Si ustedes están leyendo esto, tengo una buena noticia que darles: El mundo no se ha acabado. Esta obviedad no parecía tan cierta para los crédulos en supuestas profecías mayas que auguraban para este 21 de junio un cataclismo mundial.
Pero como ya hemos dedicado un artículo a fines del mundo que nunca llegaron nos ocupamos hoy de la excusa perfecta por los fiascos proféticos, fue un error de calendario. Y es que para que esas cosas no pasen está la ciencia en concreto la cronología, que es la ciencia de poner las cosas en orden.


Si les digo que hoy es el día de la cebolla del mes de la cosecha del año 228 pensarán que se me ha ido la cabeza, pero no, simplemente les estoy diciendo a qué día estamos dentro del calendario republicano francés, cuyos meses y días trataban de vincularse con la naturaleza y perder todo vestigio clerical.

Según el calendario republicano francés acabamos de empezar el mes Messidor que como vemos en la imagen, se caracteriza porque empieza el calor

Según el calendario republicano francés acabamos de empezar el mes Messidor que como vemos en la imagen, se caracteriza porque empieza el calor. 

Este calendario ideado por fundamentalmente por el matemático Charles-Gilbert Romme pretendía crear un nuevo modelo de sociedad y es que curiosamente instaurar un calendario es un claro ejemplo de poder.
Lo hizo la Convención Nacional Francesa en 1793 pero siglos antes también lo llevó a cabo san Martín de Dumio quien desde su arzobispado de Braga quiso borrar todo resquicio de los antiguos dioses romanos eliminando el nombre de los días de la semana que hacían referencia a la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus implantando las feiras que tienen en su calendario los portugueses.
Y así podríamos seguir con Franco cuando contaba los años como triunfales desde su golpe de estado, hasta las festividades que en sus dominios implanta el consumismo de nuestros días como el Black Friday o Rebajas.
Por lo tanto hoy estamos en el 2020, pero también en el 4718 según los chinos, en el 5780 de los judíos y en el 1441 según los musulmanes. Y ahora viene el dato más loco de todos ¡En el año 2058 según los españoles!

En los dinteles del Pórtico de la Gloria se fecha su construcción desde el nacimiento de Cristo pero también desde la Era Hispana

En los dinteles del Pórtico de la Gloria se fecha su construcción desde el nacimiento de Cristo pero también desde la Era Hispana (Fuente: Rtve.es)

Obviamente hay que especificar qué españoles y porqué ese año, y es que en las diversas formas de contar el tiempo el concilio de Tarragona celebrado en el año 516 en el reino hispano de Atanagildo se contaría los años desde el año 38 antes de Cristo.
Esto hace que en numerosos documentos se hable de la era cristiana y la era hispánica y en consecuencia se hayan generado numerosos problemas matemáticos, fundamentalmente por dos motivos, el primero por no saberse exactamente porqué se eligió ese año 38 antes de Cristo y el segundo, por los números errores que suscitan los números romanos donde cifras como 90 tan pronto se escribían como XC o como LXL.

Los musulmanes del Al Andalus  adoptaron la era hispana crearon su equivalente islámico llamado Tarij as Safar

Para más complejidad todavía los musulmanes del Al-Andalus adoptaron la era hispana crearon su equivalente islámico llamado Tarij as-Safar.

En resumen, que aunque este conteo de años se dejó de usar a finales de la Edad Media numerosos autores se han preocupado en situar bien las fechas y realizar los calendarios más precisos posibles.
Es por ello que verdaderas eminencias científicas como José Garriga o Ignacio Calonge Pérez se dedicaron en el siglo XIX a buscar la manera más precisa de hacer un calendario correcto. El primero fue autor en 1827 de Cronología Teórica y Práctica y el segundo publicó en 1842 el libro Elementos de la cronología teórica y práctica. Que a la larga serían investigaciones pioneras en cuestiones como la astronomía, la cartografía o la meteorología.

 

En 1884 se utilizaba como coordenada principal el meridiano de Madrid, tal como vemos en este mapa de José Reinoso.

Gracias a los estudios cartográficos y astronómicos en 1884 se utilizaba como coordenada principal el meridiano de Madrid, tal como vemos en este mapa de José Reinoso.