No se cansaron de decir durante la campaña que educación y sanidad públicas no se tocarían. Y no solo se han tocado, sino que van poniendo las bases para su deterioro total. No hubo rubor en repetir que no subirían el IVA, pero ya anuncian, escondiendo su nombre, que en 2013 subirá. Prometieron una reforma laboral que aumentaría el empleo y no hay empacho en decir que este año acabará con más parados que empezó. Mantuvieron que no bajarían las pensiones, pero ya se sabe que los pensionistas pagarán una parte de sus medicamentos, como si eso no fuera una forma de bajarlas.

Y mientras los voceros habituales de la prensa amiga hacen malabares para justificar en sus artículos lo que hace solo cinco meses criticaban con fiereza, el presidente del Gobierno, D. Mariano Rajoy, solo habla en el extranjero o en las reuniones de su partido, como si no tuviera que dar ninguna explicación a los ciudadanos, a quienes le votaron y a quienes no.

Parece que, tanto el Partido Popular como el presidente Rajoy, han entendido que la mayoría absoluta que tienen les da carta blanca para hacer lo que les venga en gana. ¿Y los ciudadanos? Pues los ciudadanos a esperar cuatro años, calladitos y obedientes, que para eso mandan.

Jesús Pichel es filósofo