Los misterios que aun entraña el Coronavirus lo han convertido en un desafío científico para toda la humanidad, dando pié a todo tipo de teorías sobre el punto de partida del maldito Covid19.
Las teorías van desde conspiraciones políticas, en las que el virus es artificial, a hasta el castigo celestial y por supuesto la hipótesis que apunta a un origen extraterrestre. Esta última proposición se fundamenta en los argumentos del astrobiofísico Chandra Wickramasinghe, quien sostiene que ciertas enfermedades pudieran venir del espacio.

William Shakespeare

 William Shakespeare en su obra Timón de Atenas  ya atribuye a Júpiter el origen de la peste que asola las ciudades como un castigo divino.

A partir de ahí, el tiempo libre y la imaginación de muchos, han hecho que esta idea se desborde convirtiéndose en la última moda en las conspiraciones: una pandemia enviada desde el espacio exterior para acabar con los terrícolas. Sin embargo en absoluto es una idea nueva pues desde hace siglos ya se vincularon otras pandemias a los misterios del cosmos.
Desde los albores de la medicina, ya se planteaba la influencia de los astros en algunas enfermedades, Hipócrates se percató de como ciertas dolencias eran más frecuentes en según qué épocas del año, pero no sería hasta casi un siglo después de la muerte de este médico griego cuando el babilonio Beroso le dio otra vuelta de tuerca a la influencia astrológica en la salud. Para el la luna y su posición en el zodiaco eran causa de los achaques humanos.

Hipócrates

En la Edad Media se intentó consolidar la medicina-astrológica endosando a Hipócrates un libro que no había escrito: De Ypocratis astronomía.

Quedó con ello asentado que la medicina y la astrología estaban conectadas dando origen a médicos-astrólogos como Arnaldo de Vilanova o Crexhas Abiatar, oftalmólgo que operó de cataratas a Juan II de Aragón (padre de Fernando el Católico).
Por esta misma conexión, no es nada extraño suponer cual fue la respuesta que en 1348 dio la universidad de París al rey Felipe VI de Francia cuando les preguntó sobre el origen de la peste negra.  La solución no podía ser más concreta. Una conjunción planetaria entre Saturno, Júpiter y Marte en la casa de Acuario el 20 de marzo de 1345.
La unión entre Saturno y Júpiter suponía muerte y desastres, Marte quería decir que la difusión de ese mal por los aires  con lo cual… ¿qué otra cosa podía ser que la peste?

Peste negra

Solo entendiendo la mentalidad de la época se puede comprender por qué se buscó un origen astrológico a la peste negra.

También Castilla se afanaba en combatir a la peste y encargó parte de sus indagaciones a un intelectual francés, Moses ben Samuel, más conocido en Castilla como Juan de Aviñón.
Este judeo converso arribó a Sevilla por causas aún ignotas pero su papel en la emergencia sanitaria fue clave, ya que toda su investigación quedó plasmada en el libro libro Sevillana medicina en el que la conexión astrológica volvía a aparecer.
El capítulo cuarto lo dice todo,  “para que aprovecha la arte de la melizina, pues vino (la morandad) del cielo” pero Juan de Aviñón se resiste a verlo así. Opina que las estrellas pueden predecir el futuro pero no condicionar la vida humana, quizá gracias a los astros se pudiese prever el aire corrupto que daba origen a la peste para así prepararse cuando la peste llegase, pero se negó a admitir que la vida de un ser humano estuviese condicionada solo por las estrellas.
En eso mismo opinó el sefardita Isaac Israelí en su Libro de las fiebres donde se plantea para qué serviría el trabajo de los médicos si todo dependiese “de parte de las estrellas”
 

Sevillana medicina

Sin el libro Sevillana medicina de Juan de Aviñón es difícil de entender la historia medieval de la capital hispalense.