El conocimiento y la cultura se pueden servir en formatos muy variopintos. Pero si eres seguidor de una o varias series de televisión, habrás tenido que aguantar que más de una vez te llamen friki. Por la cara. Tú sabes que no es así, que una serie o una película no solo es una forma de divertirte y pasar el tiempo. Es mucho más. El problema, es que hasta ahora nadie nos creía.

Por suerte, un grupo de investigadores de la Universidad Loyola Andalucía formado por psicólogos y comunicadores, acaba de publicar una investigación en el Journal of Happiness Studies que destierra este argumento tan simplista y reconocen todo el bien que los productos audiovisuales de ficción nos aportan. En ELPLURAL.COM hemos podido hablar con José Antonio Muñiz, coautor del estudio y director del Departamento de Comunicación de la Universidad Loyola Andalucía.

Motivando la curiosidad y el aprendizaje

"Hasta ahora se pensaba que los fans de las series, las películas y otros productos audiovisuales eran unos frikis y su intención era buscar mero entretenimiento y diversión. Pero no es así. Nuestra investigación ha descubierto que también es una forma de enriquecerse, crecer como persona, compartir inquietudes culturales y aprender". Los estudios realizados hasta el momento abogaban porque el consumo de estos materiales estaban vinculados a una felicidad hedónica, es decir, sensaciones positivas y placenteras. 

Pero, curiosamente, tras realizar una encuesta con telespectadores españoles basada en el conocido estudio de las fortalezas y virtudes humanas de Peterson y Seligman (trabajo cumbre de la Psicología Positiva), descubrieron que sus antecesores habían pecado de simplistas. Los resultados obtenidos por el equipo andaluz indican que ser fan puede asociarse claramente al ejercicio de varias virtudes y fortalezas humanas, especialmente en dos esferas. "Por un lado, se observa que los espectadores fans, en mayor medida que los que no lo son, buscan contenidos audiovisuales que supongan un enriquecimiento intelectual y cognitivo". Según Muñiz, "estos fans desarrollarían fortalezas humanas asociadas a virtudes como la sabiduría y el coraje. A los fans les gustan las series y películas con las que aprenden cosas nuevas, que despiertan su curiosidad y les desafían a seguir explorando y conociendo la historia, les hacen reflexionar, así como adoptar una postura crítica".

Desarrollando la inteligencia social

Al contrario que la felicidad hedónica, la felicidad eudaimónica, entendida por Aristóteles como el ejercicio virtuoso de lo específicamente humano, es una gran aportación para el individuo. Lo más curioso, es que este tipo de personas buscan además un reconocimiento social, la pertenencia a un grupo y se convierten en una piedra angular para desarrollar lo que llamamos inteligencia social. Muñiz reconoce que "cuando las personas se enfrascan en una comunidad fan en torno a un contenido, quieren crecer intelectual y socialmente. Compartir contenidos, intereses y sentirse parte de algo que les trasciende como individuos".

Pero, ¿cualquier serie vale? Está claro que, a nivel intelectual, no es lo mismo un producto audiovisual como The Good Wife a Sexo en Nueva York. Pero Muñiz reconoce que esto es lo de menos. "No se trata solo del contenido, sino de la comunidad. Estos usuarios crean lo que conocemos como transmedia. Los contenidos trascienden de su formato y los usuarios crean contenidos sobre él. Debaten sobre él. Lo analizan con mente crítica. Lo importante es la proactividad de sus consumidores".

Los mal llamados frikis son más felices

Los investigadores consideran que los fans de este tipo de productos son más felices, "ya que ponen en práctica fortalezas humanas que les hacen gozar de mayor plenitud vital. Además, de acuerdo a los datos recogidos, los niveles de motivación eudaimónica son directamente proporcionales al número de productos audiovisuales de los que el espectador se siente fan. En definitiva, hedónica y eudaimónicamente hablando, cuanto más fan se sea, mejor para nuestra felicidad".

Pero, aviso a navegantes. Un factor importante de esta felicidad se debe a la periodicidad de las series de televisión, por lo que deberías plantearte si lo mejor es un atracón de varios capítulos en un día, o disfrutarlos poco a poco. "Las series son como una buena comida", reconoce Muñiz, "si la paladeas con calma, te sabrá mejor. Reporta mucha más felicidad verlas poco a poco que ver muchos capítulos de golpe".