Recientemente, el obispo de Orihuela-Alacant, José Ignacio Munilla, afirmaba que "nadie nace en un cuerpo equivocado" porque "Dios no se equivoca", en una clara alusión a las personas trans, pero claro… según los textos sagrados todo puede ser muy diferente.

Para empezar, la iglesia católica en el siglo XVII, a través de su máximo representante en la tierra en ese momento, el papa Urbano VIII, aceptó el cambio de género de Catalina de Erauso, quien vivía y sentía como hombre. Por lo tanto, si así lo decidió el sumo pontífice, cuya palabra es infalible para todo buen cristiano, porque está inspirada por Dios mismo, poco o nada tiene que decir ningún obispo.

Santas acosadas por los hombres pidieron auxilio a Dios quien les hizo salir barba en un claro ejemplo de milagro transgénero

Santas acosadas por los hombres pidieron auxilio a Dios quien les hizo salir barba en un claro ejemplo de milagro transgénero.

Amén de esto, se podrían presentar las vidas de varias santas, como santa Paula o santa Wilgefortis que tornaron su belleza femenina en sendas barbas por obra y gracia de Dios. Dicho lo cual, en temas de transexualidad parece que Dios no tiene el menor problema, pero puesto que el reverendísimo señor Munilla ha sacado a colación un tema apasionante, hoy nos centraremos en los errores de Dios.

¿Puede Dios equivocarse? Si los seres humanos cometemos errores y estamos hechos a su imagen y semejanza, ¿no sería lógico que nuestro creador también errase? Estas dudas lógicas que sobrevuelan cualquier mente curiosa se dan de bruces de inmediato con un concepto común a las tres grandes religiones monoteístas. Tanto Jehová, como Dios, como Alá son dioses omniscientes, así pues no cabe error posible en ellos.

Y si en el Génesis hubiese errores de Dios

¿Y si en el Génesis hubiese errores de Dios?

Ahora bien, los principales textos sagrados contienen sendos errores que solo pueden ser explicados de dos maneras: O los humanos que lo trasladaron por escrito no tomaron buena nota de la inspiración divina, o Dios no tenía las cosas claras.

En el Antiguo Testamento Jehová advierte a Adán que no puede comer del árbol de la ciencia del bien y del mal y líneas más tarde crea a Eva que, desconocedora de tal norma, la infringe sin que Adán le pudiera prevenir, pues la prohibición se la hace Dios a él (“no comerás” dice el Génesis) pero no a ella.

Otro caso evidente es cuando pone inútilmente a prueba a los humanos, sabiendo de ante mano (ya que es omnisciente) cuál será el resultado. Así ocurre con el desdichado Job, pues cuando Satanás pregunta a Dios: “¿Acaso teme Job a Dios de balde?” Jehová perpetra infinidad de crueldades contra este mortal para salir de dudas, cosa que de haber sido omnisciente no hubiese necesitado absoluto.

Para qué poner a prueba la paciencia de Job, si Dios es omnisciente

¿Para qué poner a prueba la paciencia de Job, si Dios es omnisciente?

También en el Nuevo Testamento hay sendos errores como la genealogía de Cristo, en la que el evangelio de san Lucas ofrece unos antepasados y el de san Mateo otros.
También Jesús, encarnación del mismísimo Dios, comete errores ciertamente inexplicables, como por ejemplo la fecha del fin del mundo que según el mesías es inminente y se retrasa ya casi dos milenios.

Pero si alguien fue experto en encontrar errores en los textos ese fue el gran humanista Antonio de Nebrija. En su afán por corregir el uso del latín enmendó la plana a juristas, gramáticos y un sinfín de autoridades que empleaban erróneamente las lenguas clásicas. Tanto es así que cuando el cardenal Cisneros se puso a la tarea de hacer la Biblia Políglota, Nebrija le advirtió de los múltiples errores en los textos sagrados.

Cuando el profeta Isaías habla del nacimiento del mesías, dice que nacerá de una “almaha” es decir una mujer joven y no de una “bethulah” que significa vírgen, pero en la versión griega se tradujo por “párthenos” y en la latina por “virgo”.

Estas correcciones, que Nebrija intentó publicar en 1506 se materializaron en su obra In quinquaginta sacrae scripturae locos non vulgariter enarratos tertia quinquagenia. Todo ello le valió la persecución de la Inquisición que con Diego de Deza a la cabeza, acusaron a Nebrija de ser el corrector del Espíritu Santo.

Afortunadamente Nebrija se salvó in extremis publicando en 1507 Apología, un texto que parece ser su defensa en una posible comparecencia ante el tribunal inquisitorial y cuyas palabras son toda una sentencia a la libertad de expresión: “A quienes recomponen lo dañado, a quienes depuran lo que está lleno de errores se les impone tacha de infamia, soportar la censura de excomunión, o donde si te empeñas en defender tu postura te puedes ver obligado a afrontar una muerte indigna ¿Qué diablos de servidumbre es esta? ¿Qué dominación tan injusta y tiránica que no se permita, respetando la piedad, decir libremente lo que piensas”.

Antonio de Nebrija, paradigma de la gramática española, encontró importantes erratas en la Biblia que le pusieron en el punto de mira de la Inquisición

Antonio de Nebrija, paradigma de la gramática española, encontró importantes erratas en la Biblia que le pusieron en el punto de mira de la Inquisición.