Fernando López Miras ha observado atónito como la extrema derecha ha impedido su nombramiento como presidente regional en Murcia. A pesar de que el PSOE se impuso en los comicios, la aritmética era favorable a los intereses de los populares. El PP y Ciudadanos suman 22 escaños, quedando a un único voto de la mayoría absoluta de la Cámara. Vox, por su parte, cuenta con cuatro regidores que no han cedido a las presiones y han aceptado la disciplina de voto de su formación.

Así las cosas, uno de los feudos más codiciados por los de Casado, gobernado ininterrumpidamente desde hace 24 años, se pone en duda después de que las partes no hayan llegado a un entendimiento desde el respeto y la cesión de las pretensiones particulares.

La guerra se libra, principalmente, desde Madrid. Los ultras insisten en que la fórmula andaluza, en la que ellos simplemente apoyan con su voto el programa de sus homólogos, no es una opción. Aquello fue un error de novato, la inexperiencia del principiante al que le importa más la foto que el turno de palabra.

Sin embargo, el líder de Vox en materias negociadoras, Iván Espinosa de los Monteros, ha avisado por activa y por pasiva de lo que sucedería si Ciudadanos no reducía sus pretensiones y se centraba más en camuflar sus actuaciones a Macron que en el interés del bloque. Ahora, la bala de plata prometida por Vox se ha cobrado la primera ‘víctima’: Murcia.

Y ahora, ¿qué pasa? La Mesa de la Asamblea deberá buscar otros candidatos a fin de desbloquear la situación parlamentaria. Así las cosas, llega el momento de que Diego Conesa (PSOE) trate de convencer a la número uno de los naranjas, Isabel Franco. La tarea no será sencilla, ya que la diputada de Cs es una de las firmes defensoras de la gestión oficialista de Albert Rivera.

Tal y como especifica el reglamento autonómico “si transcurrido el plazo de dos meses desde la primera votación de investidura ningún candidato hubiera obtenido la confianza, el Presidente de la Asamblea la disolverá, convocando nuevas elecciones de acuerdo con la normativa electoral aplicable”.

Cuenta atrás. Madrid pendiente y Vox ante la encrucijada: ¿Ceder y apuntalar al PP a riesgo de perder su factor diferencial o enrocarse y pagar la factura electoral?