A veces, un pequeño objeto, esconde una gran historia, un objeto enternecedor puede contarnos un episodio terrible, y eso mismo es lo que ha ocurrido hace escasas semanas en la localidad austriaca de Durrnberg.

Allí, varios investigadores del Museo de Minería de Bochum y del Museo de Investigación de Georrecursos de Leibniz daban a conocer un pequeño zapato de piel, un calzado que, indudablemente, perteneció a un niño que hace más de 2000 años trabajó en el lugar donde fue encontrado. Una antigua mina de sal.

Zapato infantil encontrado en la mina de sal de Durrnberg

Zapato infantil encontrado en la mina de sal de Durrnberg. (Fuente: https://www.ancient-origins.net/)

Curiosamente, esta pieza ha aparecido justo cuando en España se cumplen 150 años de la ley Benot. La primera (y olvidadísima) ley que luchó por erradicar la explotación infantil en nuestro país. Siendo honestos. lo que el promotor de esta ley, el intelectual gaditano Eduardo Benot, pretendía no era regularizar la situación laboral de los niños en España, era sencilla y claramente acabar con la esclavitud infantil camuflada con contratos y normas inhumanas a lo largo de los siglos.

Desde la antigüedad hay claros registros de niños esclavos. Una prueba evidente es la estela funeraria encontrada en Baños de la Encina (Jaén) en la que se refleja la imagen de Quartulo, un niño cargado con su pico y su cesta evidencia su trabajo, minero. Por si la imagen fuese poco desgarradora una inscripción aclara su identidad: “Quartulo, que vivió cuatro años, que la tierra te sea leve”.

Estela funeraria de Quartulo el niño minero que murió a los cuatro años

Estela funeraria de Quartulo el niño minero que murió a los cuatro años. (Fuente: https://ceres.mcu.es/)

Por lo tanto las explotaciones mineras en la Hispania romana no debían ser muy diferentes de las minas egipcias y etíopes de las que nos habla Diodoro Sículo en estos términos: "Los jóvenes que todavía no han alcanzado la pubertad se arrastran a través de los túneles hacia las galerías abiertas en la roca y con gran esfuerzo recogen el mineral para llevarlo de regreso al exterior de lamina al aire libre. (…) Todos son forzados por golpes a perseverar en sus trabajos hasta que debido a su pobre cuidado, estos mueren en medio de sufrimientos. (…) los miserables trabajadores ven que su futuro será siempre más duro que el presente, y en este se ve más oportuna la muerte que la vida”.

Esclavos de nacimiento

Pero no pensemos que la Edad Media fue más clemente con la infancia. El título XXI de la Cuarta Partida de las famosas leyes del rey castellano Alfonso X explica que una de las maneras de ser esclavo es: “de los que nascen de las siervas” o lo que es lo mismo. Los hijos de las esclavas nacían automáticamente esclavos.

La mayoría de los niños esclavos de la Sevilla del siglo XVI lo era por el absurdo mantenimiento de una ley medieval

La mayoría de los niños esclavos de la Sevilla del siglo XVI lo era por el absurdo mantenimiento de una ley medieval.

Esto llevaba a situaciones tan despiadadas como poder traficar con tus propios hijos si eran habidos con tu esclava. A esta salvajada que perduró hasta bien entrado el Renacimiento se añadió otra modalidad, la de la captura de niños en las guerras.

Y al igual que los piratas berberiscos saqueaban los pueblos costeros españoles para traficar en el mercado de esclavos con toda la población, fuesen adultos o niños, de igual manera se hizo durante las guerras contra los moriscos, en las que los pequeños eran separados de sus padres para su posterior venta como esclavos.

La Iglesia y la esclavitud infantil

Instituciones, a priori piadosas y defensoras de la infancia, como la Iglesia Católica tampoco tuvieron problema en comerciar con niños. Así queda reflejado en el testamento que en 1673 hizo el prior de la colegiata de Roncesvalles, Francisco Marín de Rodezno, quien dejó en manos de la Iglesia a una niña esclava llamada Cecilia.

Dieciocho años más tarde, Cecilia ya tenía dos hijos, un niño de 4 años y una niña de 20 días pero seguía en potestad del siguiente prior, José Íñiguez Abarca, que decidió que lo mejor era liberar a Cecilia y a la niña, y vender como esclavo al niño de 4 años por 20 reales de a ocho.

La esclavitud infantil se consintió en España hasta al menos 1920

La esclavitud infantil se consintió en España hasta al menos 1920. (Fuente: Exposición “La historia del trabajo infantil en España en 20 imágenes”)

Pero como la adicción que los adultos sienten por el maldito dinero es mayor que la misericordia por los más débiles… la esclavitud infantil perduró en los siglos XVIII y XIX. Así nos encontramos la muerte de Ramón Ruiz (de nueve años en 1761) en las minas de Almadén o frases en el acerbo popular como: “El trabajo del niño es poco pero el que lo desprecia, un loco”.

De esta manera en 1873, llegó la ley Benot para impedir que trabajasen los niños menores de 10 años, y aun así la ley se incumplió reiteradamente. Tanto es así que en pleno siglo XX, y ante los requerimientos de la Sociedad de Naciones, quedó en evidencia que se seguía manteniendo la esclavitud infantil en el protectorado español de Marruecos.