Bastian Obermayer y Frederik Obermaier llegan a la cita con ELPLURAL.COM con una puntualidad envidiable. Y aún así piden perdón por el retraso. Sus camisas blancas impecables, como si de políticos españoles en campaña se tratasen, les ayudan a sobrellevar el calor de justicia que sacude Madrid. Pero ellos lo agradecen e incluso bromean con la posibilidad de realizar la siguiente entrevista en la terraza de algún bar.
Esta entrevista, sin embargo, tendrá que ser en uno de los salones nobles de la Asociación de la Prensa de Madrid, rodeados de ejemplares centenarios de gacetas españolas, que palidecen ante los 261 gigabytes de datos que han supuesto los Papeles de Panamá y que ahora se resumen en el libro homónimo que desde este martes está disponible en España, publicado por Península.
La mayor filtración de datos fiscales de la historia se inició en sus ordenadores, en el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, con un email anónimo que decía “¿Te interesaría recibir unos datos? Quiero compartirlos”. Varios meses de trabajo después y la colaboración de casi 400 compañeros del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ en inglés) desembocaron en un terremoto que, en España, le costó el cargo a un ministro.
¿Por qué recurrir al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en vez de quedaros con la exclusiva para vosotros?
Bastian: Al principio, encontramos tantas pistas internacionales, tantas personas involucradas en escándalos en África, en América… y vimos que todas esas podían haber sido buenas historias pero no eran interesantes para los lectores alemanes. Y, a la vez, podían ser muy interesantes para las personas que vivían allí y no queríamos que fueran omitidas, así que en seguida tuvimos la idea de que deberíamos compartir esta información que podía servir al Consorcio Internacional.
Mientras estábamos pensando en ello, la filtración iba creciendo cada vez más y más y nos dimos cuenta de que no seríamos capaces de procesar todos esos datos. Así que teníamos dos argumentos muy sólidos para compartirlo.
Además, cuando descubrimos que había gente en posiciones muy peligrosas e información que podía dañar a muchas personas, empezó a haber un interés por parte de dichas personas de frenar eso. Y ahora estamos muy contentos de poder decir que 400 compañeros tienen acceso a esos datos, con lo que es imposible frenarles a todos de realizar su trabajo. Podrías frenar a uno, a cinco o diez, pero no a 400.
¿Habéis recibido mucha presión para frenar la publicación?
Frederik: No, las típicas cartas legales que ya habíamos sufrido en investigaciones anteriores, cuando nos dirigimos a alguien por correo con alguna acusación en concreto. En algunos casos eran de un alto perfil o empresas importantes, diciéndonos básicamente que, si publicamos eso, contemplaban la posibilidad de demandarnos, en Londres, en Nueva York o donde hiciera falta. Para nosotros es una amenaza porque no nos sobra el dinero para tirarlo por la ventana. Pero aunque eso fuera una presión, no nos impidió publicarlo. Y también había otras personas amenazando a colegas, en países más peligrosos, por publicar estas informaciones.
¿Sois conscientes de las presiones que los medios españoles han recibido?
Frederik: La verdad es que no.
Bastian: No del todo, no.
¿En Alemania son normales las presiones a los periodistas?
Bastian: No es normal, pero lo que ocurrió después de la publicación es que algunas autoridades del Gobierno se intentaron hacer con los datos. Y nos decían: “Por favor, ¿podemos echarle un vistazo? Tendríais que publicar los datos o, al menos, pasárnoslos, porque son de interés público”. Pero luego ya pasaron a decirnos: “Tenéis que cedernos los datos, ya”. Pero nosotros no hicimos ningún movimiento, porque como periodistas no es una opción, no tenemos que trabajar para los que están en el poder. Pero nunca recibimos amenazas físicas ni nada parecido. Pero no lo teníamos muy claro al principio, porque ya habíamos hecho muchos trabajos sobre la mafia o el contrabando de armas, y no sabíamos cómo podía reaccionar esa gente. Ellos quizás no envíen cartas legales, no esperas eso de los delincuentes, pero no sabíamos cómo iban a reaccionar y teníamos que ir con mucha cautela.
¿No habéis establecido ninguna relación de trabajo con el Gobierno o las autoridades para investigar?
Frederik: No, porque no nos vemos a nosotros mismos como el brazo del Gobierno, creemos en la separación entre el periodismo independiente y del Gobierno. Lo que sí hemos hecho, y no solamente para las autoridades, sino para el interés de nuestros lectores, es que hemos incluido online la mayor cantidad posible de documentos originales respecto a las historias que estamos investigando, para que los lectores y los investigadores pudieran profundizar en sus pesquisas.
Putin llegó a acusar a vuestro medio de ser propiedad de Goldman Sachs y luego tuvo que pedir disculpas. ¿Pero hay alguna explicación para que haya tan poca presencia de protagonistas estadounidenses en los Papeles de Panamá?
Bastian: Desde luego no somos propiedad de Goldman Sachs. Eso algo que o es una mentira, o como mucho está inspirado en que alguna vez Goldman Sachs hizo una oferta cuando el Süddeutsche Zeitung se vendió, pero no lo consiguió. Somos muy transparentes, sobre quiénes son nuestros propietarios.
Frederik: Se puede ver en nuestra web.
Bastian: La cuestión real es si Putin mintió a propósito, con alguna intención, porque lo que sí es cierto es que la gente en Rusia se entera de las mentiras que ha dicho él sobre Goldman Sachs, pero luego no saben la realidad que viene después. Puede que haya sido una táctica o que su portavoz lo mirase mal y diera una información que es incorrecta.
Y la idea que se ha comentado sobre la poca presencia de estadounidenses, ¿es más una fantasía creada a base de mentiras o es real?
Frederik: Creo que no es un secreto. Hay americanos en los datos, unos cientos o miles, pero no son de tan alto perfil como los de otros países. No encontramos a ningún antiguo jefe de Estado norteamericano. En mi opinión, una explicación de por qué no hay tantos americanos en los datos la dio Ramón Fonseca, dueño de Mossack Fonseca, en una entrevista. Ellos no se enfocaban en los clientes norteamericanos, sino más en clientes latinoamericanos. Y sabemos que en Estados Unidos hay paraísos fiscales en el propio país, como Delaware o Nevada, y no te tienes que ir a las Islas Vírgenes o Panamá. Y creo que esa es la razón. Si no hay norteamericanos de un alto perfil, no los podemos inventar.
Bastian: Y encontramos que la mayoría de los políticos pertenecen a las regiones que se conocen como las más corruptas, porque hay muchos países que tienen un problema muy obvio con la corrupción. Pero creo que en las democracias occidentales no es tan fácil como en otros países del mundo, no es que te den un paquete de dinero y tú haces lo que quieres y tienes que esconderlo en paraísos fiscales. Creo que hay corrupción en Estados Unidos, en la Unión Europea y en Alemania, pero está más escondida, y no necesitas empresas offshore para esto.
En España se publicó una infografía muy interesante en la que se comparaba las profesiones de los protagonistas de los Papeles de Panamá. Y la inmensa mayoría eran políticos. ¿Qué conclusión sacáis de esto?
Bastian: Eso tiene una explicación muy sencilla, y tiene que ver con cómo enfocan los medios de comunicación sus noticias, que nos ha pasado a nosotros. Y es que cuando hay un político es mucho más fácil para un periodista nombrarle. Y hay muchos abogados, hombres de negocios y demás que no tienen un perfil tan alto como para dar un titular. Y eso evita que salgan también en estas infografías. Se trata más de lo que se ha escrito y no tanto de qué gente está más metida en offshores. Siempre es más fácil nombrar a un político o a un cargo público, porque tienen una responsabilidad y es más fácil generar interés público.
Frederik: Sin embargo, lo que vemos en los datos es que la gente más común que utiliza estos medios son gente tienen dinero. En realidad son ricos los que usan ese servicio, porque cuesta bastante contratar a un accionista falso o a un testaferro, y no lo harías sino te sobraran miles de dólares para crear una estructura como ésta.
¿Ya están todos los datos publicados online o guardáis alguna sorpresa?
Bastian: No, no está todo subido online. No están los emails o los PDF. Lo que se ha publicado es cómo los datos se relacionan entre sí. Están los nombres de más de 200 empresas offshore que tenemos y las entidades con las cuales están relacionadas en Mossack Fonseca. Tienes a los accionistas y a los portadores de las acciones. Y hay muchos datos que todavía no ha podido mirar nadie, porque entre 11,5 millones de documentos no es humanamente posible el poder mirarlo todo. Podría haber algunas sorpresas todavía, o las habrá. Seguro que hay buenas historias todavía, sólo hay que encontrarlas.
El tamaño de toda la filtración es inmenso, incluso comparada con otras grandes filtraciones de la Historia, como Wikileaks o la lista Falciani. Y se podría pensar que todo el entramado mundial de paraísos fiscales pasa por los Papeles de Panamá, ¿pero tenéis alguna idea de qué porcentaje representa dentro del fraude fiscal a nivel global?
Frederik: Lo que vemos es que la mayoría de empresas que están relacionadas con los Papeles de Panamá en realidad están radicadas en las Islas Vírgenes Británicas. Somos conscientes de que Mossack Fnseca es uno de decenas de despachos que crean empresas offshore. Y hay decenas de empresas que están ahí fuera de las que todavía no sabemos nada.