2008 representó una quiebra dentro del Partido Popular. José Luis Rodríguez Zapatero consiguió revalidar el poder en las elecciones generales, provocando así un cisma interno entre populares. De un bando, aquellos del ala más conservadora, encabezados por Esperanza Aguirre, Francisco Camps y María San Gil; y del otro aquellos que llamaban a la moderación, con Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal como cabezas visibles. Después de mucho discutir y de algún que otro desencuentro, el partido consiguió calmar los ánimos y dirigir el rumbo de su ideario político.

Una división que acabaría decapitando a algún que otro excompañero y recolocando a otros integrantes. María San Gil, número uno de los populares en el País Vasco, fue apartada. Sin embargo, dos de sus apoyos principales en la gestión fueron recuperados.

El primero, conocido por encabezar actualmente el proyecto político Vox, Santiago Abascal, pasó a las órdenes del PP madrileño. Al amparo de Esperanza Aguirre, Abascal se encargó de dirigir la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid. Poco después su destino sería presidir la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social. Cargos por los que el líder de la extrema derecha y candidato a la presidencia del Gobierno cobró más de 80.000 euros anuales durante cuatro años.

El otro caso, más desconocido, fue el de su compañera María de los Ángeles Mora Temprano. Más conocida como Gotzone Mora, su caso también esconde peculiaridades y semenjanzas con Abascal. Mora, quien perteneció al Partido Socialista del País Vasco, se desvinculó de su pasado y llegó a pedir abiertamente el voto para el PP en las elecciones porque la situación no era “normal”. Petición que provocó su caída dentro del PSOE.

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Sin embargo, como en toda buena historia, la traición al rival acabó provocando que la ex política socialista cambiara de chaqueta y recayera dentro del Partido Popular valenciano. Si en el caso de Abascal fue Esperanza Aguirre quien apadrinó su carrera, su equivalente valenciano Francisco Camps fue el encargado de ubicar a la política vasca en Valencia. Allí ocupó el cargo de secretaria autonómica de Inmigración y Ciudadanía.

Crisis, quiebras, división y dimisiones que culminaron en ceses y recolocaciones dentro de la estructura popular. Madrid y Valencia. Aguirre y Camps. Abascal y Mora.