Libertad Digital se inclina por la primera de estas posiciones y en su editorial del pasado domingo, titulado A buenas horas se arrepiente el supervisor de nubes, descarga toda su artillería contra el anterior jefe del Ejecutivo. En este sentido, afirma contundentemente que “la sociedad española está padeciendo los efectos de la última legislatura de Zapatero sin que hasta el momento se vislumbren síntomas de recuperación. Los coletazos de su último mandato antes de entregar el poder al Gobierno de Mariano Rajoy quedaron marcados por sus falsedades acerca del déficit lo que obligó al nuevo ejecutivo a modificar sus cuentas para cumplir con los compromisos europeos en materia de gasto público”.

La Gaceta, por el contrario, entiende que las iniciativas del Ejecutivo popular se estrellan contra una realidad que, por su dimensión planetaria, es totalmente ajena a su voluntad. En un editorial de este medio de comunicación del pasado sábado, que responde al título “Es hora de refundar la economía mundial”, se afirma que “lo que verdaderamente necesita la economía mundial es un nuevo modelo de crecimiento que, a diferencia del actual, no esté basado en el crédito artificialmente barato y abundante, sino en el ahorro real de ciudadanos y empresas. Tanto Europa como EE UU o los países emergentes deben refundarse para abandonar el pelotazo crediticio inflacionista y asentar su prosperidad sobre la mucho más tangible base del ahorro real. Por desgracia, la economía mundial hace años que abandonó este saludable criterio. Estamos pagando las consecuencias”.

Se podría decir aquello de “estamos a setas o estamos a rolex”. Porque siendo Zapatero el responsable de todos nuestros males pasados, presentes y futuros -o como se diría en culto latinajo “per saecula saeculorum”- no se entiende a cuento de qué un periódico de tanta solvencia y credibilidad como La Gaceta se despacha ahora con la teoría de la necesidad de una refundación de la economía mundial para acabar con las pesadillas económicas que afectan a España, a Europa, a Occidente, a los países emergentes y, en definitiva, a todo el orbe.

Parodiando aquel conocido chascarrillo, diríamos que “estamos a  Zapatero o estamos a economía mundial” porque lo que resultaría bastante increíble es que la dirección y fijación del modelo de funcionamiento de la economía internacional hubiese estado también bajo la responsabilidad del anterior jefe del Ejecutivo al que el actual calificaba, con su habitual respeto hacia las personas e instituciones de nuestro país, como “bobo solemne”, chisgarabís”, “irresponsable”, “indigno”, “cobarde sin límites”, “grotesco”, “confuso”, “insensato”, “inestable” o de “chalanear con los terroristas y traicionar a sus víctimas” -entre otra multitud de lindezas-.

Menos mal que se acabaron nuestros desasosiegos y nos encontramos en las competentes manos de este demiurgo de la política y la economía -llamado Mariano Rajoy- que nos está situando en la rampa de lanzamiento de un liberador suicido colectivo. La prima de riesgo, las estimaciones sobre nuestra deuda realizadas por las empresas de valoración, las perspectivas de la evolución del desempleo, la esperanza sobre el mantenimiento del Estado de Bienestar o el futuro de nuestras infraestructuras lograrán que frente al porvenir que se nos viene encima deseemos escapar muriendo o matando. No hay otra alternativa, pero en el bien entendido que hablo en sentido figurado, ¿o no?, como diría el propio Rajoy.

Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas