“Yo no soy una política profesional. Yo me dedico ahora a esto porque estoy hasta el gorro de que nos roben a manos llenas”. Así arrancaba Yolanda Couceiro Morín (Santurce, 1965) sus declaraciones para El Mundo tiempo atrás. Sin embargo, pese al rechazo a la clase política que siempre ha inundado su mensaje, ElPlural.com ha podido saber que sus esfuerzos se dirigen, ahora sí, a defender los intereses del PP de Bizkaia.

Hubo un tiempo en el que Couceiro se vanagloriaba de pertenecer a la política alejada de los grandes partidos, a la que no representaba a la casta y que tenía las “manos limpias”. Sin embargo, visto que sus esfuerzos particulares en grupos pequeños y abiertamente ultraderechistas no han fructificado, la dirigente vizcaína no ha dudado en afiliarse al Partido Popular de su región.

Los populares no niegan la militancia de Couceiro: “Es una más. Se afilió en su día y ahora se ha vuelto a afiliar, como las más de 2.000 personas que nos apoyan”, nos dicen fuentes internas de la delegación. Al parecer, ni su pasado vinculado al ideario más ominoso y retrógrado del panorama político ha provocado que el PP se lo piense y prohíba la afiliación de la excandidata a la alcaldía de Portugalete.

A pesar de formar parte del entramado popular en la actualidad, el perfil político de Couceiro siempre ha estado vinculado a pequeñas formaciones de extrema derecha que pretendían colar su ideario y remontar el vuelo de cuestiones enterradas y alejadas, hasta el momento, del foco del debate.

Periodista de formación, la dirigente vasca encabezó el proyecto Partido por la Libertad (PxL), asociado a la plataforma Manos Limpias, organización que ha denunciado, entre otros entramados de corrupción, los concernientes a la infanta Cristina, a Iñaki Urdangarín o a Jordi Pujol.

Antes de ello, fue candidata por el Frente Democrático Español en 2004, invitada como ponente en la plataforma neonazi Democracia Nacional en 2006 e integrante de la escisión Vía Democrática en 2011. Una década ligada a organizaciones radicales donde la nueva militante del PP de Vizcaya alzó la bandera del rechazo a la casta política, luchó contra la inmigración aplaudiendo discursos de Marine Le Pen y rechazó la islamización de Occidente.

También es editora, formando un tándem junto a su marido Santiago Fontenla (expresidente de Falange en el País Vasco), del medio de comunicación Minuto Digital. Una web abiertamente ligada a la ultraderecha que no ha dudado en cargar contra la utilización del burka, defender a los principales líderes ultras del globo y abogar por el cierre de fronteras: “Marine Le Pen tiene razón. Las puertas a la inmigración no pueden ser. Por ejemplo, si tu hijo de pone enfermo, no vas a ayudar al vecino, ayudas a tu hijo, ¿no?

En el PP para neutralizar a Vox

En una entrevista concedida a El Mundo, la vizcaína se muestra dispuesta a obtener cualquier tipo de cargo interno del partido: “A mí Raquel me dijo, ¿quieres ir en las listas? Y yo le contesté: si quieres que vaya voy. Ningún problema”. A pesar de esa afirmación, fuentes internas de la formación desmienten que la relación de la estructura con Couceiro vaya más allá de la militancia.

Si bien su marido, con el que comparte las directrices de Minuto Digital, ha decidido formar parte de Vox, la exdirigente se muestra contrariada con lo que representan los de Abascal: “No me fío”.

Con un mensaje claro y sin dudar en sus afirmaciones, recuerda que la mayoría de votantes de Vox son personas desencantadas con el PP. “Hay que decir al pan pan y al vino vino. Espero que en el País Vasco se pueda lucir una bandera de España igual que el PNV saca una ikurriña”.

Con un mensaje claramente antiinmigración, Couceiro afirma que hay mucha gente que piensa como ella, que se niega a “que se destine dinero a esa gente cuando hay ciudadanos aquí que no tienen trabajo, ni casa, ni dinero para comer”.

Mensajes sin pelos en la lengua de una de las dirientes máscercanas a las ideas defendidas por la extrema derecha en España. Ahora, sus esfuerzos se centrarán en conseguir que el PP remonte el vuelo, sin pelos en la lengua, y consiga hacer frente a la pérdida de votos que se está produciendo desde la derecha. Para ello, la consigna es clara: sin pudor ni miedo a la hora de confrontar ideas.