Parecía un secreto a voces en Washington y este martes el presidente Donald Trump ha confirmado que Estados Unidos rompe el acuerdo nuclear con Irán firmado por Obama en 2015, afirmando que ha sido un “acuerdo desastroso” y que “nunca debió haberse hecho”.

“El acuerdo nuclear de 2015 no trajo paz y nunca lo hará” ha dicho Trump en una comparecencia a la nación desde la Casa Blanca, asegurando que su administración tiene “pruebas definitivas de que las promesas de Irán eran una mentira” y que el acuerdo no impedía que Irán pueda tener pronto una bomba atómica.

Además, el presidente de Estados Unidos ha anunciado que se reactivan las sanciones levantadas bajo el pacto, además de otras nuevas “al más alto nivel”. “Tendrán los problemas más grandes que nunca ha tenido antes”, ha asegurado Trump en un tono belicoso, concluyendo afirmando que "América ya no será rehén del chantaje nuclear” y asegurando que "EEUU ya no hace promesas vacías. Cuando hago promesas, las cumplo".

La decisión promete abrir una brecha entre Estados Unidos y sus aliados europeos firmantes del pacto, cuyos líderes, con Macron y Merkel a la cabeza, han visitado Washington en las últimas semanas con el fin de presionar al mandatario para que permanezca en el acuerdo.

El acuerdo limita el programa atómico de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, pero no incluye ninguna referencia a las armas convencionales o a la política exterior de la República Islámica.

Trump considera inaceptables los plazos para la caducidad de ciertas restricciones al programa nuclear iraní incluidos en el acuerdo de 2015, y que ese pacto no afrontara el programa de misiles balísticos de Teherán ni sus supuestas actividades perniciosas en la región.

El presidente iraní, Hasan Rohaní, advirtió este fin de semana a Estados Unidos de que se arrepentirá "muy pronto" si abandona el acuerdo nuclear, al tiempo que reiteró su negativa a negociar un nuevo pacto.