas internas, en el que existe un gran contenido de repertorio y expresiones que a muchas nos pasan desapercibidas.

A Surya la conocimos en los Juegos Olímpicos de 1994, donde obtuvo la misma puntuación que Yuka Sato, la favorita de los jueces, pero tras un voto de desempate, Bonaly fue relegada a la plata. Indignada, se quitó la medalla y bajó del podio, pues no estaba dispuesta a aceptar la derrota frente a una persona que había hecho menos saltos, sólo porque a los críticos les parecía más importante que la japonesa había hecho su coreografía con “mayor elegancia”.

Y es que Surya no encajaba con ese concepto de gracilidad femenina, que tanto se busca en este deporte. Poseía un cuerpo de pura musculatura y su estilo no estaba especialmente pulido, tal y como marcaban los estándares conservadores del momento, pero su espíritu de superación era arrollador, llevándola a experimentar y ejercitar infinidad de movimientos, buscando siempre realizar un salto más complejo que el anterior.

Lo cierto es, que no se sabe muy bien qué fue primero, si su rebeldía en cuanto a las normas o las constantes críticas de los expertos, no siempre justificadas y que en algunas ocasiones fueron bastante crueles. Pero, pesase a quien pesase, Surya era una de las mejores patinadoras del momento que se negaba a utilizar medias, elegía canciones pop en lugar de clásicas y que ejercitaba sus movimientos rompiendo con los viejos códigos.

Pero no fue hasta 1998, en la final femenina de patinaje en Nagano, cuando Surya se convirtió en pionera en la Historia. Para entender el porqué de esta hazaña es necesario que explique un par de cosas. Existen seis tipos de salto en el patinaje artístico, puedes hacerlos dobles, triples y encajados en distintas rutinas, pero en más de 100 años de Historia todos los patinadores se han limitado a esas seis maneras de elevarse sobre el hielo. Pero, existe un séptimo salto, uno prohibido, el “back flip” o salto hacia atrás. Ésta es una jugada que conlleva mucho riesgo, y que únicamente han conseguido realizarlo tres hombres a lo largo de la Historia. El gran riesgo de que el deportista se lesionara golpeándose la cabeza en el hielo era tan alto, que decidió prohibirse en las competiciones oficiales.

Y ahí estaba Surya apareciendo en la pista de hielo con un mono azul, sonaba el Verano presto de Las Estaciones de Vivaldi de fondo, parecía nerviosa y debía estarlo pues en uno de los primeros saltos acabó cayendo al suelo, algo que los jueces no iban a perdonar llegados a esos niveles. Todo parecía perdido a nivel de premios, pero Bonaly quería mandar un mensaje, uno contundente, no sólo a los jueces, sino al público: incluso lo que parece imposible puede hacerse. Incluso lo que parece estar bien medido y pulido, puede cambiarse y mejorarse.

Surya se anima, coge impulso exhibiendo un gran coraje, llega el momento esperado… todo el mundo esperaba un triple Axel y de pronto se lanza a realizar un salto hacia atrás, y no sólo eso, sino que además, ¡lo hace aterrizando con un solo pie!

9-Lolo Rico, creadora del programa La Bola de Cristal (1935–2019, España)

Escritora, periodista y realizadora de televisión, comenzó su carrera escribiendo cuentos infantiles y trabajando en Radio Nacional de España y TVE. Pero seguramente tú que estás leyendo ahora sobre su vida, recuerdes más vívidamente su trabajo con La bola de cristal, una creación suya de 1984 que podía verse en televisión española los sábados por la mañana. Se trataba de un programa con un estilo innovador, que hablaba con los niños sin infantilizarlos, de temas candentes como el capital.

Nacida como María Dolores Rico Oliver, Lolo Rico Fue una niña de la posguerra nacida en una familia burguesa de derechas venida a menos. Su padre, abogado, alimentó su pasión por los libros, hasta tal punto que, antes de aprender a leer sola, la pequeña Lolo les pedía a los clientes de la sala de espera del despacho de su padre que le leyesen, cuando su familia se enteró le prohibieron pisar la sala de espera, así que tuvo que aprender a leer sola, siguiendo con el dedo las líneas que le habían leído tantas veces y se sabía de memoria. Su padre, viendo que no había modo de sacarle las letras y los libros a su hija de la cabeza, le ofreció un trato, podría leer todos los libros de su biblioteca particular a condición de que si en algún momento, alguno de esos libros le hacía daño, lo dejase inmediatamente.

De adolescente su mayor sueño era convertirse en una gran pintora, iba a menudo con su padre a visitar museos y pronto se inició en Bellas Artes, donde se encontró de pronto en un ambiente juvenil, donde se hablaba de libros, viajes y se valoraba la belleza de todo lo que les rodeaba. De pronto encontró un mundo fresco, amplio de miras y lleno de oportunidades frente a ella.

Un día, su madre fue a buscarla y dando una vuelta por el lugar para conocerlo entró en el aula en el preciso momento en el que estaban pintando un dibujo al natural de una mujer desnuda, aquello la escandalizó tanto que la sacó corriendo de allí, y no volvió a dejarla ir.

“Le debo a Bellas Artes el haber entendido que la imagen no son sólo formas y volúmenes, que la imagen es algo más cálido que todo eso, y si hice televisión fue por mi estancia en Bellas Artes”, llegó a reconocer Rico.

A los 23 años se casó con el financiero Santiago Alba, un matrimonio triste, que se rompió años después, cuando ya habían tenido siete hijos juntos, según cuenta ella misma “diez años más tarde de lo que hubiera debido”.

El amor de su vida siempre fue su carrera, una carrera peleona como escritora, guionista, editora y directora televisiva que le llevó a codearse con la gauche divine y luego con la Movida. Su vida fue una constante lucha por la libertad, una libertad de género, laboral e ideológica, formándose un carácter propio, muy peculiar, que le ha ayudado a convivir con la soledad. “La libertad no nos hace más felices a las mujeres, sencillamente, nos hace mujeres”.

Mujer incansable, que buscó constantemente un nuevo proyecto en el que enfrascarse, unos años antes de su fallecimiento, estaba con varios proyectos entre manos: una novela feminista, una obra de teatro sobre una violación, la segunda parte de sus memorias, un sesudo tratado sobre televisión, un trasgresor musical político que busca productor: “Tengo las canciones compuestas y sin novio, me gustaría hacerlo en la calle, iba a decir en la puta calle… Trata sobre la corrupción, sobre los jóvenes; acaba bien, al final gana la democracia, algo que yo aún no he visto porque el mundo sigue yendo de culombio, de culombio es poco”. Y lo hizo peleando, con una resolución y un carácter que no escondía bajo su afable aspecto.

Lolo Rico fue una mujer libre, siempre lo fue, escabulléndose entre los dedos de quiénes quisieron atar su lengua y su creatividad. Cuando un trabajo transgredía sus ideales: lo dejaba y buscaba o creaba otro en el que poder ser libre. Por eso, La bola de cristal quería mandar un mensaje de libertad a quienes lo veían: “Se puede ser músico, se puede ser escritor, se puede ser político, se puede ser TODO siempre y cuando uno sea honrado, libre y deje ser libres a los demás”.

Los Electroduendes y la bruja Avería marcaron la infancia de los niños y niñas españoles criados en los años ochenta, llevando consigo un mensaje claro de cooperación, unión y lucha: “Sólo no puedes, con amigos, ¡sí!”.

10-Elena Fortún, escritora que creó el personaje de Celia (1886–1952, España)

Fue una escritora española dedicada a la literatura infantil y juvenil, creadora del personaje Celia. Hija de un matrimonio adinerado perteneciente a la nobleza vasca estuvo recluida prácticamente toda su infancia debido a su delicada salud y los muchos cuidados y atenciones que sus padres le profesaban, fue entonces, en esos años de inquietud intelectual y social, cuando se zambulló en la lectura como medio para vivir a través de otros lo que ella no podía. Seguramente gracias a estos momentos de su infancia (en los que la lectura fue su mayor y fiel amiga) decidió estudiar Filosofía y Letras en Madrid.

Al fallecer su padre, la economía familiar se resintió bastante, y pocos años después se casaba con un primo segundo suyo (poco menos que obligada), que también era escritor y con quien tuvo dos hijos.

En 1920 fallece su hijo pequeño, de tan sólo diez años, un golpe duro para Fortún, que se involucró aún más en sus escritos. Fueron años de desarrollo, en los que no sólo logró instruirse como persona, sino además, recorrió un sendero al encuentro con su verdadero ser, el de una mujer plenamente consciente de que amaba y se sentía atraída por otras mujeres, y que se negaba a ocultarlo.

Huyó de los dictados de la feminidad tradicional cortándose el pelo como entonces sólo lo llevaban los hombres y vistiendo de un modo más masculino.

Una de sus obras más conocidas narra las aventuras y vivencias de Celia, una niña de familia adinerada, poco femenina, traviesa e inquieta intelectualmente que, como ella, huía de los convencionalismos impuestos por la sociedad, que vivía en un piso inmenso con su nanny inglesa y su gato negro Pirracas. De esta serie de libros en los que se narraban infinidad de travesuras y aventuras de Celia se hizo una serie que se emitió en televisión española.

Sus escritos narran la constante inquietud y búsqueda del ser interior. En Oculto sendero, novela para un público adulto (inédita hasta 2016) narra la vida de una mujer “rara”.