En primer lugar estamos refiriéndonos a un tema de alta seguridad del estado. Por tanto, tema sumamente delicado que no puede ser tratado en la disputa de partidos. No puede ser de otra manera porque el gobierno y las fuerzas de seguridad, nunca revelarán los secretos de estado para desmentir a los difamadores. Por tanto estos, además de incurrir en actitudes impresentables, juegan con la ventaja de saber que el otro bando no le va a contestar, porque no puede. Porque si lo hiciera sería igual de irresponsable que ellos.

Esas lenguas ligeras ¿saben las circunstancias y los efectos que produjeron? ¿Saben si se favoreció o no el difícil proceso de acabar con ETA? No. Solo saben el daño que quieren hacer. Solo saben el objetivo que persiguen.

También sabemos que los implicados en la recaudación del impuesto revolucionario están detenidos; que todos los miembros del aparato dirigente de ETA están detenidos; y que nunca ETA ha estado más acabada. Si hubo alguien que se extralimitó en sus funciones, la justicia se encargará de ponerlos en su sitio. Pero acatemos las sentencias. Porque si la Justicia dice blanco, y algunos siguen diciendo que es negro, están demostrando que solo buscan moverse por las alcantarillas de la política.

Julio García-Casarrubios Sainz
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