La historia está llena de maldiciones, desde Otzi (el hombre de las nieves) hasta Tutankamón, sin olvidar a los presidentes de Estados Unidos y un sinfín de supersticiones que maravillan a los novelistas pero desesperan a los historiadores.
Por eso hoy, cuando falta poco para el día de la Hispanidad, nos vamos a encargar de una maldición de la historia de España que tiene mucho que ver con ese 12 de octubre de 1492, una tragedia no muy conocida pero comprobable hasta el más mínimo detalle. Una maldición defendida no por adivinos y agoreros, sino sencillamente por economistas.

Cómo pudieron salir perjudicados los españoles con el descubrimiento de América

¿Cómo pudieron salir perjudicados los españoles con el descubrimiento de América?

La llegada de Colón a América, volverá a ser en esta ocasión motivo de júbilo para unos y de enfado para otros, pero en mitad de este fanatismo reinante hay una tercera postura muy poco analizada. ¿Y si España salió perjudicada con el descubrimiento de América?
Lógicamente esta pregunta parece un paradigma, y es que lo es, se trata del paradigma de la abundancia, un fenómeno económico perfectamente conocido por los expertos en finanzas pero poco asociado a nuestra historia.
La paradoja de la abundancia, también es conocida como el “mal holandés” (dutch disease), o la “maldición de los recursos” (resource curse) y aunque suene complicado, es fácil de entender si lo llevamos al plano de la economía doméstica. ¿Qué pasaría si un adolescente resulta premiado con el gordo de la lotería y dispone de plena libertad para gastarlo? ¿Cuál sería el resultado más probable? Efectivamente, el desastre.

El descubrimiento de minas como las de Potosí desestructuraron por completo los planes económicos que existían en España antes de 1492

El descubrimiento de minas como las de Potosí desestructuraron por completo los planes económicos que existían en España antes de 1492.

Los economistas que definieron este fenómeno le dieron el nombre del mal holandés, precisamente por el impacto negativo que supuso el descubrimiento de gas en Groningen (Holanda) pero a poco que nos fijemos ya ocurrió en otros momentos de la historia. Verdaderos expertos como Michael Schearer, Mauricio Drelichman o Hans-Joachim Voth han puesto en relación esa paradoja de la abundancia con el descubrimiento de América, e incluso siglos antes el economista asturiano Martín González de Cellorigo ya se percató de ello:


“(…) en desde Nuestra España ha puesto sus ojos con tanta fuerza en el negocio de las Indias, desde donde obtiene oro y plata, que ha abandonado el cuidado de sus propios reinos.”
 

Con este memorial, el religioso Martín González de Cellorigo ya planteó a Felipe III cómo poner remedio a la maldición que sufría España

Con este memorial, el religioso Martín González de Cellorigo ya planteó a Felipe III cómo poner remedio a la maldición que sufría España. 

Pese a que en muchas ocasiones se quiera retrotraer el origen de España a las cuevas de Altamira, el país como estructura era realmente joven en 1492. La fusión entre Castilla y Aragón era muy reciente por no hablar de las posteriores anexiones de Granada y Navarra, todo ello en un momento histórico de grandes cambios (como la misma biología de un adolescente).
El control de los Reyes Católicos sobre la nobleza era evidente, por otro lado el auge de ciudades como Burgos o Medina del Campo, ponía de manifiesto la importancia de otros actores de la escena económica como eran los comerciantes, a ellos se les sumaba otro gran protagonista, el conocimiento, encarnado por verdaderos focos del saber como la universidad de Salamanca.
Lógicamente no se sabe qué derroteros hubiese tomado España de no haberse descubierto América pero de lo que no hay duda es que el sorpresivo hallazgo tambaleó para siempre los designios económicos del país.
Curiosamente quienes creen que América fue un regalo divino a los cristianos por haber conquistado Granada, se topan ahora con una más que posible maldición mediante la cual; la economía patria (como el comercio de la lana de Castilla) se dejó a un lado, el poder de los reyes creció descontroladamente hacia el absolutismo, favoreciendo además la corrupción institucional que mermó los avances comerciales (solo hace falta pensar en la persecución de los muchos comerciantes mediante un organismo corrupto como era la Inquisición) sin hablar del paulatino declive de las universidades, donde se pasó de ofrecer contenidos innovadores a evitar a toda costa que los estudiantes se formasen en el extranjero.
Es obvio que tal maldición no fue repentina, pero a largo plazo no cabe duda que la riqueza traída de América ocasionó en España grandes desigualdades y en consecuencia, una enorme pobreza.

La llegada de oro y plata de América coincide plenamente con el aumento de la pobreza interna de España
La llegada de oro y plata de América coincide plenamente con el aumento de la pobreza interna de España